Jordi Sierra i Fabra: "Madonna era una gran artista con una voz preciosa y Lady Gaga grita"

Jordi Sierra i Fabra (Barcelona, 1947) reflexionará en el Foro La Región el próximo jueves a las 20,30 horas en el Marcos Valcárcel sobre sus 50 años de trabajo de escritor, que “empezó por la música y termina por los libros”.

¿Qué le gusta más, periodista musical o escritor juvenil?

Las dos cosas están un poco obsoletas. Hace 40 años que dejé el periodismo musical, y no soy escritor juvenil, soy escritor. Escribo de todo y para todos los públicos. Soy escritor, nada más.

¿Sigue llevando la cuenta de cuántos libros tiene publicados?

Sí, 540 a día de hoy.

Esto es algo realmente inusual, ¿cómo se llega a tamaña cantidad?

Trabajando mucho. Nunca pierdo el tiempo. La gente cree que como escribo tanto duermo tres horas al día, pero que va, duermo 9 horas diarias. Es más, me sobra el tiempo: puedo ir al fútbol, estar con mis nietas… Lo que es cierto es que escribo rápido. Acabo de publicar “La conexión maltesa” y el proceso fue: el guion previo me llevó cinco días; escribirlo, 18; pero estuve meses investigando para poder hacerlo, siempre haciendo más cosas. Mi método consiste en preparar mucho el trabajo, hacer un guion previo muy exhaustivo y escribir de una tirada. Cuando yo escribo un libro es como si estuviera contando una película de mi cabeza. Al final, escribir es lo más sencillo.

¿Está orgulloso de cada uno de sus libros?

Sí. Cada libro pertenece a su momento. Si haces algo fue por un motivo. Obviamente, a día de hoy, libros que hice hace 40 años, pues no los escribiría, pero es que el mundo ha cambiado y yo también. Nunca me he arrepentido de nada de lo que he publicado.

Yendo a la segunda de sus pasiones, mucha gente le conoce por su faceta de periodista musical. Fue un pionero.

Fui un pionero de la prensa musical española. Lo que yo hacía no existía antes. Empecé en “El musical”, en la Ser, y de ahí pasé a “Disco expres”, donde hice todos los cambios. Durante cuatro años fue la única revista semanal sobre música en España, y yo hacía media revista con reportajes amplísimos que eran completamente novedosos. “Disco exprés” fue una revista pionera que creó nuevas formas de hablar de música.

¿Cree que todavía hay hueco para el periodismo musical?

No lo sé, porque ahora con Internet… “Historia de la musica pop” (1972) fue el primer libro en español hecho en todo el mundo sobre este fenómeno. ¡“Historia de la música rock” (1981) tiene 100 fascículos! Dos años escribiendo una macroenciclopedia. Hoy en día vas a Internet, buscas un artista y tienes 2.000 páginas sobre ese artista. Yo hacía novelas ambientadas en el mundo de la música.

¿Piensa que se ha perdido un poco el ritual de escuchar y leer música?

Claro. Cuando yo escribía en “Disco expres”, muchas tiendas de discos recortaban mis opiniones y las pegaban en los discos. Mucha gente escuchaba un disco porque lo leía en algún otro sitio. Hoy en día no hay discos. Todo es un dedito que toca una pantallita y oyen una canción por un pinganillo por el que es imposible apreciar la buena música y todo se confunde. La música de hoy en día se escucha, pero no se siente.

¿Cree que el nivel del panorama musical ha bajado?

No tengo ni idea. Llevo 40 años fuera del mundillo, pero no te voy a engañar: la música de hoy en día no me gusta. El reguetón me parece un insulto al buen gusto, sobre todo las letras. Yo acepto que soy un rockero. Para mí, los años 70 son la mejor época de la música rock. Ahí se cuecen el 90% de los que hoy subsisten. Creo que cada tiempo tiene su música y cada música merece su tiempo; y estamos en un tiempo de mucha confusión y la música de hoy es confusa.

En una de las reediciones de sus libros sobre rock afirma que “seguimos en la era del rock”. ¿No observa una decadencia?

No confundamos la “era rock” con el rock and roll. La música rock cada vez tiene menos fuerza, pero con la era me refiero al tiempo que arranca en los 50/60 y se carga el pasado y ha llegado hasta hoy. AC/DC, Coldplay o Bruce Springsteen siguen llenando estadios. Una cosa es el género y otra el concepto histórico en el que seguimos inmersos.

¿Cuáles son sus grupos favoritos?

Si entras en la Fundación Sierra i Fabra verás una pintura en la que estoy yo jugando al ajedrez con John Lennon, con Bob Dylan tocando la guitarra y con Stravinsky. Stravinsky es mi dios clásico, Los Beatles son mi grupo de toda la vida, Dylan es mi referente poético y Led Zeppelin el gran grupo que lo cambió todo.

¿Y si tuviera que quedarse con alguno de este siglo?

No hay ninguno que llegue a poderse comparar con lo que hubo antes. Es cierto que hay grandes voces como Adele o Ed Sheeran, pero lo demás son productos. Por ejemplo, el famoso debate que si Lady Gaga o Beyoncé en comparación con Madonna. Madonna era una gran compositora y letrista con una voz maravillosa. Lady Gaga es una gritona. No se puede comparar. Todavía no hay ninguna cantante que le haya hecho sombra como artista. Hoy en día ves a Beyoncé, Shakira, Katy Perry, Rihanna… todo son grandes montajes visuales. Es más un show que una artista. Pero si te pones un disco y lo comparas con uno de Madonna no hay comparación.

Diferencia mucho entre un “artista” y un “producto”.

Ya sé que me estoy cargando a todas las divas de este siglo y la gente pensará que vivo anclado en el pasado. Pero sigo amando la música y como la de hoy no me gusta no la sigo. Pero tampoco soy idiota y tengo oído. Si ves la película “Ha nacido una estrella” en la versión de Barbra Streisand y Kris Kristofferson y no se puede comparar con la versión de Lady Gaga y Bradley Cooper. Pero claro, a los jóvenes de hoy en día, la primera le parece lenta y aburrida. Lo que le gusta es lo actual y me parece bien. Mis nietas oyen reguetón y hip hop y me hacen escuchar esas canciones y no entienden que no me guste. Ninguno de los artistas de hoy se pueden comparar con los Bowie o con cualquiera de los demás.