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NIEGAN LA COACCIÓN
El juicio al expresidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), Luis Rubiales, por el beso no consentido a la futbolista Jennifer Hermoso y las coacciones posteriores, ha quedado visto para sentencia este viernes.
La vista, que comenzó el 3 de febrero, se ha desarrollado a lo largo de nueve sesiones en las que han declarado los acusados, incluidos Rubiales y Hermoso. Ambos se centraron en debatir si hubo consentimiento en el beso durante la entrega de medallas tras la victoria del Mundial Femenino de Fútbol en 2023.
Los acusados, entre ellos Rubiales, el exdirector de la selección española Albert Luque, el exseleccionador femenino Jorge Vilda y el exresponsable de Marketing Rubén Rivera, han desmentido las acusaciones de coacción, y han coincidido en afirmar que sus acciones no constituyeron intimidación. Rubiales y su abogado sostienen que hubo consentimiento, argumentando que Hermoso aceptó el beso y que, aunque pudiera no haberle gustado, accedió de forma voluntaria.
Las defensas de Luque, Vilda y Rivera han alegado que no hubo coacciones y que las acciones de sus representados fueron en un tono de preocupación, no de intimidación. En particular, el abogado de Vilda destacó que sus comentarios sobre las posibles consecuencias profesionales y personales para Hermoso no fueron presiones, sino un intento de ayudarla a lidiar con la presión mediática.
Rubiales enfrenta una posible condena de 2 años y 6 meses de prisión, mientras que los otros tres acusados se enfrentan a penas de 1 año y 6 meses por las coacciones. Sin embargo, las defensas han solicitado la absolución, argumentando que no hubo delito.
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