Xurxo Bouzo, canterano y referente de CD Ourense

De presencia muy reconocible. Alto, espigado, pelo inconfundible, con tanta calidad deportiva como humana aun cuando más le golpearan vida y suerte esquiva; Xurxo Bouzo Estévez (Maceda, 1978), aquel joven zaguero que despuntaba en As Lagoas antes de su llegada a la cantera del extinto y recordado Club Deportivo Ourense, fallecía días atrás en Ourense no siendo hasta ayer cuando se encontraba su cuerpo en el lecho del río. 

Xurxo, referente de los más puros del ourensanismo, un “pedazo de pan” como lo definía ayer mismo Jorge Paz -uno de lo más grandes conocedores de la historia del club al que Xurxo por devoción siempre regresaba-, se fue y lo hizo sin dejar de ser aquel canterano largo de zancada amplia y alma rojilla que llevara cuatro años galones de capitán en el reconvertido proyecto ourensanista en la UDO.

Xurxo se fue y lo hizo sin dejar de ser aquel canterano largo de zancada amplia y de entregada alma siempre rojilla

Xurxo fue más de lo que significaba pasión y amor por su Ourense en O Couto. El fútbol provincial llora la muerte de uno de los canteranos con mayor proyección recién llegado el nuevo milenio. Calidad y potencia a partes iguales le convirtieron, apenas entrado en la veintena, en uno de los fijos en la zaga del primer equipo de Club Deportivo Ourense, aunque su apuesta siempre fue por el balompié más cercano. 

Después de tres temporadas, cambió O Couto por el José Arjiz. En Verín, aunque con objetivos deportivos un poco menos ambiciosos, llegaron para él años felices, allí estuvo en tres etapas diferentes, y desde el primer momento se ganó a compañeros, directiva y afición.

Entremedias, pasó por un CD Arenteiro que militaba entonces en la Preferente así como por Celanova y su Sporting.

Calidad y potencia a partes iguales le convirtieron en uno de los fijos en la zaga del primer equipo del Ourense

La desaparición de CD Ourense en 2014 significó un punto de inflexión en la carrera futbolística de Xurxo. Tenía 35 años y aun así apostó por el regreso, convirtiéndose en uno de los grandes impulsores del proyecto que apenas nacía en O Couto, el de una Unión Deportiva Ourense en la que militó hasta su adiós al fútbol, adiós al “verde”, pero no a la pasión incontenible que por siempre marcó su vida. Siendo así uno de los capitanes, desde el centro de la defensa participó en los cuatro ascensos consecutivos que llevaron al equipo desde la entonces denominada Tercera Regional hasta la Tercera División, y después de ese último ascenso decidió colgar las botas -”El cuerpo dice se acabó”, confesaba entonces en las páginas de La Región a Fabián Clinaz-.

Protagonizó Xurxo muchos y distintos momentos especiales, aunque quizá la mayor gesta de este macedano la escribió siendo muy joven, recién llegado a la primera plantilla del CD Ourense, en el año 2000. Fue en la histórica eliminatoria de octavos de final de Copa del Rey ante el Fútbol Club Barcelona de Louis Van Gaal. Después del 1-2 de la ida en O Couto, Xurxo se plantó en el Camp Nou, donde “secó” a un tal Luis Figo, siendo uno de los “jefes” de la zaga. No pudo pasar la ronda con su Ourense pero sí lídero a su equipo desde donde dicen los puristas arranca el fútbol, plantando cara y empatando sin goles a los blaugrana.