Ni rastro de los concellos en el fútbol

Fusionar a los dos clubes de la ciudad de mayor categoría y hacerlo bajo una Sociedad Anónima Deportiva (SAD) con el Concello como máximo accionista. Ese es el proyecto por el que apuesta el acalde, Gonzalo Pérez Jácome, para tratar de acercar a Ourense a un fútbol profesional del que lleva alejado más de 20 años.

La probable creación de la Segunda División PRO el próximo verano amenaza con dejar al fútbol provincial en la quinta categoría nacional. Un abismo deportivo complicado de remontar.

La desaparición de CD Ourense (2014) tras un proyecto ambicioso para lograr el ascenso a Segunda División ha dado paso a seis años en los que ningún club de la provincia ha jugado siquiera promoción de ascenso en Tercera. Ni rastro de aquellos años en los que CD Ourense discutía con argumentos el tercer escalón del fútbol gallego, tras el Celta de Vigo o el Deportivo de La Coruña.

El proyecto que se baraja en la ciudad no tiene precedentes ni similitudes con algún otro entre sus vecinos. Las otras tres provincias gallegas presumen de fútbol profesional e incluso tienen equipos en segundo plano por encima de todos los ourensanos.

Celta de Vigo

Grupo Corporativo Ges SL

El Celta de Vigo pelea por mantenerse como único representante gallego en Primera División.

Con un presupuesto de 67 millones de euros, el club celeste tiene a Carlos Mouriño como presidente desde 2006. El empresario controla el accionariado a través de la empresa Grupo Corporativo Ges SL y tiene el 53,39% del accionariado. El vicepresidente, Ricardo Barros, ronda el 5% con el Grupo Val Miñor.

En Vigo la relación entre el Concello y el Celta es tensa y pública desde hace años, pero el club recibe una subvención anual, una aportación a la Fundación y tiene el uso del estadio de Balaídos y de las instalaciones de entrenamiento de A Madroa. Solo la reforma del estadio tiene un coste superior a los 30 millones de euros.

Deportivo de La Coruña

Pendiente de Abanca

El Deportivo está en uno de sus peores momentos. Competitivamente trata de evitar el descenso a la Segunda División B y económicamente está pendiente de confirmar la ampliación de capital que convertirá a Abanca en el máximo accionista y propietario del club herculino.

A día de hoy Estrella Galicia y el expresidente del club Tiño Fernández (empresa Altia) son los máximos accionistas, sin llegar a superar un 5% de un capital repartido entre más de 25.000 socios (inversores) con dos acciones por titular.

Abanca capitalizará 35 millones de la deuda del club y pasará a tener entre el 42 y el 75% del accionariado del Deportivo tras una asamblea que está prevista para el mes de julio.

El club tiene 42 millones de euros de presupuesto y el Concello, además de la subvención y de convenios de promoción con el club, tiene un acuerdo para la cesión del estadio de Riazor por 1 euro hasta el años 2025. Un acuerdo que ahora se tiene que revisar si el club cambia de propietario y este no tiene sede en A Coruña.

CD Lugo

Grupo Corpotativo Ges SL

Lugo podría ser un ejemplo extrapolable a Ourense por población, renta per cápita y trayectoria del club hasta la desaparición de CD Ourense. Sin embargo, el club lucense está asentado en fútbol profesional tras el ascenso logrado en 2012.

Concello y Diputación fueron clave en la conversión obligatoria del club en SAD con 600.000 y 900.000 euros respectivamente. A cambio, la directiva encabezada por José Bouso se comprometía a encontrar comprador para ese 51% del accionariado y no recibiría subvenciones hasta que apareciese el relevo.

El empresario con raíces en Riotorto Gerard López, ahora presidente del Lille, apostó por comprar un club que finalmente, y tras una operación polémica, acabó en manos del actual presidente Tino Saqués.

Bajo la empresa Frisaqués empezó controlando el 54% del accionariado y ha ido aumentándolo hasta llegar al 63%.

En Lugo, el Concello tampoco tiene relevancia alguna en un club al que le ha cedido gratuitamente y por un periodo de 25 años las instalaciones deportivas situadas en O Ceao y con el negocia, desde hace tiempo, la construcción de una ciudad deportiva.

Pontevedra, Racing... Compostela

El objetivo de la "Fusión de O Couto" es llegar al fútbol profesional, pero, en el mejor escenario posible, Ourense estaría la próxima temporada en Segunda B y, probablemente a dos categorías del objetivo tras la creación de la Segunda División B PRO.

Racing de Ferrol, Pontevedra, Celta B y Coruxo son las bazas gallegas en la, hasta ahora, tercera categoría nacional.

De los cuatro, el Coruxo es el único que no es SAD. Tiene 1.400 socios reconocidos y a Gustavo Falque como presidente desde 2001. El mandado se renueva cada cuatro años y el campo de O Vao es de propiedad vecinal.

El Pontevedra es un histórico que también ha pisado la Tercera División recientemente. Lupe Murillo (Pescamar) es la presidenta y máxima accionista. Controla el club gracias a la alianza con otro accionista, Ricardo Tilve, lo que les permite manejar más del 51% por accionariado. Enfrente, los hermanos Abal. Los empresarios de Meaño tienen el 33'8% de las acciones del club. El concello de Pontevedra nunca entró en el accionariado, pero cede el estadio de Pasarón y patrocina al club.

En Ferrol la llegada de Ignacio Rivera ha supuesto un impulso de optimismo para un club que también ha pasado muy malos momentos.

El consejero delegado de Estrella Galicia compró en 2018 el 39% de la acciones que correspondían al Concello de Ferrol y el 22% de la familia Silveira a través de la empresa Elite Administración y Gestión.

El concello ha cedido al club el uso y la explotación en exclusiva del estadio de A Malata.

En Tercera División, donde están la UD Ourense y el Ourense CF, solo milita un club representativo del fútbol gallego y lo hace tras su desaparición en 2006. El actual Compostela no es SAD y la directiva, presidida por Antonio Quinteiro, es elegida en votación por los socios. El estadio de San Lázaro es de propiedad municipal.