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Mariluz Barreiros Ramos, presidenta de la Fundación Eduardo Barreiros: "En nuestro país no se valora suficientemente al empresario"

ENTREVISTA

La Fundación Eduardo Barreiros, con Mariluz Barreiros al frente, nació como homenaje a la figura del gran empresario ourensano Eduardo Barreiros en el año 1997, con arraigada preocupación por la formación de los más jóvenes

Mariluz Barreiros, presidenta de la Fundación Eduardo Barreiros.
Mariluz Barreiros, presidenta de la Fundación Eduardo Barreiros.

La Fundación Eduardo Barreiros nació en el año 1997 como homenaje a la figura del gran empresario ourensano Eduardo Barreiros, fallecido en La Habana en 1992. La preocupación por la formación de los más jóvenes fue siempre una de las constantes en la vida de Eduardo Barreiros, y por esta razón la Fundación lleva a cabo numerosas actividades que abarcan diferentes campos dentro del mundo de la automoción, desde su lado más industrial y técnico hasta la faceta estética y plástica del mismo. Al frente de esta fundación se encuentra su hija, Mariluz Barreiros.

LAS FRASES

“Ha sido una satisfacción inmensa que el Centro Galego da Innovación de la FP lleve el nombre de mi padre

“Sentimos el cariño que recibimos de Ourense y la admiración hacia mi padre y nos llena de emoción”

“Mi padre llevó a Barreiros Diésel no solo por toda España sino también por el mundo entero

La Fundación Eduardo Barreiros nació en 1997 como homenaje a la figura de su padre. ¿Qué objetivos persigue?

El principal objetivo es que no se olvide la ingente, la titánica obra que creó mi padre, Barreiros Diésel, partiendo de la nada, junto con sus hermanos Valeriano, Graciliano y Celso. Fue el proyecto empresarial industrial privado más importante en las décadas de los años 50 a los 70 del siglo pasado, que dio trabajo directo a 25.000 personas y a 100.000 puestos indirectos. Barreiros Diésel fue el germen, el origen del sector de la automoción en España, tan importante y decisivo en cuanto a PIB, mano de obra y exportación. Se trasladó a Madrid, donde estaba la administración central, aunque siempre llevó a Galicia en lo más profundo de su corazón. Empezó alquilando una pequeña nave en Villaverde en 1954 a la que llamó Galicia Industrial, en la que trabajaban 7 operarios, para llegar a convertirse en 15 años en una fábrica que ocupaba 2 millones de m².

Otro de nuestros objetivos es dar a conocer su vida, sus valores de innovar y crear, sus cualidades como son: fe, tesón, capacidad de trabajo, de lucha y de asumir riesgos, entusiasmo y perseverancia, rodeándose de los mejores colaboradores y sabiendo delegar en ellos, reinvirtiendo siempre los beneficios; para que estos valores sirvan de ejemplo y estímulo a las jóvenes generaciones.

Imagen del empresario ourensano Eduardo Barreiros.
Imagen del empresario ourensano Eduardo Barreiros.

Un deseo muy profundo es que en España se reconozcan los méritos de grandes empresarios cuyos objetivos principales son crear riqueza para nuestro país y puestos de trabajo. Lamentablemente, en nuestro país no se valora suficientemente al empresario, y lo digo con tristeza; la prueba de ello es que apenas hay biografías de sus modélicas vidas.

¿Qué actividades realiza durante el año para lograr esos objetivos?

Llevamos a cabo muchas y diversas actividades. Entre ellas destacaría las conferencias internacionales en las que ensamblamos, por emplear un término automovilístico, el mundo del automóvil y de la cultura. La influencia del coche ha sido decisiva en las obras de artistas en sus distintas aéreas: en la literatura, en la fotografía, en el cine, en las artes plásticas… Contamos con figuras muy relevantes, tanto a nivel nacional como internacional: Gianni Agnelli, Tony Blair, Mijaíl Gorbachov, Rafael Moneo, Norman Foster, Giorgetto Giugiaro, Mario Vargas Llosa, Cristina García Rodero, etc., por mencionar algunas.

