España, entre los países con menos desigualdad salarial

Desde principios de la década del 2000, la desigualdad salarial en España ha experimentado una disminución promedio del 0,6% anual, lo que ha resultado en una caída acumulada del 14,4% en 24 años. A pesar de este avance, los salarios no han crecido de manera uniforme a través de todos los percentiles. Mientras que en la mayoría de la escala salarial se ha observado un crecimiento real del salario promedio de entre el 0,2% y el 0,6%, los percentiles más altos han registrado caídas reales de entre el 0,2% y el 1,2%. En cuanto a los salarios reales, se observa un aumento en 2023 del 1,4%, y se estima que en 2024 el crecimiento será del 0,6%, por debajo de la media de los países avanzados del G-20. Esta recuperación en comparación con la caída del 3,5% registrada en 2022 debido a la alta inflación, refleja un repunte en la capacidad adquisitiva de los trabajadores.

“Los datos nos deben animar a seguir promoviendo políticas salariales a través del diálogo social, y a seguir fomentando la productividad laboral, de manera que se contribuya al crecimiento real de los salarios en nuestro país, sobre todo para mejorar el nivel de vida de aquellos trabajadores que más han sufrido la crisis del coste de la vida”, ha indicado el director de la oficina de la OIT para España, Félix Peinado.

"La desigualdad salarial ha mostrado avances, pero la brecha de género y los bajos salarios siguen siendo un desafío"

A nivel global, la tendencia es similar, con una reducción de la desigualdad más pronunciada en los países de renta baja. En España, los datos muestran que el 10% de los trabajadores peor remunerados obtienen solo el 0,5% de la masa salarial, mientras que el 10% de los mejor remunerados captan el 23%. Las mujeres, que representan el 47,7% de los asalariados en España, constituyen el 60% de los trabajadores con salarios bajos, y los migrantes, que son el 17,6% de la población asalariada, conforman el 26% de los asalariados de bajos ingresos. A pesar de la mejora en los salarios, la brecha de género y la desigualdad relacionada con los migrantes siguen siendo desafíos significativos.

El informe también resalta que desde la crisis financiera de 2008, los salarios en España han perdido un 4,5% de poder adquisitivo. Además, a pesar de que la productividad laboral ha aumentado un 10% desde el inicio del milenio, este crecimiento es considerablemente más bajo que el de otros países avanzados, donde la productividad ha crecido casi un 30%. La brecha entre el crecimiento de los salarios y la productividad ha sido especialmente notable desde 2010. En esta línea, Vázquez ha afirmado que la reducción de la jornada laboral que el Gobierno está impulsando en España debe tener en cuenta datos empíricos para alcanzar una negociación “sana y constructiva”.

Salarios con diálogo social

La OIT recomienda a los países una batería de medidas que pasan por fijar los salarios a través del diálogo social, pero adoptando un enfoque global que considere tanto las necesidades de los trabajadores y sus familias, como los factores económicos. De igual manera, insiste en la necesidad de promover la igualdad salarial y la igualdad de oportunidades que apoye la igualdad de género, la equidad y la no discriminación y utilizar datos fiables. Además, han pedido tener especial atención al impacto de la vivienda en la desigualdad.

Desde el organismo, también abogan por abordar las causas profundas de los bajos salarios como es el caso de la informalidad, la baja productividad y la infravaloración de los sectores donde los bajos salarios predominan. Además, indica que la reducción de la desigualdad de ingresos de los hogares exige también una redistribución de ingresos a través del sistema de impuestos y transferencias sociales de los países. No obstante, desde la OIT reconocen que la redistribución a través de impuestos es una medida limitada en los países en desarrollo por la gran proporción de trabajadores por cuenta propia.