Una sangría que no cesa

De aquellos polvos, estos lodos. El salvaje vaciado de embalses producido en verano en Ourense, del que Iberdrola salió impune, sale caro ahora con la escasez de lluvias, que dejan este año hidrológico 2021-2022 como el más seco de la década después del árido 2017, que llegó a activar las alertas. El conjunto de la provincia tiene un 50% de reservas, cuando a estas alturas del año debería tener casi un 68% (la media histórica). Mientras, la presa más grande, As Portas (que gestiona la eléctrica vasca), vuelve a vaciarse y en los últimos días ha caído hasta el 22% de su capacidad con una continua pérdida de agua, tras haberse recuperado del salvaje vaciado estival y haber empezado el año con el 32% de reservas. El pasado verano llegó a caer por debajo del 14% y a día de hoy tiene todavía dos expedientes abiertos por la Xunta de Galicia, que no se han resuelto. A este vaciado extremo de As Portas se une el de Lindoso, que explota EDP, pero que se ubica al 80% en tierras ourensanas, bebiendo del Limia. Esta presa, una de las más grandes de todo Portugal, está en situación extrema, al estar en las últimas horas de ayer al 14,4% de su capacidad, algo nunca visto con anterioridad. La propia empresa ya aludió a la escasez de lluvias, aunque cuando los indicios de sequía todavía no habían llegado el embalse ya bajaba del 40% el pasado verano.

Mientras los embalses ourensanos siguen en números rojos (solo en 2017, cuando a estas alturas estaba más bajo que ahora, al 44%), y el de As Portas vuelve a vaciarse en los últimos días, en Zamora empiezan a tomarse medidas por el salvaje vaciado de Ricobayo, también de Iberdrola, el pasado verano. Según informaba El Confidencial, la Guardia Civil apuntala los indicios contra la eléctrica por un presunto delito contra el medio ambiente por vaciar este verano el pantano zamorano “para maximizar sus beneficios”. Y es que según la investigación del Instituto Armado de la que informó ese medio digital, hay indicios de que la compañía habría dejado al 11% el embalse por haber generado la mayor cantidad posible de energía hidroeléctrica en pleno récord del precio de la luz. Las conclusiones de la Guardia Civil señalan a la empresa por haber causado “problemas de abastecimiento de agua a varias poblaciones” y ocasionó “graves pérdidas económicas en instalaciones turísticas y agrícolas de la comarca, una de las más castigadas de toda la España vaciada”.

La situación de Ourense es mucho peor que en el resto de la comunidad

Los embalses ourensanos están al 50% de su capacidad en pleno invierno y a punto de entrar en el mes de febrero. El año pasado a estas alturas estaban al 64% y en 2020 al 78%, mientras que la media histórica a estas alturas del año se sitúa en el 68%.

La falta de lluvias, unido a que algunas de las presas más vaciadas siguen vaciándose, impide recuperar el nivel que deberían tener los pantanos. Además, tener reservas hídricas tan bajas a estas alturas del año pone contra las cuerdas a la provincia mirando al periodo estival, a donde llegar con pocas reservas puede suponer una losa difícil de levantar.

Entre los embalses “vaciado” en verano, solo As Portas, gestionado por Iberdrola, es incapaz de levantar cabeza, manteniéndose en el 22% de su capacidad. Los de As Conchas (34%) y Salas (31%), que explota la energética Naturgy, han recuperado bastante sus niveles, que llegaron a rondar el 20% hace unos meses. Mientras, el de Albarellos, en el Avia, también gestionado por Naturgy, que llegó a rozar el 20%, supera ya el 50%, por encima de la media provincial.

LUGO, AL 70%

La situación de Ourense contrata con las otras provincias gallegas. En Lugo, las reservas están al 70%, y en A Coruña y Pontevedra superan el 67%.