Pablo Gil, ex entrenador del Polígono: “Llegué hasta el límite”

Pablo Gil Rodríguez dejó el banquillo del Polígono, convirtiéndose en el cuarto entrenador que no acaba su labor en el presente curso. “Llegué al límite de mis fuerzas y ahora, visto con perspectiva, creo que lo ideal hubiese sido irme en verano después de lo del año pasado, pero la ilusión la tenía y mi idea era acabar esta temporada luchando por volver a jugar un play off de ascenso. Las circunstancias fueron cambiando, no por los resultados, que no es lo que más me importa, más bien por sensaciones, que al final fue lo que motivó que los últimos tres meses no fueran sencillos. Este era el momento de dar un paso a un lado y ayudar al club, que lo quiero un montón, para revertir la situación”.

En cuanto a su relación con la plantilla, señala que “puede que se perdiera un poco el mensaje, que la voz no llegase igual a los jugadores ni calase de la misma forma. La sensación personal es que se necesita un cambio que les haga despertar y darse cuenta de cuál es el camino para competir”.

Necesidad de un cambio

El cuadro industrial ocupa el undécimo puesto, lejos del objetivo, “pero no por distancia en puntos, sino en cuanto a las sensaciones. Conocemos esta categoría y sabemos la importancia de las dinámicas. Un mes bueno te lanza y otro malo te hunde, pero el tema también es la dificultad que parece de encontrar la regularidad y sostenerla en el tiempo. Nos estaba costando y eso es un tema más profundo que lo futbolístico. El equipo demuestra que tiene calidad para competir con cualquiera, como el partido en Verín o Velle, dos equipos que están arriba, donde se gana y empata ambos fuera. En otros, que no fueron tan buenos, se compite igual, pero a medio plazo hacen falta más cosas”.

A pesar de los vaivenes que hubo durante la liga, el técnico reafirma que “siempre estuve respaldado por toda la directiva e incluso después del partido en Melias, tras el que me pidieron que lo pensase, reflexionase la decisión de irme. Pero lo tenía claro y no era tomada en caliente. Me da rabia que sea después de una derrota, pero ganando la decisión iba a ser la misma. La necesidad de un cambio estaba ahí, más allá de resultados, y mi postura es irrevocable. Por eso, la reunión que mantuve con la directiva era más bien despedida que para convencerme porque el tema estaba cerrado”.

Pablo Gil se marcha del Polígono tras 156 partidos, 116 como entrenador y 40 como segundo, y junto a él se van Daniel Sousa y Martín Rodríguez, entrenador de porteros. Solo queda por saber quien tomará las riendas del equipo.