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ATLETISMO
Mikel García es un chaval del barrio bilbaíno de Irala y también un crack del atletismo. Hace unos días compitió en Ourense en el Campeonato de España de la Federación Española de Deportistas con Discapacidad Intelectual. Es triple campeón del mundo, pero probablemente nunca participe en unos Juegos Paralímpicos. El motivo no es ser Down pero, por desgracia, influye.
El origen de todo está en octubre de 2020, cuando Mikel, “La Bala de Irala”, apenas tenía 4 años. Se disputaban los Juegos Paralímpicos de Sidney, tristemente recordados por vivir el mayor fraude en la historia del movimiento paralímpico. La selección española de baloncesto de discapacitados intelectuales ganó la medalla de oro, pero la consiguió con un equipo en el que solo dos de sus 12 jugadores tenían discapacidad. El engaño no tardó en descubrirse, convirtiéndose en uno de los episodios más bochornosos del deporte mundial.
Las consecuencias las siguen pagando, casi un cuarto de siglo después, los que menos culpa tienen, los deportistas con discapacidad intelectual. Después de aquel escándalo, el Comité Paralímpico Internacional “cortó el grifo” a los “intelectuales”, como son conocidos, impidiéndoles participar en las dos siguientes ediciones, Atenas 2004 y Pekín 2008. Sí compitieron los deportistas de las otras tres categorías: visuales, parálisis cerebral y discapacidad física. Los intelectuales volvieron en Londres 2012, pero con un programa reducido a la máxima expresión. Solo tres deportes: tenis de mesa, natación y atletismo y en el caso de este último, con unas marcas mínimas de clasificación no muy lejanas a las exigidas a los deportistas sin discapacidad. Así, hay pruebas en los Juegos que se van directamente a la final, sin series. Los discapacitados intelectuales son, desde hace un cuarto de siglo, los grandes olvidados por el Comité Paralímpico.
Mikel García estuvo en Ourense con Javi Conde Pujana. Es su entrenador, uno de los deportistas paralímpicos españoles más laureados (9 medallas entre Barcelona 1992 y Atenas 2004, con 7 oros y 2 platas en la categoría de discapacidad física por sufrir una agenesia congénita en los brazos) y de Basauri, pero con antepasados en tierras macedanas, puesto que su padre es de Outeiro de Rei. Fundó el Club Paralímpico Javi Conde, que cuenta con 70 deportistas, la mayoría intelectuales, que precisamente acaba de conquistar en la pista corta ourensana el título nacional por equipos. Predica con el ejemplo, pues es un activista en la defensa de los derechos de los deportistas con discapacidad, convirtiéndose en el primer atleta del mundo en correr y finalizar un maratón en cada una de las 29 ciudades que han sido sede de Juegos Paralímpicos, un reto solidario desde el que ha donado más de 210.000 euros a más de 120 oenegés.
Javi Conde lo tiene claro. “Es una injusticia y una vergüenza. En los Juegos Paralímpicos de París 2024 participaron más de 4.200 deportistas de los que solo 150 eran discapacitados intelectuales, un 3,5 por ciento. Ni siquiera se sabe la cantidad exacta, porque no se exponen los datos. Si en 25 años el Comité Paralímpico no ha sido capaz de conseguir las herramientas para demostrar que los atletas que participan en los Juegos tienen discapacidad intelectual es que son unos inútiles. Participar en unos Juegos es lo más grande para cualquier atleta, discapacitado o no, por lo que privar a esta gente de algo que se merece es una vergüenza y una discriminación, porque no hay tantas exigencias para los visuales, los deportistas con discapacidad física o con parálisis cerebral”.
