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TRIBUNALES
Tras 16 años afincado en España, a donde llegó en patera, Mamadou Touré (Senegal, 1977) podría ser deportado en próximas fechas. Ayer quedó detenido, entre las 09,40 y las 20.30 horas, en la Comisaría de la Policía Nacional, a donde acude una vez al mes para fichar porque pesa sobre él una orden de expulsión desde el 12 de septiembre de 2019. Pero esta vez fue distinto ya que tras cruzar el umbral del departamento de Extranjería no volvió a salir hasta once horas después, cuando su abogada presentó una petición de asilo por razones humanitarias que paraliza, por el momento, la deportación a Senegal.
Afincado en Manzaneda, el senegalés rehizo completamente su vida tras cumplir condena por tráfico de drogas en 2021, que, además de los tres años y medio de cárcel, llevaba pareja una orden de expulsión. Touré no solo es una vecino más sino que lucha desde que salió de la cárcel por hacerse cargo de una hija de corta edad que nació cuando estaba encarcelado y que nunca llegó a conocer. El Juzgado de Familia rechazó sus pretensiones pero queda por resolver un recurso de apelación en la Audiencia provincial. Además, está a punto de ser padre de nuevo con su actual pareja, una mujer oriunda de Senegal cuya familia no aprueba la relación con Mamadou,
La vida de este ourensano más, tal como le consideran en Manzaneda, se complicó nada más desembarcar en Gran Canaria, a donde llegó con otras 70 personas sin papeles tras pagar 800 euros por un sitio en una patera. Las fuerzas de seguridad lo relacionaron con la supuesta mafia que había fletado la patera -él lo niega- y acabó en la prisión de Topas (Salamanca). Allí conoció al narcotraficante José Fernández Blanco, alias Paspayo, fallecido el pasado agosto por las graves lesiones provocadas por un accidente de tráfico. Esta peligrosa amistad pasó factura a Mamadou cuando se instaló con Paspayo en Celanova: un billete a prisión durante tres años por un delito de tráfico de drogas. Antes de ingresar en la cárcel, había tenido un affaire con la pareja de su “jefe”. Ya encarcelado, la mujer le comunicó que estaba embarazada.
Este senegalés quiso siempre, asegura, hacerse cargo de su hija, a la que solo conoce por las ecografías y las fotos de recién nacida que le mostró la madre cuando lo visitaba en la cárcel de Pereiro, antes de que la Administración autonómica le retirara la tutela al detectar una situación de desamparo en los cuidados de la menor.
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