Desde su nacimiento, la Fundación viene apoyando asimismo la investigación, la innovación y el desarrollo en el ámbito de la automoción, a través del “Premio Fundación Eduardo Barreiros a la Figura de Prestigio en el Campo de la Automoción” que este año cumplió su XII edición.

Otro de nuestros objetivos es el de difundir la figura de Eduardo Barreiros como empresario e industrial para que sirva como inspiración y ejemplo, principalmente a las generaciones más jóvenes, transmitiéndoles y fomentando su espíritu y también animándolos a que consideren que, aun partiendo de poco, se puede llegar a realizar grandes proyectos.Para ello la Fundación ha organizado Jornadas de Emprendimiento, en colaboración con IE Business School, en las que han participado importantes emprendedores y empresarios de diferentes sectores, todos ellos figuras muy destacadas en sus respectivos campos.

Hemos tenido muy presente asimismo el mundo académico, con, por ejemplo, ciclos de conferencias centradas en la mujer en la España de hoy y cursos de verano con la Universidad Rey Juan Carlos, la Cátedra Fundación Eduardo Barreiros para el estudio de la industria de la automoción en España de la Universidad Complutense de Madrid, la Cátedra Eduardo Barreiros, vinculada a la Universidad Politécnica de Madrid, y seminarios relacionados con la sostenibilidad, con figuras tan destacadas a nivel mundial como Jeremy Rifkin. El cambio climático, las nuevas fuentes de energía y las nuevas tecnologías están y estarán presentes en nuestras futuras actividades.

Un año después de la creación de la fundación, en 1998, se inauguró el Museo Eduardo Barreiros, en Valdemorillo (Madrid). ¿Qué papel juega este espacio en la divulgación de su figura?, ¿qué se puede encontrar alguien aficionado el motor en este lugar?

En el Museo, sus fondos permiten conocer la vida y la obra de Eduardo Barreiros y en el que se exhibe una colección permanente, los vehículos y motores más representativos de la inmensa producción de Barreiros Diésel. Las visitas al Museo están muy solicitadas tanto por particulares, clubs de marcas y de clásicos, estudiantes de colegios y de distintas universidades, instituciones, empresas, ingenieros y aficionados al motor. En general a todos les suele impresionar la maqueta donde se puede ver el desarrollo de la fábrica desde 1952 a 1969. Muchos se fijan también en unos paneles que narran la biografía de Eduardo Barreiros con fotos familiares y condecoraciones, y unas vitrinas con regalos y homenajes de empresas nacionales y extranjeras, recuerdos emotivos y donaciones.

Nos emocionan los testimonios de personas que trabajaron en Barreiros o las de sus hijos que heredaron el cariño y la pasión que sintieron sus padres o sus abuelos, que decían que los años más felices de su vida habían sido los que trabajaron en Barreiros.

No puedo dejar de mencionar el Club Barreirista de Galicia, cuyo presidente, Alfonso Vázquez, es un entusiasta y ferviente admirador de Eduardo Barreiros. No olvidaremos la conmemoración del Centenario del nacimiento de mi padre en 2019, en la que Alfonso fue el alma mater apoyado por el gran equipo de personas que le acompañaron en su organización que se celebró en Ourense, y a la que acudieron vehículos de muchas partes de nuestro país entre los que se encontraban muchos automóviles del Club Dodge de España. Fueron unos días inolvidables.

¿Fue complicado recopilar todos los vehículos y objetos que integran el museo?

No lo fue. En el museo se exhiben vehículos y motores, así como objetos pertenecientes a la familia Barreiros, a través de generosas donaciones y compras.

El Centro de Documentación se encuentra en la sede de la Fundación Eduardo Barreiros en la calle María de Molina número 1 en Madrid. Consta de un archivo y una biblioteca. ¿Qué es lo que alberga?

Contamos con un importante y extraordinario fondo documental, fotográfico y filmográfico, que en estos momentos se encuentra en fase de catalogación para posteriormente digitalizar y para que tengan acceso los investigadores interesados en la historia de Barreiros Diésel. Contamos, también, con una biblioteca con infinidad de libros relativos al motor.

Mariluz Barreiros, con el busto en honor a su padre, en Gundiás.
Mariluz Barreiros, con el busto en honor a su padre, en Gundiás.

