La pandemia hace aumentar en Ourense la venta de juguetes sexuales

REPORTAJE

Los vibradores a control remoto y los succionadores fueron la opción más exitosa esta temporada

Loli Pereira con la gama de arneses y succionadores de Travexuras (XESÚS FARIÑAS).
Loli Pereira con la gama de arneses y succionadores de Travexuras (XESÚS FARIÑAS).

El tiempo en casa, en pareja o en soledad, estimuló durante la cuarentena y los meses posteriores la curiosidad de muchos que acudieron a su sexshop local para buscar respuestas. La compra de juguetes sexuales habría aumentado hasta un 30%.

Camila Rodríguez, dueña de la sexshop Travexuras, afirma que "se dispararon las ventas especialmente de juguetes sexuales a control remoto, porque muchas parejas estuvieron separadas durante la cuarentena. También de otros productos individuales como los succionadores".

Además se dio un cambio de tendencia: pese a que hace escasos años el público de las tiendas eróticas era en un 80% femenino, "cada vez más acuden los hombres. Nuestra clientela evolucionó y ahora el público es equitativo", indica, y añade que "se ha producido un avance muy grande en los masturbadores masculinos, que solían ser muy toscos".

Sin embargo, desde Travexuras pretenden cambiar el concepto de genitalizar un juguete erótico, "los dispositivos valen para ambos sexos, todos tenemos la misma piel para estimular", explica Camila Rodríguez. Los hombres practican cada vez más el sexo anal a la par que disminuyen los prejuicios: "Aunque es una práctica que se suele llevar con discreción por miedo al qué dirán, nuestras ventas de productos anales para hombre son elevadísimas", indica Camila.

La dueña de Travexuras aconseja el uso de estos productos porque "es una herramienta que nos va a ayudar a descubrir nuestro cuerpo y a tener una sexualidad más sana".

"Nuestra clienta más mayor tiene 93 años y viene a menudo a comprar sus cosas"

El prototipo de cliente que acude a un sexshop supera los 40 años y normalmente es una pareja "que busca algo que rompa su rutina diaria", señala la dueña de Travexuras.

Pese a que en muchas ocasiones se relaciona con una experiencia que busca la gente joven, "tenemos muchos clientes que superan los 80 años y que vienen para tratar de satisfacer a sus parejas pese a la disfunción eréctil u otros problemas", relata Camila Rodríguez. Además, está orgullosa de declarar que su clienta más mayor tiene 93 años: "Viene a menudo con su bastón, la ayudamos a entrar y compra sus juguetes y sus cosas sin ningún prejuicio", explica.

El asesoramiento personalizado, la clientela fiel y la posibilidad de ver y tocar los productos antes de comprarlos son la fórmula del éxito para la tienda erótica urbana, que tras 14 años en pie, no se atemoriza ante las nuevas plataformas de venta online: "No notamos su presencia porque no compartimos público", afirma.

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