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DESINTERÉS CULTURAL
La música en directo vive su momento más dulce, con la proliferación de conciertos y festivales. Tanto es así que los artistas lo tienen complicado para conseguir fechas libres a la hora de organizar sus giras, lo que provoca que estas se anuncien a un año vista. Con todo, la ciudad de Ourense está lejos de esta realidad idílica que sí se ve reflejada en el resto de la comunidad autónoma.
Galicia tiene marcados en su calendario decenas de eventos musicales para este 2025, en el que se espera a artistas y grupos de talla nacional e internacional como Kings of Leon, Lenny Kravitz, David Guetta, Quevedo, Duki, Brian Adams, Chayanne, Carolina Durante, Pablo López o Miguel Bose, entre muchos otros. Sin embargo, los que aterrizarán en la ciudad se pueden contar con los dedos de una mano.
Después de haber recibido a Sergio Dalma este pasado fin de semana en el Auditorio Municipal, Ourense solo puede marcar en rojo un par de fechas más -al menos por el momento-: el 1 de febrero, Mastodonte ofrecerá un concierto en el Teatro Principal; el 14 de febrero, en la misma ubicación, tocará La Habitación Roja; el 22 de febrero, Arce actuará en el Auditorio Municipal, mientras que el último fin de semana de mayo -23, 24 y 25- se celebrará el Ouren Sound Fest, en Pereiro de Aguiar.
El desinterés cultural por parte del gobierno local es una realidad. “Hai unha forma de entender a cultural un tanto peculiar”, señala David Paz, del Auriense. “No hay intención de que Ourense se pueda alinear a nivel cultural con A Coruña, Vigo o Santiago”, considera David Pedrouzo, programador y promotor para la marca SON de Estrella Galicia y dueño del Torgal, quién señala una falta de colaboración entre instituciones y agentes culturales.
Es precisamente esa falta de diálogo y entendimiento la que hizo que el año pasado la productora encargada del Ouren Sound Fest tomase la decisión de abandonar la ciudad y trasladarse al área metropolitana.
Así, la música llega a la ciudad principalmente de la mano de las orquestas, una programación que no se corresponde con la que debería tener una capital de provincia. “Están continuamente mandando el mensaje de que la cultura no es importante”, lamenta Pedrouzo, quien considera que las promotoras y agencias tienen dificultades para recalar en la ciudad.
“Ahora mismo estamos fuera del circuito de gira de los artistas y cuando lo queramos recuperar va a costar muchísimo”, lamenta el promotor, que insiste: “no podemos competir con el resto de ciudades gallegas porque no se quiere invertir el músculo que invierten otras”, una realidad que pesa más aún al ver que la ciudad si cuenta con espacios para organizar grandes eventos.
Así, “Ourense está quedando fóra do mapa”, señala Paz, quién considera que ”é triste que os ourensans teñan que marchar a outras cidades para poder ver a unha banda media-grande”, con todo lo que implica eso también para otros sectores que podrían beneficiarse de una buena oferta cultural.
“Es que si no es por vosotros aquí no tenemos nada”. Esa es la frase que repiten los ourensanos cada semana a los responsables de algunos locales de la ciudad que organizan conciertos en sus propios negocios. Los artistas de renombre pasan de largo, sin embargo, pequeños grupos y cantantes sí actúan en espacios privados como es el caso del Torgal, el Auriense, El Pueblo, el Latino, entre muchos otros, que tratan de solventar la falta de programación cultural de Ourense.
Con todo, el tipo de eventos que se pueden llegar a organizar en estos lugares en ningún caso pueden llegar a ser multitudinarios. “Tenemos capacidades de unos 150-200 asistentes”, señala David Pedrouzo, programador y promotor para la marca SON de Estrella Galicia y dueño del Torgal.
Además, otro de los factores a tener en cuenta es el presupuesto del que disponen. “Se queres traer unha banda con nome non chegas”, apunta David Paz, del Auriense, que indica de manera rotunda: “Tes que apostar e arriscar”. Y es que, pese a que existen algunas ayudas económicas por parte de algunas instituciones públicas, estos locales no pueden hacer frente a facturas que en algunos casos podrían llegar a superar los 2.000 euros por actuación.
Lejos de lamentarse por la situación, Paz celebra que en su local puedan dar a conocer a nuevos artistas emergentes. “As salas sempre foron o lugar de nacemento dos grupos e cantantes”, señala. Así, la posibilidad de organizar estos conciertos se convierte en una oportunidad para el local, pero también para el músico que puede darse a conocer.
En el caso de Ourense es también una oportunidad para el público, ya que si no fuese así solo podrían disfrutar de música en directo en contadas ocasiones.
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