Mingo del CD Arenteiro: “Si lo crees, lo creas”

El gol en el Arenteiro tiene un nombre claro hasta ahora: Víctor Mingo, un delantero madrileño que llegó esta temporada al equipo verde procedente del filial del Espanyol y que va a gol por partido. Tres jornadas y tres tantos lleva el ariete, que no le da más importancia y prefiere seguir trabajando duro para marcar más.

Es el jugador de moda, tanto en el conjunto verde como en el grupo primero de Primera Federación, pero él prefiere no darle demasiado bombo. Hablar con Víctor Mingo es hacerlo con un jugador tranquilo, que tiene muy claro lo que quiere. Por eso, seguidor forofo de Ilia Topuria, tiene una de sus frases como lema de vida: “Si lo crees, lo creas”. Eso es lo que pasa por su cabeza cuando visualiza los partidos: “Es una frase que me aplico para estar de la mejor forma posible los fines de semana”.

Víctor Mingo empezó la pretemporada en el Espanyol B, curiosamente a las órdenes de Raúl Jardiel, técnico verde la pasada temporada. Como allí no contaban con él, rescindió contrato y llegó a los verdes. Antes, su carrera pasó por las categorías base del Getafe y el Illescas y siempre haciendo goles. “El año pasado con el Espanyol marqué un ‘hat trick’ en la Copa Cataluña ante el Barcelona, cuando ganamos 5-0, aunque la mayoría de jugadores en ambos equipos éramos de los equipos filiales. También en Illescas marqué cuatro goles en un partido y tres en otro, pero los delanteros sabemos que los goles son rachas, aunque es verdad que siempre fui goleador. En todo caso, a los delanteros la gente nos suele catalogar por los números que firmas, si trabajas mucho pero no estás acertado ante la portería ya no luces tanto. Por suerte los cuerpos técnicos valoran más el trabajo o lo que puedas ayudar al equipo en otras facetas”.

Víctor Mingo también tiene claro que “con el olfato goleador creo que se nace y luego se va aprendiendo y mejorando. Puedes nacer con unas condiciones buenas para algo determinado, pero si no trabajas duro no vas a llegar. Y más ahora, que el fútbol es cada día más físico y de más esfuerzo, aunque ese olfato lo que te ayuda es para saber a dónde puede ir el balón”.

El pasado domingo, ante el Cacereño, marcó el primer gol de su equipo, el tercero ya de su cuenta: “Fue un buen gol. En cuanto le pegué ya vi que entraba. En todo caso, la suerte también influye, porque si pega en el palo y va para fuera ya no es lo mismo. Ahora mismo estoy con la seguridad y confianza de que van para dentro”. Y pone un curioso ejemplo: “Es como en el amor, ahora mismo tengo esas mariposas en el estómago”.

No quiere ponerse una cifra, porque tiene claro que “esto va por rachas. No pienso en un número, todos los que vengan bienvenidos son y cuantos más, mejor para todos”. Palabras de un jugador que asegura ser “una persona con unos hábitos muy tranquilos y que no me gusta alterar las rutinas. Es cierto que tengo algunas manías, como ir todos los días al gimnasio, salvo el día de partido, o una vez a la semana saltarme el régimen alimenticio. Y eso sí, siempre salto al campo con el pie izquierdo”.

Termina hablando de su equipo, que lleva dos victorias en las tres jornadas: “Aún no hemos hecho nada y tenemos que seguir trabajando duro y mejorando muchas cosas para seguir creciendo. Creo que somos un buen grupo, con buenos jugadores, pero también teniendo claro que somos un club humilde y que a la vez tampoco nos ponemos techo”. Finaliza con otra cita, que tanto le gustan: “Pies en la tierra y cabeza en las estrellas”. Pues eso.