La lenta burocracia, otra piqueta que amenaza el patrimonio construido

Patrimonio

Pese a que algunos proyectos se encauzan, los sectores implicados denuncian excesiva lentitud en obtención de licencias

El llamado Edificio Luis Espada, en la esquina de Alejandro Outeiriño con la calle Progreso, uno de los emblemáticos de la ciudad, está a la venta. (Foto: Miguel Ángel)
El llamado Edificio Luis Espada, en la esquina de Alejandro Outeiriño con la calle Progreso, uno de los emblemáticos de la ciudad, está a la venta. (Foto: Miguel Ángel)

A menos velocidad de la deseada pero la ciudad sigue luchando contra la degradación de su patrimonio construido, alguno de gran valor. Las últimas décadas han sido letales para la conservación, pero la iniciativa privada está poniendo el acento en la rehabilitación, dando una nueva oportunidad para la vivienda, recuperando con ello partes esenciales de la trama urbana. Pero choca con la burocracia.

"La rehabilitación es el futuro de las ciudades, es el modelo a seguir, pero no solo debemos pensar en el casco viejo". Rafael Castro, presidente del Colegio de Arquitectos, pondera el valor de este tipo de intervenciones, que salvan de una muerte segura a decenas de edificios deshabitados o en malas condiciones.

Recuerda que "no solo merece la pena actuar en esa zona, hay muchas posibilidades en aquellos inmuebles construidos en los años 70 y cuyo futuro pasa por la rehabilitación". Por la ciudad se ven cada vez más carteles anunciando que se venden edificios enteros, algunos de estimable valor, pero deteriorados. Uno de ellos es el que se ubica al final de la calle Alejandro Outeiriño, en la esquina con Progreso. Es el conocido como Edificio Luis Espada, con posterioridad Edificio Fábrega, como documentó en estas páginas el cronista Rafael Salgado.

Los actuales propietarios lo tienen a la venta a un precio de 2,3 millones de euros, según referencias que circulan entre el sector inmobiliario. Fuentes conocedoras de la operación hablan del interés de un inversor en adquirirlo para dedicar sus 2.000 metros cuadrados de superficie a un nuevo modelo residencial. Pero la operación permanece en dique seco, supuestamente por diferencias en el precio.

"Hay que pensar más en el patrimonio construido que en las nuevas urbanizaciones", advierte el presidente de los arquitectos ourensanos. La ciudad se rige por un plan de urbanismo del año 1986, con superficies para nuevas viviendas muy limitado. Aún así, "el plan actual tiene mucho recorrido y las posibilidades que ofrece en materia de rehabilitación en el casco antiguo son importantes, así como con las fichas de protección del plan general de urbanismo". Así se expresa Ramón Fernández, portavoz de la Asociación Profesional Ourensana de Agentes Inmobiliarios (Proagi), un colectivo empresarial que también aboga por la puesta en valor de este tipo de inmuebles.

Los trámites

Pero hay barreras administrativas a superar. Al menos Patrimonio y el Concello de Ourense. Entre ambas instancias hay trámites incluso "contradictorios", como alerta Proagi. El representante de este colectivo empresarial dice que "una licencia se puede demorar desde que se presenta en el Concello hasta que vuelve de retorno de Patrimonio un tiempo excesivo, incluso meses". Ramón Fernández pide "adelgazar esa burocracia para incentivar la inversión en un sector estratégico como es la construcción".

Sus palabras encuentran eco en la Asociación de Constructores de Ourense (ACO). La entidad que preside Santiago Ferreiro alude a que "nos parece imprescindible que, después de la etapa de paralización debido a la crisis del Covid-19 se potencie la agilidad en la reactivación de la maquinaria administrativa". Por eso aprecia que "los concellos deben de dar un paso adelante para ser operativos, tanto en lo que se refiere a la obra pública como a la privada".

El 23 de abril el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, se entrevistó con los constructores, ante los que anunció "un compromiso firme y serio" de colaboración con el sector, incluso anunciando obras por valor de 50 millones de euros. Pero tres semanas después desde la ACO denuncian que "es necesario arbitrar mecanismos y protocolos para acortar los tiempos de concesión de permisos y licencias".

El gobierno de Jácome sigue sin aprobar el Plan de Urbanismo pese a que en febrero anunció que estaría listo "en dos o tres meses tras pulir unos pelotazos". Ahora, con la crisis de la pandemia, los constructores esperan otra realidad: "Nos preocupa que una vez finalizadas las obras en marcha nos falte carga de trabajo por el parón que ha habido en las administraciones locales".

También a la excesiva tardanza en cumplimentar los trámites se refiere Rafael Castro, del Colegio de Arquitectos. "En todos los casos, no solo en los de rehabilitación, funciona mal la concesión de licencias", dice.

El PERI

También espera la prometida reforma del Plan Especial de Reforma Interior (PERI) del Casco Histórico, un documento del año 1996, útil en su momento y ahora en espera de adaptación. Rafael Castro alude a que "habría que pensar en un PERI que se adapte a las situaciones actuales, por ejemplo que aporte soluciones a la movilidad". Mientras, el patrimonio construido en muchas zonas de la ciudad sigue con signos evidentes de deterioro. Progreso o Santo Domingo son dos calles con más de un ejemplo.

"Ahora es el momento para replantear algunos modelos", dice Rafael Castro. La pandemia del coronavirus ha confinado en sus casas a miles de personas, que se han encontrado con hogares poco confortables. Entre otras medidas, propone que "algunas viviendas construidas en su momento con tres o cuatro habitaciones a lo mejor se pueden refomular con menos estancias pero más amplias, más luminosas".

Podría ser por lo tanto el momento de la rehabilitación o las reformas, de tomar decisiones para adaptarse a la nueva situación derivada de la crisis del coronavirus. Santiago Ferreiro, presidente de los empresarios de la construcción adelanta que "estamos trabajando con el resto de las asociaciones gallegas en un decálogo de propuestas para la reactivación de la industria de la construcción para paliar los efectos del covid-19". Entre ellas, cita "la exención del pago de tasas administrativas y del ICIO a particulares por parte de los concellos, durante este año y los dos próximos, podría ser una iniciativa muy interesante para reactivar la rehabilitación".

Pero todo el sector coincide en que nada de eso puede prosperar "si la administración no pone nada de su parte agilizando trámites".

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