Los mercaderes de la muerte

Tribuna

Publicado: 01 jun 2020 - 09:34 Actualizado: 01 jun 2020 - 12:18

En contra de lo que cabría esperar, hoy la ciudadanía española no está bien informada sobre las consecuencias negativas del consumo de tabaco, y así se explica que el tabaquismo produzca aproximadamente 52.000 muertes cada año ¡si han leído bien! Cada día 150 fumadores en España se mueren por fumar.

Los adolescentes y jóvenes, incluso cuando están informados sobre los riesgos que supone el fumar para su salud, suelen ignorarlos debido principalmente a que su comportamiento está más determinado por el contexto social (qué es lo que se espera de él/ella) que por sus decisiones personales. De este modo nos encontramos con que a lo largo del año 2018 empezaron a fumar en España algo más de 205.000 menores de 18 años, siendo mayor la proporción entre las chicas (116.300) que de chicos (89.300). Por término medio, el primer consumo de tabaco se produce a los 14,1 años y adquieren el hábito de fumar diariamente a los 14,7 años de media, algo más de medio año después de haberlo probado por primera vez. Este dato es muy importante desde el punto de vista epidemiólogo, ya que los fumadores jóvenes suelen convertirse en adictos antes de alcanzar la edad adulta, lo que aumenta sus riesgos de padecer enfermedades crónicas como: enfisema, cáncer y afecciones cardiovasculares; aunque también genera problemas a corto plazo como: disminución de la función pulmonar, tos, sensación de ahogo, reducción de la condición física y complicaciones del embarazo. A pesar de todo ello, muchos jóvenes consideran que fumar es algo agradable, adulto y que está de moda; mientras sus padres/madres fumadoras (o no) apenas les dan importancia, ¡en línea con los políticos que nos gobiernan!

El impacto de las Leyes 28/2005 y 42/2010 nos había dado un halo de esperanza en cuanto a la reducción de estas enfermedades al reducirse la prevalencia del número de fumadores, pero en el año 2018 hemos vuelto a recuperar ese fatídico 34% de fumadores diarios previo a la aprobación de la ley en el 2005.

¿Qué ha pasado? ¿Cuál es el análisis del incremento del consumo de tabaco en España? Tal vez se podríamos enunciar varias causas: cierta inactividad por parte de la administración, el aumento descarado del contrabando de tabaco, la publicidad y difusión del Vapeo mediante cigarrillos electrónicos (e-cigarettes) e incluso la publicidad engañosa de que podrían ser utilizados para el abandono del consumo de cigarrillos, la aparición de otros dispositivos para vaporizar el tabaco pero con similar poder de adicción (IQOS), falta de programas encaminados a la prevención y reducción drástica de campañas “antitabaco” tanto en el ámbito autonómico como nacional, falta de financiación de tratamientos (el Ministerio de Sanidad financia por primera vez, desde enero de 2020, dos fármacos para dejar de fumar: la vareniclina y bupropion), publicidad del papel y tabaco de liar observándose un considerable aumento de las ventas de tabaco para liar, la aparición de formas emergentes de consumo muchas de ellas promovidas por la propia administración (observemos como los estancos de este país presentan en sus expositores pipas de agua o cachimbas, instrumento dirigido principalmente a los más jóvenes), permisividad en el consumo de terrazas de bares y restaurantes ya que en el 88% de los casos se incumple con la normativa, precio de las cajetillas más barato en comparación con países donde está disminuyendo la prevalencia de fumadores, la aparición/resurgir de las “think tanks” o grupos de presión que influyen sobre “nuestros” políticos con la “matraca” de la creación de empleo con la industria del tabaco y la permisividad del marketing encubierto en películas, series de televisión, libros, comics, videojuegos e internet con sus redes sociales y sus “influencers” contratados por la industria de tabaco.

Mención especial merece el cine español, financiado la mayor parte con dinero público; demostrar el por qué se muestra tanto fumador/a de tabaco en las series españolas como por ejemplo: la antigua “Sin tetas no hay paraíso”, o más recientes como “Clara Campoamor”, “El Caso” o “Arde” entre otras, es una misión casi detectivesca saber si lo exige el guión o la industria del tabaco ¡allá cada uno con su conciencia! ya sea actor/actriz, productor, guionista o director/a, pero deben saber que están ayudando de forma in-directa a enfermar a la población, juventud incluida y la salud no tiene precio.

Es paradigmático que a pesar de la evidencia científica que disponemos sobre el sufrimiento y muerte que causa el consumo de tabaco, una parte importante de los políticos, medios de comunicación y ciudadanía “hacen oídos sordos” ante este hecho. Además, a la industria del tabaco (o “mercaderes de la muerte”) se les permite, no solo que nos ocultasen durante décadas el daño que causa el tabaco sobre la salud, sino perfeccionar nuevas tecnologías y formas para potenciar la efectividad de la nicotina y así generar nuevos adictos. Lo paradójico es que todo es legal. Lo único que se persigue y penaliza es el contrabando, es decir, defraudar a la Hacienda pública.

Contenido patrocinado

stats