Leire Díez abandona el PSOE y Ferraz suspende el expediente

Leire Díez solicitó la baja voluntaria como militante del PSOE seis días después de que el partido le abriese un expediente informativo sin aplicarle medidas cautelares. La socialista acudió ayer por la tarde a la sede estatal del partido, donde se reunió durante casi dos horas con el director de los servicios jurídicos del partido, Alberto Cachinero, que era el instructor de su expediente, a raíz de la crisis que causó su actuación en reuniones con empresarios y abogados en las que ofreció tratos favorables con la Administración, incluidas la Fiscalía y la Abogacía del Estado, con el propósito de obtener información comprometedora de mandos de la Unidad Central Operativa (UCO), que tiene en la actualidad abiertas varias investigaciones que afectan a miembros del Gobierno del partido socialista.

El PSOE había iniciado el pasado miércoles un expediente tras la presión creciente tanto dentro como fuera del partido para que se actuase con urgencia. Fue el caso del presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que instó al partido a tomar “medidas drásticas e incluso medidas legales”.

La reunión con el responsable de los servicios jurídicos encargado de recopilar la información sobre el caso y las alegaciones de Díez era el paso previo a un posible expediente disciplinario que podría conllevar la expulsión del PSOE por el daño a la imagen y reputación del principal partido del Ejecutivo. Según la versión ofrecida por el PSOE, Díez renunció de forma voluntaria como militante al final de su declaración.

Pidió comunicarle directamente al secretario de Organización, Santos Cerdán, su renuncia como militante. Desde que se haga efectiva la baja de Leire Díez del partido, a partir de ahí, y según indicó el PSOE, cualquier medida de carácter orgánico contra ella queda suspendida, y también el expediente abierto.

La ya exafiliada, que niega ser una fontanera de Ferraz, convocó a la prensa para hoy a las diez de la mañana en un hotel madrileño. Díez se negó a hacer declaraciones tanto a su llegada a la sede del PSOE, a las 16.25, como a su salida, a las 18.40, en medio de un enjambre de cámaras y periodistas.

Desde que estalló el caso, tanto el PSOE como el Gobierno se desvincularon de sus actividades y aseguraron que no trabaja a las órdenes del partido y no está mandatada para ofrecer acuerdos de ningún tipo, incluso señalan que el comportamiento que aparece en las grabaciones trasladadas por la prensa no les gusta.

Además, la habían calificado como “militante de base”, aunque entre 2018 y 2024 desempeñó varios cargos de responsabilidad en las empresas públicas Enusa y Correos. La propia Díez también negó estar al servicio de Ferraz y se justificó señalando que trabaja por libre en una investigación periodística sobre el fraude de hidrocarburos.