Diego Gómez, delantero del Arenteiro: “No podía estar sin jugar para seguir creciendo”
PRIMERA FEDERACIÓN
Diego Gómez, hábil delantero natural de Amoeiro, recaló esta temporada en el Arenteiro cedido por el Deportivo
Se fue con 14 años para jugar en el Deportivo todavía siendo cadete. Ahora, seis años después, regresó cedido al Arenteiro para seguir labrando su futuro, cogiendo experiencia y disfrutar así de la familia. El año que viene volverá al club coruñés con el que tiene contrato hasta 2028 y donde espera hacer historia junto a sus compañeros y ya amigos Dani Barcia, Mella, Yeremay o los también cedidos Rubén López o Martín Ochoa.
Hablamos de Diego Gómez Pérez, que aprovecha los dos días de descanso que tiene el equipo verde para disfrutar de su familia, en Amoeiro, de donde es natural y desde donde acude todos los días a entrenar. “Es que como en casa no se está en ningún sitio y yo me fui muy joven. El estar solo te hace madurar mucho y más rápido que la gente de tu edad”. Además, comparte vivienda con su pareja, sus padres y su abuela, para la que siempre tiene palabras de cariño. Porque Diego no olvida que “ella fue la que me crió porque mis padres trabajaban. Me llevaba al parque a jugar y me inculcó, y todavía sigue haciéndolo a día de hoy, unos valores que llevaré conmigo toda la vida, que son la humildad, el trabajo y tener los pies en el suelo. Además, para mí es un privilegio el que pueda estar todos los domingos en Espiñedo viéndome y animándome”.
“Mi abuela me crió porque mis padres trabajaban y me inculcó los valores que llevaré siempre conmigo”, reconoce el jugador verde
Esta temporada recaló cedido por el Deportivo en Carballiño porque, como el mismo reconoce, “veía que en A Coruña no tenía sitio en el primer equipo y, con mi edad, lo que no puedo es estar parado. Necesitaba jugar para tener continuidad, coger experiencia y seguir creciendo. Lo hablamos, el Dépor no puso problemas y fue la mejor decisión”. Y ante numerosas ofertas se decidió por la del conjunto verde: “Por suerte tuve muchas ofertas, entre ellas del Ourense CF, pero con el Arenteiro siempre tuve una conexión especial. Mi padre lleva muchos años siendo socio del equipo y, antes de irme, siempre iba a Espiñedo ver los partidos cuando estaba en Tercera División. Podría decir que es mi segundo equipo”.
Y por ahora las cosas no le van nada mal como cuenta Diego Gómez. “Al principio empecé tocado porque tuve un esguince de rodilla y me molestaba un poco, pero ahora ya estoy bien. Me encuentro muy a gusto y espero cada jornada poder ir a más”. También con el rendimiento del equipo: “Llegamos muchos jugadores nuevos junto al cuerpo técnico y eso necesita un periodo de adaptación, pero pese a la última derrota, creo que estamos bien, somos muy competitivos y con el ambiente especial que se vive en Espiñedo que ayuda y empuja mucho podemos hacer una buena temporada, aunque teniendo claro que el primer objetivo tiene que ser salvar la categoría”. Y termina contando una apuesta “que tengo con mis ex de Coruña de que iba a marcar diez goles. Me está costando hacer el primero, pero en cuanto entre ese ya vendrán más”, finaliza entre risas.
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