Añade: “Van a conseguir que los Paralímpicos sean unos Juegos exclusivos para países del tercer mundo”. Y se explica: “Muy sencillo. En el primer mundo, cada vez hay menos discapacitados visuales. En el caso de personas con parálisis cerebral, en Europa y en muchos de los países desarrollados está sucediendo lo mismo. En cuanto a los físicos, ya no hay polio en el primer mundo. Sin embargo, qué paradoja, la única de las categorías paralímpicas en la que las cifras entre países del primer mundo, en vías de desarrollo y del tercer mundo son equiparables es la de los discapacitados intelectuales y, sin embargo, apenas suponen el 3,5 por ciento de los participantes en unos Juegos”.
Javi Conde Pujana tiene claro que “es un trato discriminatorio. En la ceremonia de apertura bien que enfocan a los intelectuales, pero después su participación se reduce al 3,5 por ciento. No les prohíben participar, pero las marcas mínimas que les exigen lo parece. Correr en la Fórmula 1 con un utilitario es imposible, pues con estas exigencias, un Down no podrá participar nunca en unos Juegos porque no puede alcanzar las marcas de otros intelectuales que compiten en sus mismas pruebas. Mikel García es campeón del mundo de 400, 800 y 1.500 metros. Se levanta de madrugada para entrenar seis días a la semana, lo hace compartiendo instalaciones con atletas olímpicos y otros paralímpicos. Tiene un plan de entrenamiento igual de exigente y es igual de estricto en el trabajo, descanso y alimentación que esos otros atletas. ¿Por qué él no puede participar en unos Juegos? Se dice que están haciendo estudios de Autismo y Down, pero vaya película. Estamos haciendo mucho ruido por esta injusticia y parece que en Brisbane 2032 se abrirá la mano con los Down, pero entonces, Mikel tendrá siete años más y entonces no podrá participar porque sus marcas ya no serán tan competitivas como ahora, son cosas de la edad... En Ourense está Martín Fernández (CD La Purísima). Tiene un marcón en los 400 metros, 51 segundos, pero con las mínimas exigidas seguirá viendo los Paralímpicos desde casa. También su compañero Alejandro Montero, otro enorme atleta. Lo mismo”.
El séptuple campeón paralímpico hace una reflexión que desemboca en una pregunta y otra paradoja. “Para los intelectuales hay campeonatos autonómicos, de España, Europeos, Mundiales, incluso los Virtus Global Games; hay competición en pista corta, al aire libre y campo a través; pero, ¿por qué se veta a los intelectuales en los Paralímpicos cuando unos Juegos se supone que son la máxima expresión del deporte global, de la inclusión? España participó en los Paralímpicos de París con 150 deportistas y solo dos eran discapacitados intelectuales, ¿con qué ilusión se va a entrenar esta gente? Hace años que en los campeonatos que organizamos damos visibilidad al problema con una pancarta reivindicativa cuyo lema empezó siendo “Down Paris 2024”, pasó a ser “Down LA 2028”, y a ver si es realidad en Brisbane 2032. Que el Comité Paralímpico Intelectual discrimine a sus propios atletas es muy triste, nos están engañando”.
Javi Conde insiste en su lucha en favor de la igualdad para los discapacitados intelectuales en el deporte. “No nos callaremos, nos hemos tomado esta lucha muy a pecho. La ausencia en unos Juegos no solo tiene una consecuencia deportiva, también económica, pues no hay acceso a las ayudas paralímpicas del Consejo Superior de Deportes. Mikel es multicampeón del mundo y en su vida solo ha recibido una beca, 1.400 euros. Y como Mikel, muchos. Hay que solucionar esta injusticia, por eso hacemos ruido. Necesitamos el altavoz de los medios. La herramienta la tenemos, es la verdad”.
Javi Conde Pujana, nacido en Bilbao el 14 de julio de 1964 aunque su padre es de Outeiro de Rei (Maceda), es uno de los deportistas paralímpicos españoles más laureados (7 oros y 2 platas entre Barcelona 92, Atlanta 96, Sidney 2000 y Atenas 2004). Fundó el Club Paralímpico Javi Conde, recientemente campeón de España por equipos en Ourense. Predica con el ejemplo y es activista en la lucha por los derechos de los discapacitados intelectuales en el deporte.
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