El Consorcio lleva 20 años de lucha por un turismo sostenible

RIBEIRA SACRA PATRIMONIO DE LA HUMANIDAD

Una veintena de ayuntamientos y dos diputaciones de diferentes colores políticos han sido capaces de ponerse de acuerdo para que la Ribeira Sacra saque el mayo rendimiento posible del sector turístico. Todos los agentes socioeconómicos hablan de la necesidad de mantener un modelo apartado de la masificación, con el patrimonio y el paisaje como principales estandartes, además de la enología

Dos décadas dan para mucho. Para impulsar sueños, trazar rutas y consolidar una identidad. Así lo siente Alexandra Seara, gerente del Consorcio de Turismo da Ribeira Sacra, cuando este viernes, en el foro organizado por El Progreso y La Región, echó la vista atrás para repasar el camino recorrido desde que esta entidad comenzara su andadura, hace ahora veinte años, recogiendo el testigo del consejo regulador de los vinos de la denominación de origen Ribeira Sacra, pionero en divulgar el potencial de este territorio.

"En 2005, el Consorcio comenzó su andadura con fuerza, gestionando un ambicioso plan de dinamización turística que nos permitió invertir tres millones de euros en el desarrollo local entre 2005 y 2009", recuerda Seara.

Pero el verdadero valor no fue el económico, sino el simbólico: la unión de 20 ayuntamientos y dos diputaciones, de distintos colores políticos, que decidieron no cerrar el Consorcio al finalizar el programa inicial. "En un tiempo donde es difícil lograr consensos, todos apostaron por seguir adelante. Lo hicieron convencidos de que Ribeira Sacra merecía una entidad propia para coordinar y proteger su incipiente pero enorme potencial turístico".

Durante una década, el presupuesto fue modesto: apenas 200.000 euros anuales aportados por las administraciones públicas, en concreto por las dos diputacioen y los ayuntamientos. Aun así, el trabajo no se detuvo. El Consorcio continuó sembrando, con esfuerzo y creatividad, las semillas del modelo de turismo sostenible y de calidad que hoy florece.

"La llegada del plan Acción para el Paisaje en 2018-2019 supuso una segunda gran etapa. Y desde 2020, el Plan de Sostenibilidad Turística —aún vigente y dotado con dos millones de euros— nos ha permitido consolidar objetivos y abrir nuevas líneas de acción", explicó la gerente.

Entre los logros alcanzados en estas dos décadas, Seara destacó la consolidación de la marca Ribeira Sacra como referente del turismo del interior gallego, así como el trabajo realizado contra el feísmo. "Hemos transformado medianeras degradadas en lienzos de arte gracias a los murales, y también hemos recuperado esgrafiados tradicionales que reflejan la esencia del patrimonio arquitectónico local". El Consorcio ha intervenido además en la mejora del Camino de Invierno a Santiago, ha facilitado el acceso a las joyas del románico mediante acuerdos con la Diócesis de Lugo, y ha redactado un manual de buenas prácticas para visitantes, guiando su experiencia con respeto por el entorno y la cultura local.

"Nada de esto habría sido posible sin la implicación de los vecinos, cada vez más comprometidos con el territorio". "Es su orgullo para todos", declaró.

Veinte años después, el Consorcio no solo sigue vivo, sino que es ejemplo de gestión colaborativa y visión de futuro. En palabras de su gerente, "quizás lo más significativo es que todos los acuerdos, absolutamente todos, han sido adoptados por unanimidad. Eso dice mucho de cómo se entiende este proyecto para que la Ribeira Sacra sea Patrimonio de la Humanidad".

Las acciones

En la misma mesa en la que se sentó Alexandra Seara en el Parador de turismo de Monforte para abordar la candidatura a Bien Mundial de la Ribeira Sacra estuvo Mario Crecente, coordinador del plan de acción para lograr el reconocimiento. En su intervención se remontó al año 1994, cuando, dijo, se "justificó la necesidad de que la Ribeira Sacra dispusiese de un Parador de Turismo, este en el que estamos".

Destacó el hecho que desde el año 1996 la Ribeira Sacra figure en la lista indicativa de lugares para ser reconocido como Bien Mundial y que los pasos se fueron dando poco a poco hasta que en 2018, para darle un valor añadido a la candidatura, la Xunta declaró el territorio como paisaje cultural.

Mario Crecente indicó que esta figura BIC sirve para tutelar y vigilar el desarrollo de la comarca, sobre todo en el aspecto de que se dé un turismo sostenible.

También habló de la implicación de la Xunta de Galicia en todo este proceso con la realización de 44 intervenciones en 26 bienes patrimoniales entre los años 2017 y 2023, algo que supuso una inversión de 6,6 millones de euros.

Con todo, Crecente habló de "un paisaje cultural vivo y evolutivo que comprende 16.471 hectáreas" y que mil años después de su existencia referenciada" mantiene su estructura territorial, única en el mundo, por no hablar de todo el patrimonio inmaterial que acompaña a este territorio desde hace más de mil años, según resaltó este especialista.

Menorca Tayiótica

En este encuentro participó Antonio Ferrer, director de la agencia Menorca Tayiótica (Patrimonio de la Humanidad desde 2023). Indicó que la consecución de la declaración allí no fue fácil. Que se impulsó en 2009 y que no se logró hasta hace dos años tras reelaborar el expediente a sugerencia del Icomos; como sucedió con la Ribeira Sacra, que tuvo que redifinir toda su documentación.

Ferrer indicó que los puntos fuertes que tiene la Ribeira Sacra para ser Patrimonio de la Humanidad son todos los relacionados con su patrimonio e historia y, destacó, el paisaje que atesora.

En este sentido, ahondó en similitudes entre Menorca Tayiótica y Ribeira Sacra por el pasado que atesora. Esta isla balear es también un testimonio de convivencia con el entorno, como en el territorioque comparten Lugo y Ourense, con agricultores, pastores y familias menorquinas que han sabido convivir y preservar estos vestigios durante generaciones. Nueve áreas representativas concentran 280 sitios visitables, reflejando la relación entre paisaje, la sociedad y la espiritualidad a lo largo del tiempo.

Valoraciones

El foro 'Ribeira Sacra. Paisaje del agua' fue clausurado por el director xeral de Patrimonio, Ángel Miramontes, quien puso en valor "el lazo de unión, muy fuerte, entre todos los sectores implicados, como instituciones públicas y privadas y asociaciones vecinales para, aseguró, "en 2026 conseguir la declaración de Bien Mundial para este excepcional territorio".

Antes que él, en este encuentro organizado conjuntamente por El Progreso y la Región, otros especialistas sobre patrimonio y paisaje destacaron diferentes aspectos integrados en la candidatura. Fue el caso de Mónica Luengo, quien habló que Monforte acogió, varios encuentros que han servido para dar visibilidad a la comarca.

Por su parte, Cipriano Marín dijo que la consecución de la declaración de la Unesco tiene un valor excepcional; mientras que otra participante en el encuentro, María del Pozo, abogó por mirar "hacia fuera" cuando la Ribeira Sacra sea Bien Mundial.