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Entrevista
El enfermero vigués, con raíces en el concello ourensano de A Bola, Ángel Fernández Miranda, es uno de las personas al frente de la Unidad de Cuidados Intensivos Cardiotorácica de Cleveland Clinic Abu Dhabi (CCAD), uno de los pocos centros en Emiratos Árabes que utiliza oxigenación por membrana extracorpórea (ECMO) para pacientes críticos de covid-19. Cuando estalló la pandemia, Fernández Miranda estaba de vacaciones en casa y no dudó en coger un vuelo a Abu Dhabi antes de que prohibiesen la entrada en el país.
¿Cuál es la situación de la pandemia en Abu Dhabi?
Llevamos tiempo viviendo con ella, los primeros contagios oficiales llegaron a finales de enero, pero ha sido más lento que en la mayoría de los países europeos y todavía no hemos llegado al pico. Aunque esperamos estar cerca. Esta última quincena ha sido bastante desbordante en el hospital, aunque nada comparable con la situación vivida en abril en España. El número de víctimas no es comparable, pero aquí la población es menor y mayoritariamente joven. Además, la temperatura media es de 26 grados, quizás eso también ha ayudado a contenerla un poco.
¿Cómo se está combatiendo al covid-19 en el país?
Las fronteras se cerraron bastante pronto y, desde entonces, nadie puede entrar y solo salen vuelos de repatriación. Aunque no nos han confinado del todo, la recomendación del Gobierno es de quedarse en casa. El virus se va a quedar más de lo que nos gustaría, así que debemos aprender a convivir con él y acostumbrarnos a las nuevas prácticas de higiene, separación física,... A nivel sanitario se están haciendo muchos test y, en el hospital, nos tienen monitorizados, nos hacen tests cada dos semanas.
Usted es uno de los coordinadores de la unidad de cuidados críticos ¿cómo llegó ahí?
Ya han pasado cuatro años... Al acabar la carrera me mudé a Reino Unido huyendo de la precariedad que me ofrecían en España. Allí completé mis estudios y, por medio de un compañero del hospital de Exeter, tuve la posibilidad de venir aquí. Me costó un poco tomar la decisión pero ahora puedo decir que fue la correcta. Una vez aquí, se abre un abanico de posibilidades y promocionar no es difícil.
¿Cuánta gente trabaja bajo su supervisión?
En el hospital tenemos 72 camas de UCI repartidas en las unidades de neurología, medico-quirúrgica y cardiotorácica. En esta última, somos 102 profesionales para 24 camas. Pueden parecer muchos pero no lo son, especialmente en esta situación pandémica. Me gustaría tener otros 100 para cubrir todas las necesidades.
El CCAD es reconocido por practicar la oxigenación por membrana extracorpórea en pacientes covid-19, ¿en qué consiste?
Es un concepto muy muy amplio pero, en pocas palabras, se trata de una técnica de asistencia mecánica que utilizamos en pacientes con insuficiencias cardiacas o pulmonares muy severas. Retiramos sangre del cuerpo, un circuito externo la oxigena y una bomba la devuelve al organismo. Se busca, con el tratamiento médico oportuno, dar tiempo al sistema respiratorio a recuperarse y que, de esta forma, los pacientes puedan volver a respirar por sí mismos de forma efectiva. No es una técnica muy popular por su complejidad y especificidad, pero se viene utilizando ya desde hace muchos años y más con los avances tecnológicos. En Barcelona, el Hospital Vall d’Hebron es conocido por sus avances en esta técnica, también se ha practicado en el Álvaro Cunqueiro (Vigo) y en los complejos de A Coruña y Santiago.
¿Cómo ve la situación en España?
Complicada. Han sido y son tiempos difíciles de gestionar. Creo y espero que lo peor haya pasado, pero queda mucho por hacer y por sufrir. Una segunda oleada de contagios va a ser inevitable, espero que sea más leve que la anterior y que las administraciones respondan a tiempo esta vez.
Esta semana se celebró el Día Internacional de la Enfermería...
Si y por eso me gustaría enviar ánimos y felicitar a mis compañeros de profesión y a los profesionales sanitarios, en general. Están haciendo una labor intachable. Viven injusticias continuamente y trabajan en condiciones horribles, pero aun así han dado la cara sin rechistar. Y también hacer una mención para las trabajadoras de la residencia San Carlos de Celanova, me consta que han hecho un trabajo magnífico y que a día de hoy están libres de coronavirus. Ellas sí son heroínas y no los que hacemos ECMO.
¿Cómo vive estar lejos de los suyos en estos momentos?
Evidentemente pesa no estar con la familia en tiempos de incertidumbre como los que vivimos, pero aquí me encuentro a gusto y seguro. Me conformo con saber que los míos están bien. Ya llevo unos años lejos de casa, de alguna forma te acostumbras, pero obviamente los echo en falta.
¿Hay más gallegos en el país?
Sí, claro. Un montón. En mi edificio sin ir más lejos vive una familia de A Coruña. Te cuento como anécdota que, con un paciente emiratí de la familia real que pasó por el hospital, venía un fisioterapeuta privado. Hablando con él descubrí que, aunque está afincado en Suiza, tiene ascendencia de Celanova y la casa de sus abuelos está a pocos kilómetros de la de mis padres en A Bola.
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