Obituario | Manuel Gallego Vila, “eterno” alcalde de Taboadela

Al frente del Concello ourensano de Taboadela desde 1972 hasta las elecciones municipales del 2019, Manuel Gallego Vila, que llegó a ser en su día el regidor más longevo de toda Galicia, fallecía ayer a los 86 años dejando en su haber más de medio siglo de dedicación al trabajo municipal y los vecinos del concello ourensano, que ayer decretó dos días de luto oficial.

Nacido en Taboadela el 29 de mayo de 1937, el industrial avícola y político fue alcalde de su localidad natal durante más de cuatro décadas.

El actual alcalde de Taboadela, Álvaro Vila Araújo, trasladó sus condolencias a los familiares del exregidor. Vila Araújo lamentó, en nombre de todo el Gobierno municipal, la muerte de quien fue alcalde, poniendo en valor el trabajo y la contribución de Gallego Vila a lo largo de sus años de mandato. También quiso destacar su “lucha comprometida por Taboadela y sus vecinos”.

Después de más de media vida dedicado a su Concello, en el momento del adiós a esa actividad, Gallego Vila cerraba 47 años al frente del consistorio de Taboadela y 52 como concejal, una ocupación a la que accedía todavía en pleno etapa del franquismo, y al que sólo seguía de cerca en Galicia otro alcalde también ourensano, Senén Pousa, en Beade desde 1974 y fallecido en el pasado mes de noviembre.

En cada periodo electoral, como recordaba Xabi Blanco en una entrevista en este periódico en 2015, Manuel Gallego Vila regresaba a la primera plana bajo el epígrafe de alcalde preconstitucional y franquista. El hombre al que nadie conseguía mover de la silla escuchaba el comentario sobre esa época sin inmutarse -decía-. “No es que me sienta orgulloso, pero tampoco me molesta -argumentaba ya entonces Manuel Gallego-. Yo no soy franquista, soy un demócrata, pero no rechazo el pasado, como hacen otros. Estoy en contra de que se retiren estatuas como en Ferrol porque es negar 40 años de historia. Con los últimos años de Franco se despegó y dejó abonada la democracia”, sentenciaba.

En su análisis del entonces aún regidor, Xabi Blanco lo definía para La Región como “un tipo peculiar”, y recordaba que trabajó en el País Vasco hasta los 22 años, primero cortando pino, después fabricando cajas de madera y por último como cooperativista de Fagor gracias a que un amigo le prestó 65.000 pesetas para entrar. Pero quiso regresar a la tierra en la que nacía, y el proyecto de Eulogio Gómez Franqueira en Coren lo conquistó. Montó una granja de pollos, en la que llegó a criar 70.000. Poco después, el gobernador civil de Ourense lo nombró concejal por el tercio sindical y después alcalde en una época en la que era imposible negarse. Después se presentó por UCD y más tarde se enroló en Coalición Galega. Amigo de José Luis Baltar, nunca pasó por Centristas de Galicia, pero aseguraba no haberse podido negar a la oferta de Fraga cuando lo llamó a San Caetano para pedirle que pasara al PP.