El BCE cumple lo esperado y mantiene los tipos en el 2%
MLF EN EL 2,40%
Cuenta con la “determinación” de estabilizar la inflación en el objetivo del 2% a medio plazo
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) decidió ayer cumplir con el guión y mantener de nuevo sin cambios los tipos de interés, de forma que la tasa de depósito (DFR) seguirá en el 2%, la de referencia para sus operaciones principales de refinanciación (MRO) en el 2,15% y la de la facilidad marginal de préstamo (MLF) en el 2,40%.
Tal y como daban por descontado los mercados, el BCE optó por esperar después de haber detenido en junio el ciclo de flexibilización que recortó el precio del dinero en 200 puntos básicos mediante ocho ajustes a la baja, los últimos siete de forma consecutiva. “El Consejo de Gobierno ha decidido hoy mantener sin variación los tres tipos de interés oficiales del BCE. La inflación se sitúa actualmente en torno al objetivo del 2% a medio plazo y la valoración sobre las perspectivas de inflación se mantiene prácticamente sin cambios”, explicó el instituto emisor.
El BCE insistió en que cuenta con la “determinación” de estabilizar la inflación en el objetivo del 2% a medio plazo, para lo que se aplicará un enfoque dependiente de los datos a la hora de fijar los tipos “reunión a reunión”. Las futuras decisiones se basarán en la valoración de las perspectivas de inflación y de los riesgos a los que están sujetas teniendo en cuenta los nuevos datos económicos y financieros, la dinámica de la subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria. El organismo dirigido por Christine Lagarde descartó comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos.
Compra de activos
En cuanto a los programas de compra de activos (APP) y el de compras de emergencia frente a la pandemia (PEPP), el BCE indicó que el tamaño de las carteras siguen reduciéndose a un ritmo “mesurado y predecible” al haberse dejado de reinvertir el principal de los valores que van venciendo. El BCE mantuvo mayoritariamente sin cambios sus proyecciones de inflación general a tres años vista en comparación con las avanzadas en junio. En conjunto, anticipa que la inflación general se sitúe de media el 2,1% en 2025, el 1,7% en 2026 y el 1,9% en 2027. Las estimaciones para este año y el siguiente se revisaron en una décima al alza, mientras que la de 2027 se redujo en una décima.
De excluirse el impacto de la energía y los alimentos, la variable subyacente se quedará en el 2,4% en 2025, el 1,9% en 2026 y el 1,8% en 2027. Dichas cifras son iguales que en junio, menos para el 2027, que es de una décima menos. En cambio, el crecimiento de la economía se situaría en el 1,2% en 2025, tres décimas más que lo previsto en junio. La proyección para 2026 es ahora una décima inferior, situándose en el 1%, al tiempo que la proyección para 2027 se mantiene sin variación en el 1,3%.
La tasa de inflación de la eurozona se situó en julio en el 2% interanual, idéntica subida a la del mes anterior, mientras que, en el conjunto de la Unión Europea, el incremento fue del 2,4%, una décima más. Entre los países de la UE, los mayores aumentos correspondieron a Rumanía (6,6%), Estonia (5,6%) y Eslovaquia (4,6%).
Lagarde ve finiquitado el proceso de desinflación y pide prudencia
La presidenta del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, dio ayer por acabado el proceso de desinflación en la eurozona, al tiempo que animó a los responsables políticos de todos los países, en referencia a Francia, a acatar la disciplina y reglas fiscales. “El proceso desinflacionario ha acabado, pero aún seguimos estando en una buena posición”, resumió Lagarde.
Sin embargo, reiteró también que la institución que preside sigue “determinada” a estabilizar la inflación en el entorno del 2% a medio plazo mediante un enfoque “reunión a reunión” y sin precomprometerse de antemano con ninguna senda de tipos. De su lado, Lagarde rechazó opinar sobre países concretos al ser preguntada por la inestable situación política en Francia, pero se mostró “convencida” de que los responsables políticos de todos los Gobiernos del continente acabarán acatando la disciplina fiscal.
Lagarde destacó que la economía de la eurozona creció un 0,7% durante la primera mitad del año gracias a la demanda interna. No obstante, esta mejora fue más acusada en el primer trimestre que en el segundo, ya que este último se vio sacudido por la guerra comercial lanzada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
“Se prevé que el aumento de los aranceles, la fortaleza del euro y el incremento de la competencia mundial frenen el crecimiento durante el resto del año. Sin embargo, el efecto de estos factores adversos sobre el crecimiento debería desaparecer el año que viene”, indicó Lagarde.
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