En Ourense, la figura de su padre recibió su último reconocimiento dándole nombre al nuevo Centro Galego de la Innovación de la Formación Profesional. ¿Siente el cariño de Ourense por la figura y la persona de Eduardo Barreiros?

Siento y en mi familia sentimos el cariño que recibimos de Ourense y la admiración hacia mi padre que nos llena de emoción. A los familiares en la aldea de Gundiás, donde nacieron él y sus hermanos, que lo recuerdan con amor constantemente; a la aldea de Cerreda en la que nació mi madre, Dory, por las muchas muestras de cariño que amigos de su época nos manifiestan.

Tenemos también que destacar amigos entrañables como lo es la familia Outeiriño, que siempre está atenta para divulgar y ensalzar todo lo relativo a Eduardo Barreiros y a nuestra Fundación, que de todo corazón les agradecemos. Y de muchos más ourensanos que nos hacen felices por sentirnos toda la familia muy queridos. Es un gran honor y ha sido una satisfacción inmensa que el Centro Galego da Innovación da Formación Profesional lleve el nombre de Eduardo Barreiros. Ha sido un reconocimiento precioso y creo que merecido.

Mi padre llevó a Barreiros Diésel no solo por toda España sino también por el mundo entero, ya que en las décadas de los años 60 y 70 del siglo pasado se exportaban sus vehículos: camiones, tractores, autobuses y motores a 27 países. La fábrica Barreiros Diésel fue una escuela de formación para técnicos y trabajadores en general, y transformó el excedente de mano de obra agrícola en mano de obra especializada.

Este mismo año los ourensanos más jóvenes pudieron conocer la figura de Eduardo Barreiros a través de una amplia exposición que se pudo disfrutar en el Centro Comercial Ponte Vella. Hay muchos libros y mucha filmografía sobre su figura. ¿Reflejan fielmente su carácter, su personalidad y su forma de ser?

Afortunadamente sí. Sin duda, la publicación más destacada, tanto por su autor como por la profundidad de su estudio, es la biografía de Eduardo Barreiros escrita por Hugh Thomas, “Barreiros, el motor de España”, que es también un estudio político, social y económico en el contexto de la España de los años veinte a los noventa del siglo pasado. Estamos muy orgullosos de su repercusión, porque supone que la obra de mi padre pasa a la historia, incluso más allá de nuestras fronteras, ya que una de las editoriales más prestigiosas, Yale University Press, la ha publicado en Estados Unidos e Inglaterra.

Dentro de la filmografía sobre la figura de Eduardo Barreiros podemos destacar “Eduardo Barreiros, el Henry Ford español”, del director gallego Simón Casal, tv movie que narra el fulgurante ascenso empresarial del que fue considerado en el año 1964 como el cuarto empresario más importante de Europa. O el documental “Barreiros, motor humano” de 2007, narrado por Sancho Gracia, y producido por Elemental Films, La Región y Televisión de Galicia.

¿Y cómo recuerda usted la figura de su padre?

Me siento privilegiada por haber tenido unos padres excepcionales. Siempre que me preguntan y tengo la oportunidad de hablar o escribir sobre mi padre, hago hincapié en que, aparte de su inteligencia natural y de ser un superdotado para la mecánica, lo que más me conmueve y me impacta desde siempre es su humanidad y su generosidad.

Y mi madre era una mujer maravillosa, inteligente y con un encanto y una dulzura que cautivaba a todo el que la conocía. Mi padre salía de casa a las 7 de la mañana para ir a la fábrica y regresaba a las diez de la noche, pero en ella jamás oímos una queja. Mi madre fue la columna vertebral de la familia.

Mi hermano Eduardo Javier y yo tuvimos una infancia muy feliz. El cariño de mis padres lo llenaba todo. Nos educaron con disciplina, que a lo largo de los años hemos agradecido, y tuvimos en ellos el mejor ejemplo inculcándonos valores a los que siempre fueron fieles: honradez, lealtad, amabilidad, modestia, trato humano con todas las personas fueran de la condición que fueran, y ayudar siempre que pudiéramos a quien lo necesitara.

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