Ourense es la quinta provincia española con más peticiones de asilo

DATOS DE INMIGRACIÓN

Las peticiones de asilo se disparan y rozan las 1.200 en solo ocho meses. La comunidad venezolana de Ourense advierte: “La provincia no está preparada para la cantidad de gente que va a llegar”

B.Iglesias/E.Osorio

Publicado: 09 sep 2024 - 06:30 Actualizado: 09 sep 2024 - 21:44

Fiesta venezolana en Carballiño.
Fiesta venezolana en Carballiño.

El líder opositor venezolano Edmundo González aterrizó ayer en Madrid para recibir asilo político después de la persecución y la orden de detención del gobierno de Nicolás Maduro, que casi un mes y medio después de las elecciones del 28 de julio sigue escondiendo las actas sobre los resultados. Edmundo González, que habría ganado las elecciones, según las actas mostradas por su partido -único que las ha mostrado- sigue el camino trazado en los últimos tiempos por miles de compatriotas.

Solo en lo que va de año, entre el 1 de enero y el 31 de agosto, un total de 1.137 personas han solicitado asentarse en Ourense con protección internacional (asilo), de las que más del 75%, casi un millar, son venezolanos. Es la cifra más alta de toda la historia, y la tendencia señala que va a más mes a mes.

Las cifras son tan extraordinarias, y Ourense está absorbiendo a tal cantidad de venezolanos, que ya es la quinta provincia española -en proporción con su población- que más solicitudes de asilo ha recibido en los ocho primeros meses del año. Solo Madrid, Zaragoza, Segovia y Huesca tienen más solicitudes en proporción a su número de habitantes.

Y este éxodo no va a hacer más que acelerarse. Desde la Asociación Ourensá-Venezolana Alma Llanera, su presidente, Lorenzo González, cifra en “alrededor de 600” las consultas vía email y por teléfono que han recibido desde la semana siguiente a las elecciones del 28 de julio dispuestos a marcharse cuanto antes para vivir en la provincia. La mayoría llega sin lazos familiares, pero sí por recomendación de amistades. Pero aún tardarán un poco en llegar.

“La oleada de personas no se ha notado tanto en comparación con lo que se va a notar en un tiempo. Nuestras consultas se han duplicado, la gente de Venezuela se está informando en masa para venir, pero ahora mismo están retenidos por el encarecimiento de los billetes de avión, pues la demanda se ha disparado un 300%, y porque el gobierno venezolano ha impedido vuelos comerciales con países que no han reconocido a Maduro. Eso impide que la gente salga masivamente, pero cuando el costo de billetes baje, el flujo migratorio aumentaría”.

Un estudio elaborado en Venezuela por Meganalisis, señaló que el 40% de los venezolanos está dispuesto a marcharse del país si Maduro sigue gobernando, lo cual implicará el éxodo de otros 10 millones de personas, que se sumaría a los 8 millones que lo han hecho en la última década.

Daysi Ramírez, de la Asociación Cultural Cantaclaro, que agrupa a venezolanos de Celanova, relata que solo la semana pasada llegaron a la villa de San Rosendo “cuatro personas de Venezuela más”, aunque señala que llevan recibiendo gente desde el 29 de julio -un día después de los comicios-. .Explica que recibe llamadas de compatriotas para instalarse, pero “les he respondido que no tenemos la capacidad estructural para recibirlos, ya que en Celanova no hay espacio de acogida como tal”. Considera Ramírez que Galicia “no está preparada” para recibir a la cantidad de gente de Venezuela dispuesta a venir. “He hablado con políticos como el subdelegado del Gobierno y de servicios sociales para advertirles de que la gente va a venir aquí, y Ourense no está preparado para recibir a tantas personas. Las pequeñas asociaciones no podemos dar respuesta, tiene que venir del Gobierno. La situación es Venezuela va a traer como consecuencia que la gente va a salir de allí, la persecución es demasiado tenso. Es un régimen que va a por las personas, y si uno no es de los suyos se lo van a llevar”. Daysi Ramírez insiste: “Llevamos advirtiendo tiempo que de que la oleada de personas que va a venir a España va a ser muy grande”.

Además, apunta Ramírez, hay un problema, y es que los venezolanos que llegan no se pueden empadronar y regularizar su situación. “Tenemos el caso de una persona que tiene 64 años, cuando consiga los papeles tendrá más edad. ¿Quién lo va a contratar con esta edad?”.

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