Casi la mitad de la población de Ourense acusa problemas para dormir bien

INSOMNIO

La ansiedad derivada de la pandemia y el uso de pantallas, principales factores que favorecen el insomnio entre la población

Unidad de trastornos del sueño en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense.
Unidad de trastornos del sueño en el Complejo Hospitalario Universitario de Ourense. | La Región

La falta de concentración, el descenso en la calidad de vida, la dificultad para mantener el ritmo de trabajo o el aumento en la demanda de los recursos sanitarios son ya compañeros habituales para más de 140.000 ourensanos que sufren problemas para dormir bien.

Aunque solo un 6% de los pacientes están diagnosticados de insomnio de manera oficial según los criterios psiquiátricos, las quejas por insatisfacción general en la calidad y cantidad de sueño llega a alcanzar el 48%. Cerca de la mitad de la población en Ourense se ve afectada por una realidad que les impide descansar en condiciones de calidad. “Influyen muchos factores sociales, laborales, que estés viviendo una situación estresante o no, que estés pasando un duelo…”. Así lo indica el médico de Familia y jefe de servicio de Atención Primaria en A Carballeira, Luis Prieto, que atiende cada año a más ourensanos que acuden a su consulta solicitando ayuda para descansar mejor, sobre todo a raíz de la pandemia. Para el sanitario, el paso de la covid fue un momento clave para la sociedad, que se vio obligada a enfrentarse a “más problemas de ansiedad, más estrés crónico y un aumento exponencial de benzodiazepinas y de fármacos para dormir”. El insomnio actúa sobre perfiles muy diversos, sin seguir un patrón concreto, aunque desde las consultas alertan de una importante prevalencia en los seniors. 1 de cada 3 personas mayores de 65 años sufre insomnio crónico: “Se supone que son personas que están jubiladas, que no tienen cargas de estrés laboral, pero aun así se ven afectadas por este problema”.

El aumento del uso de pantallas por parte de los niños deriva en problemas de atención y aprendizaje por falta de sueño

María Tajes, jefa del Servicio de Psiquiatría del CHUO, advierte de un cambio en los hábitos de vida que condiciona que se genere un problema de insomnio, o se agrave una condición ya existente con anterioridad. “El aumento del uso de las pantallas es muy nocivo, especialmente en niños, donde estamos viendo cada vez más problemas de atención, más problemas de aprendizaje y más problemas de neurodesarrollo”.

En el caso de los trastornos psiquiátricos que cursan con problemas de sueño, subraya Tajes la importancia de prestar atención a la “higiene del sueño”: “Si uno padece un problema de salud mental y no tiene un sueño reparador, tiene más probabilidades de que su trastorno mental tenga un impacto más negativo en su vida”. Desde Psiquiatría, confirman que “la calidad del sueño de nuestra población es mala” y que existen tres claves para frenar esta tendencia: “ejercicio físico regular, una alimentación equilibrada y evitar el uso de pantallas”. Existen otros trastornos como las piernas inquietas, el sonambulismo, los terrores nocturnos, o las apneas-hipoapneas del sueño, siendo estas últimas derivadas a la Unidad de trastornos del sueño del CHUO. Afecciones que, en menor medida, también influyen sobre el descanso de los ourensanos.

“La gente recurre primero a medicamentos sin receta”

El aumento en los problemas de sueño aparece vinculado a una mayor demanda de medicamentos y remedios naturales. Menchu Baladrón, secretaria del Colegio Oficial de Farmacéuticos en Ourense, asegura que el insomnio es algo tan común como lo son los ourensanos que acuden a las farmacias para ponerle solución. “La gente recurre siempre primero a cosas que tengamos en la farmacia y que sean sin receta”, matiza. La melatonina y la pasiflora son algunas de las opciones que más se venden, puesto que “son soluciones que te ayudan a dormir, sin ser fármacos que crean dependencia”. Para los farmacéuticos, el auge en este consumo de medicación, independientemente de su forma, parte de dos momentos clave: la pandemia y el boom de la tecnología de los años previos al 2020: “Hay mucho estrés, cenamos tarde, nos vamos a dormir con el móvil, abusamos de las pantallas… Por eso hace unos años aumentó tanto el consumo. Y en las tarjetas sanitarias la gente tiene muchísimas cosas para dormir, no se ve una reducción”.

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