El magosto, la gula de San Martiño

Cientos de ourensanos cumplieron ayer con la tradición del magosto. La cosecha de castañas no es abundante, pero en las ’fogatas’ había más que suficientes para rendir tributo gastronómico a San Martiño.

Los magostos ya se vienen organizando desde que comenzó el mes, pero en la jornada proliferaron por los alrededores de la ciudad e incluso en el propio casco urbano, en Maceda, Xinzo, Verín, Baños de Molgas, Coles, Sandiás, Celanova, Ribadavia y O Barco, entre otras muchas localidades. Las fogatas aún serán más numerosas durante la jornada y la de mañana, fertivo ’por traslado’ en la ciudad.

En la práctica totalidad de los organizados ayer, además de las castañas, había chorizos y churrasco, todo ello rociado con el ’viño novo’ como manda la tradición. El de Maceda era uno de los más llamativos, dado que el Concello preparó para cada agrupación vecinal una ’fogata’ con sus castañas para evitar las aglomeraciones ante el alto número de participantes.

Los vecinos de Baños de Molgas lo hicieron junto al río Arnoia y estuvo animado por una agrupación musical de los bomberos de Ponte de Lima (Portugal).

La música de las charangas sirvió para animar el frío caer de la noche en la ciudad de Ourense. La mayoría de los magostos se concentraron en el Montealegre, donde a las siete de la tarde se apreciaban más de 50 ’fogatas’. Las columnas de humo también eran visibles en A Lonia, Monterrei y en el Campo da Feira. Este último lugar fue el elegido por la Asociación As Termas, que congregó a 100 personas. La fiesta remató con una queimada. La Asociación Vecinal Lonia escogió Mende, donde también, además de las castañas, hubo churrasco, chorizos, dulces y queimada.

La fiesta discurrió sin incidentes en la ciudad, según explicó la Policía Local, que en la tarde ya planeaba el dispositivo para los magostos de la jor nada de hoy. Los bomberos tampoco registraron salidas durante toda la jornada por incendios forestales. Eran los primeros después de que la Consellería de Medio Rural anunciara que prohibía hacer ’fogatas’ sin autorización dada la sequía reinante.