Ayuso se defiende del uso de un chalet de la Comunidad de Madrid, comiendo de táper: “No es el Falcon”

COMPARACIÓN CON SÁNCHEZ

Ayuso comió de táper en su estancia en un chalé oficial. La presidenta madrileña afirma que mientras Sánchez viaja en un Falcon, ella compra “en el Covirán”

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la presentación de Milla Canal.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, durante la presentación de Milla Canal. | Europa Press

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, no ve equiparable “el Falcon, los viajes a República Dominicana y los cuatro palacios” del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con ir a Rascafría con su táper y “comprar en el (supermercado) Covirán” con sus medios. Así se pronunció ayer sobre su polémica estancia de dos días en un chalé propiedad de la Administración autonómica.

He estado dos días en una casa y me llevé mi comida de casa, cené en un restaurante del pueblo y compré en el Covirán con mis medios”, remarcó ante la prensa desde Milla Canal, el proyecto transformación de las instalaciones deportivas Canal de Isabel II, y el nuevo espacio de la Fuente del río Lozoya.

Lo hace después de que el PSOE-M hubiera pedido formalmente visitar el chalet de El Paular, ubicado junto al Parque Nacional de Guadarrama, que la presidenta Ayuso utilizó junto a su familia mientras Más Madrid registró una proposición de ley para que “ningún cargo público pueda hacer uso distinto del patrimonio de la Comunidad de Madrid del que podría hacer cualquier otro ciudadano o ciudadana, salvo aquellos que estén previstos para el ejercicio del cargo que ostente”.

Para Ayuso, todo forma parte de un “ataque personal” contra ella. “Se me critica que yo no pueda vivir por mis medios en una casa que no me paga nadie y tengo que ver cómo se quieren equiparar cuatro palacios durante siete años, con todos los séquitos y ninguna transparencia porque todavía no se sabe nunca quién va y qué se negocia en esos palacetes. Se quieren tapar prostíbulos y que el suegro (de Sánchez) recibía sobres en dinero negro y cuatro pisos pagados con estas tramas”, lanzó la jefa del Ejecutivo madrileño, que cargó contra la “dictadura comunista” que cree que protege a Sánchez y su entorno.

"Desprestigiar"

Díaz Ayuso tiene claro que “se intenta de manera chavista desprestigiar a la gente”. “Yo me llevé mi comida de casa, cené en un restaurante del pueblo y compré con mis medios en el Covirán, por cierto, con un personal excepcional”, respondió sobre su estancia en Rascafría.

La presidenta regional recalcó que lleva años con el sueldo congelado. “Yo me pago mis vacaciones, me pago mis billetes de avión, me pago mis restaurantes. ¿Puede el presidente del Gobierno decir lo mismo? Me pago mi casa y si voy a unas instalaciones públicas, malo. Si vivo con mi pareja, malo. Si me pago un hotel con mi propio dinero para gestionar la pandemia, malo”, enumeró.

Detrás ve un intento de querer “acabar” con ella en lo personal. “Y si me fuera debajo de un puente le buscarían la trama al terreno del puente, a ver si el propietario del terreno es de no sé dónde. Así es cómo funcionan conmigo, en el ataque personal desde hace seis años, haga lo que haga”, condenó.

Ayuso ve de fondo “una exageración que no tiene nombre” porque “pretenden equiparar toda la trama de corrupción de la presidenta, la mujer del presidente del Gobierno, Begoña Gómez, de su hermano, de Ábalos, de Koldo, de los ataques a la UCO”, con los demás.

Es más, Ayuso aseveró que “un viaje en Falcon vale lo que todo el gasto de la Comunidad de Madrid en un año”. “¡Qué me van a equiparar los viajes a República Dominicana, que son centenares, los cuatro palacios durante siete años, todos los gastos de 15 ministros con dos días con el táper de mi casa! Van apañados”, lanzó ante las críticas. Sobre las instalaciones de Rascafría, la presidenta explicó que es “un terreno que se ha recuperado para todos los madrileños, con una ermita y con una serie de dotaciones”. “Para difamar vamos a gran velocidad en este país pero para rectificar nos quedamos en una esquina de una noticia en la página impar y si puede ser al lado de los crucigramas”, zanjó.

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