Fernando Rueda, periodista y escritor: “La mayor parte de los archivos del CNI sobre el 23-F han desaparecido”

El periodista Fernando Rueda (Madrid, 1960) está considerado como uno de los máximos expertos de nuestro país en espionaje. Con casi una veintena de libros, entre novelas y ensayos, ha descubierto muchos de los secretos que esconden los servicios de inteligencia españoles como el CNI, y su predecesor el CESID. En el Foro La Región del próximo hablará de su último libro “Líneas Rojas”, donde bucea en las entrañas psicológicas de los grandes infiltrados de la historia de España y desgranará el funcionamiento de los servicios secretos.

Pregunta.Empecemos por su último libro “Líneas rojas”. ¿Cómo surge la idea de escribir esta obra y qué pretende transmitir?

Respuesta.En “Líneas rojas” yo quería contar dos historias. Por un lado, la historia que da origen a la trama, que es una historia inspirada en una operación real, hace 20 años, de Mikel Lejarza, “El Lobo”. Lejarza se introduce en una red mafiosa de blanqueo de dinero y tráfico de drogas, con ramificaciones políticas y de servicios de inteligencia extranjeros. Por otro lado, está la parte queda da origen al título y es la que narra la historia humana de los grandes espías de este país, que para mí son: el propio Lejarza, que logró infiltrarse en la cúpula de ETA; Arantxa Berradre, la única policía que se infiltró en ETA; Francisco Lerena, que se infiltró en la extrema derecha, y Fernando San Agustín, que se llegó a infiltrar en varias mafias.

P.¿Qué mueve a una persona a convertirse en espía? ¿Patriotismo, espíritu aventurero, dinero…?

R.Dinero ya te garantizo yo que no, porque además conozco personalmente a Mikel Lejarza y a Fernando San Agustín, y lo sé. Yo creo que a cada uno le mueven cosas distintas. Al “Lobo”, por ejemplo, le captaron cuando tenía veintipocos años, por lo que entiendo que había una cierta dosis de aventura que luego se va convirtiendo en servicio a tu país. Ahora se cumplen 50 años de su infiltración en ETA, 50 años en los que ha tenido que vivir escondido con las máximas medidas de seguridad. Eso, o tienes unos ideales muy fuertes o no te merece la pena.

P.¿Cuáles son las secuelas a nivel psicológico, familiar y social que dejan esos años en los infiltrados?

R.Es una época que los marca para siempre. El libro está lleno de héroes, de gente que se jugó la vida. Te pongo el ejemplo de Arantxa Berradre, la protagonista de la película “La infiltrada”, ganadora del último Goya a mejor película. A mí lo que más me llamó la atención de su historia es algo que no aparece en la película. Una vez que se infiltra en ETA, está durante un año conviviendo con dos etarras, que eran lo peor de lo peor, dos salvajes que estuvieron condenados más de 20 años y que tuvieron relaciones con ella. Eso es algo muy duro y que te tiene que marcar, aunque ella nunca ha hablado de ello. Es cierto que cuando estás infiltrado no eres muy consciente de esto y estás pendiente de acabar tu trabajo, pero una vez acaba todo, estoy seguro de que esas piedras en la mochila pesan mucho.

P.¿Y qué pasa cuando dejan el servicio? ¿Se sienten amparados por el Estado?

R.Cada historia es distinta. En el caso de Mikel Lejarza, a pesar de que consigue más de 200 detenciones de etarras, lo primero que intentó el servicio secreto fue quitárselo de en medio. Y es que aunque seas un activo muy importante, una vez abandonas esa ambición, ya no les sirves para nada, solamente les va a dar problemas. Con Paco Llerena, sucedió lo mismo. Le prometieron que después de infiltrarse, le buscarían un trabajo y una nueva vida, porque tuvo que dejar la Guardia Civil, pero lo incumplieron totalmente y lo dejaron tirado.

P.Estamos hablando de la época en las que los esfuerzos se centraban en la lucha antiterrorista, pero sí nos vamos a la actualidad. ¿Han cambiado esas líneas rojas y las consecuencias de cruzarlas?

R.No, estamos ante la misma situación. Eso no ha variado. Hoy vemos como los policías se infiltran en grupos radicales y están años conviviendo con ellos. El problema es que tú para integrarte en un grupo tienes que mentir continuamente, tienes que simular ser quien no eres y psicológicamente es el mismo problema. Es verdad que ahora posiblemente haya más ayudas psicológicas, porque está más reconocido este tipo de problemas, pero el trabajo de los infiltrados, es exactamente el mismo.

P.¿A quién debe lealtad el CNI? ¿Al jefe del Estado o al jefe del Gobierno?

R.Esa es buena (ríe). Yo me hice esa misma pregunta hace ya unos cuantos años. Te voy a dar la contestación real, no la que yo pienso. El servicio secreto depende del presidente del Gobierno. En las leyes, por ningún lado aparece que tenga que informar al jefe del Estado. Por lo tanto, lo que está establecido es una dependencia clara del poder político. Ahora bien, desde el principio de la democracia, desde que se crea el CESID en 1977, lo que ha ocurrido es que aunque el responsable del servicio secreto era el presidente del Gobierno, los servicios de inteligencia mantuvieron unas relaciones perfectas, a veces incluso mejores con el rey. En los primeros años, tenemos el ejemplo de muchos directores del servicio secreto como Emilio Alonso Manglano, Javier Calderón o Jorge Dezcallar que tenían un mayor vínculo con la Casa Real que con el Gobierno. Entonces, ellos tenían siempre una tendencia a informar al rey y no solamente lo informaban, sino que lo protegían e incluso se saltaban la ley para garantizar su protección.

P.¿Los servicios secretos protegen a España de sus enemigos o a los españoles de la verdad?

R.Esa pregunta no tiene respuesta. Oficialmente, lo que hacen los servicios secretos es proteger los intereses de España. Intereses que están delimitados por el Gobierno. Es decir, todos los años el Gobierno emite una orden secreta con todos los temas y su orden de prioridades para el servicio secreto. Los servicios de inteligencia no espían lo que ellos quieren. Si, por ejemplo, hubo espionaje hacia los líderes del independentismo catalán, fue porque lo ordenó el Gobierno. Te voy a poner un ejemplo de actualidad, hace unos años el servicio secreto realizó un informe sobre los comportamientos irregulares de Ábalos cuando estaba en el Gobierno. Ese informe llegó al presidente y pasó lo que pasó, que Ábalos abandonó el Gobierno. Ese informe nunca llegó a los jueces. Esta es la muestra de que el servicio secreto no está para informar a los españoles, sino para proteger el Estado.

P.¿Qué opina de esa famosa frase que dice “si se destaparan todas las cloacas del Estado, temblaría España?

R.Cualquier país que destapara sus cloacas, tendría que enfrentarse a auténticos terremotos. Pero hay que tener en cuenta que muchos archivos desparecen. En España, mucha gente quiere que se destapen los archivos del 23-F, pero te puedo garantizar, porque lo he investigado, que la mayor parte de la información que recopiló el servicio secreto sobre ese día, ha desparecido.

• FORO: “LÍNEAS ROJAS: CÓMO LAS SALTARON Y LAS SALTAN LOS INFILTRADOS DE ETA Y EN LA EXTREMA DERECHA”
• DÓNDE: CENTRO CULTURAL MARCOS VALCÁRCEL
• CUÁNDO: JUEVES DÍA 29
• HORA: 20,30