Ourense se queda sin fuegos activos de más de veinte hectáreas

ALIVIO TRAS LOS INCENDIOS

Los medios de extinción consiguieron detener la propagación de los grandes incendios

Incendio declarado el pasado día 17 de agosto en Quins.
Incendio declarado el pasado día 17 de agosto en Quins. | Miguel Ángel

Ourense, por primera vez desde el pasado 8 de agosto, cuando se inició la oleada que devastó cerca de 91.000 hectáreas de monte en la provincia y puso en jaque la seguridad de muchas poblaciones, se quedó este jueves sin incendios activos (descontrolados) de más de 20 hectáreas. Una situación extensible al resto de Galicia tras la estabilización de los fuegos de Avión y Pobra de Brollón (este último en Lugo).

La Consellería de Medio Rural así lo recogía en la mañana de ayer, notificando la estabilización (evolución favorable y no se prevé que sobrepasen las líneas de control establecidas) de los focos de A Pobra do Brollón, originado el lunes en la parroquia de Abrence y que afecta a unas 900 hectáreas; y de Avión, iniciado en la parroquia de Nieva con una afectación de 250 hectáreas. Por su parte, en la tarde de ayer, pasó a la categoría de controlado el de Casaio, en Carballeda de Valdeorras, que afectó a Pena Trevinca y que calcinó alrededor de 5.000 hectáreas, según la Xunta.

En total, en los últimos 21 días se calcinaron las mismas hectáreas que en los últimos nueve años, entre 2016 y 2024

Otra de las novedades importantes de la jornada es que la Xunta dio por controlados los mayores incendios de Galicia, todos en Ourense: Larouco (más de 30.000 ha), Chandrexa de Queixa (Requeixo y Parafita, aunque el foco de Mormentelos en Vilariño de Conso solo se dio por estabilizado) tras arrasar 19.000 hectáreas; Oímbra-Xinzo de Limia (17.000) y A Mezquita (10.000). También están controlados los de Carballeda de Avia-Beade, Vilardevós (Vilar de Cervos), Montederramo (Paredes) y Maceda (Santiso y Castro de Escuadro).

La provincia despide agosto con la peor oleada de incendios desde que existen registros. En total, a lo largo de 21 días se calcinaron las mismas hectáreas que en los últimos nueve años (2016-2024). Antes del 8 de agosto, habían ardido 860 hectáreas en siete meses. Y, aunque la situación crítica ya ha pasado, aún queda un mes especialmente complicado, según los expertos en extinción.

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