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INMUEBLES VACÍOS
La okupación ha batido su récord histórico este 2024 en la provincia. En el primer semestre, se han producido 19 asentamientos ilegales en inmuebles, más que en cualquier otro año anterior completo. De esta forma, continúa el crecimiento exponencial de la última década.
En 2013, era un problema completamente residual -solo hubo una usurpación de vivienda-, pero más de diez años después se ha convertido en una preocupación para muchos ciudadanos por el enorme alza que se ha producido. El pasado año, hubo en Ourense 16 okupaciones de vivienda, solo una menos que en 2021, que marcaba con 17 el máximo hasta este año. Así lo muestran los datos de criminalidad que ofrece el Ministerio del Interior.
En las estadísticas se incluyen tanto los allanamientos como las usurpaciones. El primero es el ingreso o permanencia en una vivienda habitada sin la autorización del propietario, lo cual conlleva una pena de prisión de entre seis meses y dos años, aunque si existe violencia o intimidación la condena puede llegar hasta los cuatro años de cárcel. En el caso de la usurpación, se produce en un inmueble que está deshabitado, por lo que no es considerado morada para la Justicia y se resuelve con una multa económica.
El Tribunal Supremo considera como morada tanto la vivienda habitual como la segunda residencia, por lo que, en el caso de que sean ocupadas, la Policía en las primeras 24 y 48 horas puede acceder al domicilio y desalojarlo. Pasado este tiempo, será necesaria una orden judicial para poder echar a los okupas, por lo que el proceso se dilata meses.
“La problemática de la okupacion de una propiedad se está cronificando en Galicia, constituyendo ya un grave problema social al no existir una respuesta jurídica uniforme a un problema que se está enquistando en las grandes ciudades y municipios costeros más turísticos”, indica la Federación Galega de Empresas Inmobiliarias (Fegein). Según sus datos, las zonas más afectadas en Ourense son la calle Celso Emilio Ferreiro, la zona de As Burgas, varias calles del casco antiguo, la zona de O Vinteún, la avenida de Portugal, la avenida de Zamora, el área de Mariñamansa y el barrio de O Couto.
Benito Iglesias, presidente de Fegein: “La zona con una propiedad okupada es insegura para el resto de vecinos”
Desde Fegein subrayan que muchas de las okupaciones ya ni siquiera se denuncian “ante la inseguridad jurídica y la tardanza judicial para solucionar el problema”, de hecho, la duración media de un procedimiento judicial en la comunidad ronda los 15 meses. Por ello, son cada vez más los propietarios afectados los que contratan servicios de empresas de desokupaciones o intentan llegar a un acuerdo económico con los que entran en sus inmuebles.
De hecho, la federación apunta a que en Galicia dos tercios de los propietarios que ponen su vivienda en arrendamiento se sienten preocupados por su posible okupacion o impagos de rentas. En el caso de que se produzca la primera opción, la pérdida de valor del inmueble puede llegar al 60% del total.
El presidente de Fegein, Benito Iglesias, afirma que “es importante reseñar que la zona, barrio o urbanización donde está una propiedad okupada la convierte inmediatamente en insegura para el resto de vecinos, y con numerosos conflictos de convivencia por altercados varios y delincuencia, depreciando no solo el valor de la propiedad okupada, sino también el de resto de propiedades de la zona”.
Uno de los ejemplos de ello es la ourensana calle de la Luna, que registra desde hace meses problemas de convivencia y alarma vecinal al contar con un grupo de okupas como nuevos inquilinos de uno de los edificios. Varios vecinos de la zona denuncian que la calle se ha llenado de suciedad, ya que señalan que los intrusos tiran la basura por la ventana.
La Policía Nacional publicó una serie de consejos para quienes sufran las okupaciones. En caso de ser el propietario de la vivienda, recomiendan anotar los datos de los testigos que presenciasen el allanamiento y no cortar los suministros ni impedir la entrada a aquellos que hayan okupado la vivienda una vez se produjese, ya que estas conductas podrían constituir un delito.
Además, dan unos pasos a seguir que podrían ayudar a evitar una okupación. Entre ellos se encuentran: cerrar la puerta siempre con llave, intercambiar medios de contacto con los vecinos para ser avisados en caso de allanamiento, instalar medidas de seguridad en los accesos a las viviendas o no mostrar señales de ausencia.
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