Francisco Dacoba Cerviño, director del Instituto Español de Estudios Estratégicos : “El Mosad ha vuelto a ser creíble y, por tanto, muy temido”

El ourensano Francisco José Dacoba Cerviño es el director general del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), encuadrado orgánicamente en el Centro Superior de Estudios de la Defensa Nacional (CESEDEN) y dependiente a su vez del Jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD). Formó parte del contingente español en la Misión de Naciones Unidas, en Bosnia Herzegovina, en 1994. En 2003 fue miembro de la Coalition Provisional Authority (CPA) para la reconstrucción de Irak, con sede en Bagdad. Y en 2013 y 2014 estuvo al frente de su Brigada en el Líbano. A través de su amplia experiencia nos explica cómo ve la situación internacional con los conflictos en Oriente Próximo y Ucrania.

¿Cómo ve la situación ahora mismo entre Líbano e Israel, cree que seguirán los ataques en los próximos días?

La sucesión de ataques aéreos que ha iniciado Israel contra Hezbolá tiene por objeto degradar, tanto como sea posible, las capacidades militares de la milicia chií: depósitos de armamento, puestos de mando, infraestructuras de comunicaciones y logísticas, etc. Para lograrlo ha desencadenado esta campaña de coerción aérea que es, sin lugar a dudas, la más contundente de todas las llevadas a cabo en la ya larga historia de agresiones israelíes sobre territorio libanés. Los ataques continuarán hasta cumplir los objetivos marcados por la inteligencia israelí. El desprecio por la seguridad de los civiles no combatientes es, lamentablemente, un denominador común en las acciones de ambos contendientes. Las leyes y los usos de la guerra prohíben tanto el uso de la población a modo de escudos humanos como la desproporción en la respuesta.

Por el momento el Gobierno israelí descarta una invasión terrestre tras los numerosos días de bombardeos, pero muchos analistas sí creen que se está preparando esa incursión. ¿Por qué se inclina?

A la vista de lo ocurrido en este último año, y de las manifestaciones de los responsables israelíes sobre el terreno, todo indica que se puede reproducir la misma secuencia que en Gaza, la de una contundente preparación aérea, como estamos viendo, seguida de la entrada en territorio libanés. Una invasión a gran escala supondría un esfuerzo militar prolongado en el tiempo que difícilmente podría permitirse Israel. Una incursión para evitar los ataques de Hezbolá y permitir el regreso a sus hogares de los casi 100.000 civiles israelíes desplazados de las poblaciones fronterizas con el Líbano sería lo más razonable, desde el punto de vista israelí.

El conflicto se recrudece con la explosión de los buscas de miembros de Hezbolá y de los walkies al día siguiente. Pareció algo de ciencia ficción. ¿Cómo cree que la llevaron a cabo?

El ataque de Hamás del 7 de octubre de 2023 supuso una humillación para la comunidad de inteligencia israelí y puso de manifiesto las debilidades de su dispositivo de seguridad. La brutal respuesta de Tel Aviv en la franja, la contundente campaña aérea contra Hezbolá en curso y, de manera destacada, esas explosiones perfectamente coordinadas de los dispositivos electrónicos de la milicia terrorista tienen como uno de sus objetivos principales el de recuperar la disuasión estratégica perdida hace ahora un año. Y todo parece indicar que este objetivo se está consiguiendo. Unos servicios secretos que han sido capaces de interferir miles de dispositivos por parte de Hezbolá, manipularlos uno por uno, reintroducirlos en la milicia y de explosionarlos, vuelven a ser creíbles y, por lo tanto, muy temidos. De eso se trata, precisamente.

Israel ha bombardeado muchas posiciones de lanzaderas de cohetes de Hezbolá. ¿Siguen teniendo capacidad de hacer daño a Israel?

Hezbolá es la milicia más poderosa de cuantas forman el denominado “eje de la resistencia”, que incluye a los grupos afines de Yemen, Siria, Irak y Palestina, todos ellos financiados y apoyados por Irán. Se calcula que la campaña de ataques en curso ha degradado la capacidad de ataque de Hezbolá en un 50%. Es decir, todavía le resta un considerable arsenal de misiles y de drones, con capacidad de alcanzar todo el territorio israelí.

Jamenei dice que la capacidad operativa de Hezbolá no está dañada y que cuentan con todo el apoyo de Irán. ¿Teme una escalada aún mayor en la zona?

La “moderación” con la que Irán e Israel intercambiaron unos cuantos misiles en el mes de abril, tras el ataque israelí a unas instalaciones diplomáticas iraníes en Damasco, alimenta la hipótesis de que nadie desea una escalada descontrolada.

¿Debería la ONU retirar sus tropas de Líbano ante el riesgo de escalada en la zona?

Si la evolución del conflicto llegara al punto de hacer necesaria la retirada, eso sería una muy mala noticia. Se perdería la posibilidad de seguir apoyando, como de hecho se está haciendo, a la población del sur de el Líbano, y se perdería un elemento de contacto sobre el terreno entre las partes con vistas a una posible distensión, llegado el caso.

¿Cómo puede influir en lo que pase en los próximos meses el resultado de las elecciones en Estados Unidos? ¿Qué postura cree que tendrán Harris y Trump respecto al conflicto?

El apoyo a Israel es uno de los pocos acuerdos compartidos por la mayoría de la fragmentada sociedad norteamericana, y de su clase política. Los excesos percibidos por buena parte de dicha sociedad en la respuesta del gobierno de Netanyahu han dado origen a tensiones que pueden influir en la manera concreta de materializar ese apoyo. Por ejemplo, en lo relativo al suministro de armas a Israel. Pero gane quien gane las elecciones del 5 de noviembre próximo, los Estados Unidos seguirán siendo el primer aliado de Israel.

En febrero de 2025 la guerra entre Rusia y Ucrania cumplirá tres años. La situación a nivel militar parece estancada. ¿Cómo lo ve?

Tras el fracaso inicial de la invasión rusa y las primeras operaciones exitosas por parte de las fuerzas ucranianas, la situación sobre el terreno en estos momentos es favorable a las tropas del Kremlin. La incursión ucraniana en territorio ruso no ha conseguido retraer efectivos enemigos del frente en los territorios ocupados y los avances rusos en el interior de Ucrania, aunque lentos, son constantes. En estas circunstancias, las posibilidades de un acuerdo de paz son escasas. Las condiciones exigidas por el presidente Putin son inaceptables, tanto para Ucrania como para los países que la apoyan.