Nunca te desordenes

En la esquina murió el Ourense CF, con Patricio Guillén pegándose una costalada en el intento de rematar el saque de esquina con el que terminó el partido. El siguiente hito para la historia de los ourensanos deberá seguir esperando, la primera victoria en la Primera RFEF continúa haciéndose de rogar. Una semana más cerrarán la clasificación, una desatensión imperdonable les costó el partido. Del que nunca se fueron pero que no sacaron adelante. La vida quizá sería diferente si Alberto Gil hubiese acertado en lo que era gol o gol. Nada es irremediable, todavía, pero es verdad también que con puntos se ve el futuro mejor.

Que el fútbol es un juego de errores a poca gente se le escapa, Y el Ourense cometió uno, muy gordo, que le costó el partido. Con el tiempo de descanso pidiendo la hora, un saque de esquina a favor no rematado pero sobre todo mal gestionado se convirtió en una contra por la banda izquierda del ataque del Arenteiro. En un visto y no visto, David Ferreiro condujo y la pelota que puso a pocos pasos del gol no la desaprovechó Diego Gómez. El gol, otro gol que condena a los pontinos. Otra cosa es que los carballiñeses merecieron marchar al intermedio por delante, que lo merecieron, más por sensaciones que por peligro real, más allá de un pelotazo de Mangel desde fuera que acabó en el travesaño. Pero recibir un 0-1 así solo te conduce a la falta de confianza. Y sin confianza no se sale del pozo.

Final, 0-1, el Arenteiro vive en estado de felicidad. Segundos se colocan los de Jardiel, que han hecho de ganar una costumbre

Sí, el fútbol es un juego de errores pero también de acertar cuando no queda otra. Y si no que se lo pregunten a Claudio Giráldez, que todavía debe seguir frotándose la calva en la búsqueda de respuestas para entender cómo el Madrid no salió derrotado de Vigo. No se había llegado al cuarto de hora cuando Jordan cometió una imprudencia en medio campo siendo el último defensor. Alberto Gil cazó la bola y emprendió una fulgurante carrera hacia delante que dejó por los suelos al guardameta, que ni siquiera pudo incomodar. Avanzó solísimo hacia la puerta, con la pelota como única compañera. Según se acercaba se le echaron encima varios defensores, no uno ni dos, no menos de tres o cuatro, que le cerraron el palo más cercano. Ajustó hacia el otro, tanto que se le marchó. El fútbol, no está el Ourense CF para esos perdones. Quién sabe qué habría pasado después, pero seguro que ponerse por delante habría ayudado en el desenlace final de la película.

Se rehizo bien del mazazo el equipo de Rubén Domínguez, algo a lo que agarrarse, que no todo van a ser penas. De hecho la segunda parte fue suya, otra cosa es que fuego real hubo más bien poco. Ayudado también por una cierta pachorra del Arenteiro, que por lo que sea no se decidió a cerrar el partido. La entrada de Iván del Olmo aclaró el panorama, al menos intentó jugar de primeras y no ralentizar los ataques. Pero cuando no está de quiero no está de quiero, ese penalti claro que se fue al limbo. A falta de diez minutos la tuvo Alex Gil, el poste devolvió el lanzamiento. La última llegó de la bota de Del Olmo, la maniobra dentro del área fue excelente, el remate, demasiado arriba, no tanto.

Final, 0-1, el Arenteiro vive en estado de felicidad. Segundos se colocan los de Jardiel, que han hecho de ganar una costumbre. Pudieron hacerlo con más contundencia, terminaron haciéndolo con lo justo, que también vale.

Con un equipo que muy poco tiene que ver con el de la temporada pasada, el Arenteiro, sin el ejecutor, Baselga, de una semana atrás frente al Nastic de Tarragona, los carballiñeses se mostraron sobre todo en la primera parte como un equipo dominador, sólido atrás y con la portería contraria como único objetivo. Un poco más de contundencia y el partido se habría acabado mucho antes del minuto 93 en el que el cántabro Crespo Puente decretó el final.

Nada se detiene y nada está escrito aún, pero la ola buena ha llegado y de lo que se trata es de hacerla lo más larga posible. Esta semana se saboreará menos, la próxima cita está marcada para el viernes, contra el Unionistas de Salamanca. En la otra acera, un filial también en apuros, el Bilbao Athletic, espera a un Ourense CF que empieza a ver la permanencia de lejos. Más allá de eso, el primer paso es empezar a ganar, que la historia está esperando.