Covelo recreó su vieja lucha para que el Entroido perdure

ENTROIDO EN MELÓN

La falta de vacas habituadas a los carros de labranza obligó a utilizar un tractor con los mecos

Publicado: 04 mar 2025 - 19:05 Actualizado: 05 mar 2025 - 10:24

Santo Entroido y Santa Entroida en el tractor.
Santo Entroido y Santa Entroida en el tractor. | Iago Cortón

La localidad de Covelo, en el municipio de Melón, recreó un año más la lucha por la corona del Entroido, una tradición ancestral que se fue transmitiendo de padres a hijos y que perdura en el tiempo con más o menos variaciones.

Uno de los hándicap a los que se enfrentaron en esta ocasión los organizadores fue la ausencia de vacas o bueyes habituados al carro en el que se porta cada año a los mecos Santo Entroido y Santa Entroida. Aunque en una aldea en la que abundan las reses, a estas alturas ya ninguna de ellas es utilizada en la labranza, por cuyo motivo fue necesario recurrir a un tractor que hizo el recorrido hasta el Monte da Raña, encabezando el séquito real.

La lucha entre danzantes y soldados para quitarle la corona al rey remataba con el triunfo del Entroido, permitiendo así que continúe la tradición en años sucesivos. Todo un simbolismo en defensa de las costumbres y tradiciones de esta aldea de aproximadamente cuarenta vecinos. Así, entre el séquito del rey, representado por Manuel Taboada, además de danzantes y soldados, también participaron el bobo, el juez, el fiscal, el procurador y el secretario, además del portero que se encarga del caballo.

Los vecinos donaron diversos productos para ser subastados e invitan al aperitivo

Los vecinos de Covelo se vuelcan con el Entroiro, participando en el séquito real, al mismo tiempo que donaron distintos productos para la subasta en la que se recaudaron fondos para la organización del próximo año. En esta ocasión se subastó un cordero, piezas de carne de cerdo, huevos, naranjas, manzanas y licores. Los participantes, tras el recorrido de más de 3 kilómetros y de la lucha por la corona, tuvieron la oportunidad de reponer fuerzas con pinchos dulces y salados que les ofrecieron en varias de las casas, situadas en distintos lugares del pueblo. 

Entre el público también se sumaron personas disfrazadas disfrutando del ambiente entroideiro.

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