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La Confederación Española de Asociaciones de Padres, Madres y Alumnado de centros públicos (Ceapa) está de visita en Ourense. La junta directiva se reúne este fin de semana para conocer de primera mano el trabajo de la Federación de ANPAs públicas ourensana (FAPA) en los colegios y en especial en los comedores que gestionan. La presidenta de Ceapa, Leticia Cardenal, valora su desempeño y también explica cuál fue el impacto de la pandemia en la educación.
¿Qué opina del trabajo de la FAPA en los comedores ourensanos?
La infraestructura que tienen montada para ofrecer el servicio es espectacular. Es una pena que la administración no fomente este tipo de proyectos. Los niños ourensanos comen mejor que en cualquier otro punto de España, con un precio asequible. Tienen un comedor referente para otros territorios.
¿Aprovechan esta visita para llevar el modelo a otros centros españoles?
Los compañeros de FAPA Ourense siempre vienen a nuestros territorios para explicarnos su modelo, pero no es lo mismo verlo in situ. Elegimos esta provincia para comprobar de primera mano el funcionamiento de sus comedores. Es digno de admirar lo que hace la federación y las ANPAs que apostaron por este modelo, asumiendo una gestión que le correspondería a la administración. Al estar aquí ves cómo se presta atención a todos los detalles, como las intolerancias. Además, les preguntan a los niños si les ha gustado la comida y son los que dan su visión de cómo se hacen las cosas.
El curso escolar se retomó con una alta incidencia entre los niños, ¿cómo vivieron los días previos a la vuelta a clase?
Fueron unos días de incertidumbre. Teníamos la esperanza de que no se les volviese a castigar, cuando han sido siempre un ejemplo de responsabilidad. Se consideró la posibilidad de que los niños de Infantil y Primaria lo hiciesen de forma telemática y no es comprensible. Pueden ir a un parque de bolas o a un bar con sus padres y se plantean quitarles el derecho de ir a clase para aprender, relacionarse con sus compañeros y socializar. Si los metemos otra vez en casa, la parte emocional corre un grave riesgo. Además, España no está preparada para impartir clases telemáticas porque no existe una ley que favorezca la conciliación familiar.
Pese al aumento de casos, ¿se demostró que los colegios son seguros?
Si algo se demostró en esta pandemia es que los colegios son espacios seguros. Las medidas que se pusieron desde las administraciones resultaron eficaces, pero hay que reconocer la implicación de la comunidad educativa en conjunto para que todo saliese adelante. Con los pocos recursos de la pública, ésta dio un ejemplo de cómo se podía afrontar un curso complicado. Lo sacamos adelante juntos.
El confinamiento, ¿pasa factura ya a los niños?
Sí y ya sucede. Los expertos hablan de que la parte emocional se ha resentido. Cada vez ven más casos de menores que son adictos a las nuevas tecnologías, que usaron como entretenimiento y medio de socialización con sus amigos. Además, se juntaron también una brecha digital, socioeconómica y cultural que dificultaron el acceso a esas clases telemáticas en los primeros meses de pandemia. Los que no adquirieron los conocimientos por cualquiera de esos motivos, van por detrás.
La Ley Celaá es otro de los temas educativos del último año, ¿la comparten?
La ley no es al 100% lo que nos gustaría, pese a que trabajamos y participamos en ella. Entendemos que es una legislación que pone el foco en el derecho a la educación de nuestros hijos. Que una ley educativa hable de igualdad y equidad, es algo básico. Hay muchas cosas que mejorar y todos hemos cedido. La Lomce fue nefasta y no la quería nadie. La pandemia nos pilló en un momento muy malo, tras años de recortes.
El sistema educativo, ¿necesita estabilidad?
Sí. Es imprescindible una ley estatal básica que sea estable y respalde a las comunidades educativas. Lo que no puede ocurrir es que cambien las leyes según el color del partido que gobierne. Deben poner la educación pública como una prioridad y a partir de ahí se tomen decisiones para mejorar y no para retroceder. La pública es la única que favorece la igualdad de oportunidades, la equidad y la inclusión del alumnado, por lo que debe ser un referente en nuestro Estado. La concertada tiene que ser subsidiaria, por lo que se necesita una legislación que no permita que esos centros educativos se lucren. Nosotros creemos que debe existir solo la pública y la privada, no se puede sostener con los fondos de todos algo intermedio.
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