La mala puntería prolonga la caída del CD Arenteiro (1-0)

Ni cuando no hace méritos, ni cuando los hace. El CD Arenteiro no reacciona. Los verdes cayeron por la mínima a domicilio ante el Avilés en otro partido de inoperancia ofensiva. Los de Arribas, que no fueron peores que su rival, se encontraron con el palo o con las manos del meta asturiano para subirse al bus con mucha frustración y ningún punto. Son siete semanas sin celebrar un triunfo. Y en tres de los últimos cuatro partidos, sin celebrar un gol. Mal asunto.

Porque solo tardaron un minuto los de Jesús Arribas en tener una doble ocasión. Ochoa se mete en el área, el meta se la “birla” con el pie y el rechace le cae a Julen Jon, que se vuelve a encontrar con el pie de Álvaro Fernández. Un inicio intenso. Tanto que el Avilés pidió dos penaltis a través del VAR en los primeros 20 minutos. Perdió las dos revisiones. Comenzaron a carburar los locales, con un Isi Ros que se movía por todos lados, no siempre con acierto, pero creando problemas. Campabadal probó a Diego García en el minuto 17 sin consecuencias. Dominaba el Avilés y buscaba la contra el Arenteiro. Y la encontró. Cabalgada de Diego Moreno, Brais Val se la pasa a Ochoa y el atacante del Arenteiro, a la media vuelta, suelta un zapatazo que se estrella en la escuadra. A milímetros del gol.

Era un llamamiento a eso de “a perro flaco, todo son pulgas”. Por eso, en el descuento, se adelantó el Avilés. Acción por la derecha, pase de Campabadal atrás para que Kevin Bautista la enganche sin caer, la espalda de Bastida le dé aún más parábola y el balón se cuele en la meta verde. Jarro de agua fría.

El segundo tiempo cambió el guion. Ahora era el Arenteiro el que tenía más el balón y el Avilés el que ansiaba con sentenciar a la contra. Empezó el carrusel de cambios, con Arribas apostando por la calidad de David Ferreiro y el toque de Aguza. Lo intentaron los de O Carballiño, pero faltaba colmillo.

Los minutos pasaban con ese “sí, pero no” hasta llegar a un último cuarto de hora frenético. Dani González, en el primer balón que tocó, tuvo el empate tras un gran pase de Brais Val. La cruzó más de la cuenta. Justo después, el potente Quicala, que creó mucho peligro desde que pisó el césped, dio la réplica para los asturianos en un par de acciones.

Locura final

En el minuto 77, el partido estaba roto y Aguza probó suerte casi desde el aparcamiento, un balón envenenado que sacó “in extremis” el portero del Avilés cuando se colaba. Pulsaciones a mil. Gol anulado al Avilés, más cambios, centros que se paseaban por el área… Y, en el minuto 95, un zapatazo de Jordan Sánchez llevaba la etiqueta de empate, pero otra vez la mano de Álvaro Fernández se cruzó en su camino para evitar que los verdes sumasen al menos un punto. Manos a la cabeza y pitido final.

La puntería marcó la diferencia en el Suárez Puerta. Un partido de empate que no fue tal porque el Arenteiro viajó con la pólvora mojada en la maleta. Mes y medio sin ganar, 10 puntos en el casillero y en puestos de descenso. La reacción se está retrasando más de lo deseado.

Tendrá que llegar el próximo sábado, en otro duelo autonómico. Los de O Carballiño recibirán al Racing Club Ferrol en Espiñedo. Los departamentales son cuartos, pero acumulan dos derrotas seguidas y ya hay “run run” sobre el equipo y el entrenador. Un partido de necesidades distintas que promete emociones fuertes.