José Barreira, empresario: "Si queremos éxito, hay que invertir en el fracaso de los jóvenes"

José Barreira (Vilardevós, 1954) responde al prototipo de empresario hecho a sí mismo. De origen humilde, fue pastor de ovejas en la pequeña aldea de A Trabe. La dura situación del campo y la falta de oportunidades le llevó a emigrar a Alemania con solo 17 años. Allí trabajo como peón en la construcción y en una fábrica. Cuando regresó a España para hacer la mili, su intención era la de retornar al país teutón, pero una visita a unos familiares en el País Vasco le cambió la vida. En la comunidad vasca se le abrieron todas las oportunidades que en Ourense parecían esquivas. Empezó desde abajo, con un pequeño bar en Durango, y acabó erigiendo empresas en sectores tan dispares como el del transporte, la industria, el turismo, la hostelería o las energías renovables. Hoy en día, es uno de los empresarios más reconocidos del País Vasco. De toda esta experiencia hablará el próximo jueves en el Foro La Región, donde compartirá protagonismo con su amigo, el también empresario Jesús Esmorís.

Pregunta.Si con 17 años, cuando paseaba el rebaño por los montes de Vilardevós, le hubieran dicho todo que conseguiría después, ¿se lo hubiera creído?

Respuesta.Por supuesto que no, ni mucho menos. Como todos los chavales de esa edad tenía la cabeza llena de pájaros. No sabía si tirar para la izquierda o para la derecha, como para saber lo que sería de mí en el futuro. Para esto no ha habido ni un plan, ni un proyecto, esto surge sobre la marcha.

P.¿Qué siente cuando echa la vista atrás y observa toda su trayectoria?

R.Lo primero, satisfacción, pero también nostalgia de todas las cosas buenas que me han pasado. Creo que con el paso del tiempo es muy necesario echar la vista atrás para no perder la perspectiva, para recordar de dónde venimos.

P.¿Piensa alguna vez que hubiera sido de usted de haberse quedado en Ourense? ¿Cree que hubiera tenido las mismas oportunidades?

R.No lo pienso, porque en mi generación emigramos todos. Los jóvenes decidimos salir en estampida porque la vida en el pueblo era muy dura y las posibilidades de mejorar eran escasas. Al salir del colegio te convertías en pastor. Y ya sabes, cuando andas con ovejas, no hay sábados ni domingos, ni importa si hace frío o llueve.

P.¿La vida como emigrante en Alemania no fue dura?

R.También, había mucho que trabajar, pero las condiciones de vida eran incomparables. Ya salimos de Ourense con un contrato de trabajo. Si cumplías el contrato, luego tenías posibilidad de trabajar donde quisieras. El primer año fue algo más duro porque estaba solo. Al año siguiente ya fui a un pueblo donde había más españoles, e incluso tenía la misa en español y el cine también, estábamos prácticamente como en casa.

"Está mal visto que el empresario triunfe, pero sin empresarios que tengan éxito el bienestar de un país se cae"

P.¿Cómo acabó en el País Vasco?

R.Regresé a España en 1975 para hacer la mili con la intención de regresar a Alemania una vez terminara. Cuando estaba en el camino de vuelta, paré en el País Vasco para visitar a unos familiares y ya me quedé hasta el día de hoy. Aquí, descubrí que en España también teníamos industria y empleo. Empecé trabajando en una fábrica en Abadiño y luego ya cogí un pequeño bar en Durango, en 1978, y así comencé en el mundo de la hostelería.

P.Empezó con la hostelería, luego sumó transporte, energías renovables… ¿Siempre tuvo claro que en la diversificación podía estar el éxito?

R.No exactamente. En mi opinión lo primero que hay que hacer es sentar la base en un sector en concreto para luego poder ir expandiéndote. Mi plataforma de arranque fue la hostelería, donde siempre me he sentido muy a gusto. Cuando esta base es sólida, lo lógico es ir a probar a otros ámbitos, pero sin perder esta base, por si fracasas en las nuevas aventuras.

P.Respecto al fracaso, usted es un firme defensor de que hay que fracasar si se quiere triunfar algún día.

R.Yo siempre defiendo que los padres tenemos que invertir en el fracaso de nuestros hijos, es el mejor máster posible. Lo que pasa es que la sociedad actual no asimila el fracaso. Cuando alguien fracasa hoy en día, enseguida se le señala con el dedo. Si apenas hay emprendedores a día de hoy es por ese miedo a que te señalen, a que te coloquen en la picota. Yo también tuve negocios que fracasaron en su momento. Lo importante es aprender de esos fracasos y que el saldo final sea siempre positivo.

P.Ha dicho en muchas ocasiones que la hostelería es su negocio favorito y que nunca lo sustituiría por otro. ¿No es también el más sacrificado?

R.Todos los negocios demandan sacrificio. Si quieres que tu empresa salga adelante tienes que dedicarle muchas horas, sea cual sea el sector. Para mí, la hostelería tiene tres aspectos en los que mejora a otros negocios. El primero, que es un sector donde la competencia no es directa, y es que tú puedes vender más caro que otro e incluso vender más. Eso en otros sectores no ocurre, si tú vas por encima de la competencia vas a estar fuera de mercado. Otra ventaja es que cobras al contado, con lo cual no necesitas circulante, que es el dolor de cabeza de muchas empresas industriales. Y el tercero, y no menos importante, es que no tienes impagados y si lo tienes son mínimos. Además, si pierdes un cliente en hostelería tampoco es significativo.

P.En su experiencia, las habrá visto de todos los colores. No sé si recuerda un momento en el que hubiera un conflicto tan grande entre empresarios y Gobierno.

R.Parece que está mal visto que el empresario triunfe. Si no hay empresas que tengan éxito, el bienestar de un país se cae. Da un poco de pena esta situación, porque además cuando viajas a otros países ves el respeto que se le tiene al empresario. Creo que tampoco hay que darle mayor importancia, son momentos y ya está. Todo va y viene.

P.¿Qué características debe tener una persona para abrirse camino en el mundo empresarial?

R.Lo primero es creer en sí mismo. Tienes que tener seguridad y confiar en que eres capaz de lograr lo que te propongas. Luego, tienes que ser constante y no darte nunca por vencido. También me parece fundamental ser una persona de palabra. Si no cumples con lo que dices, nadie te va a respetar, ni va a confiar en ti.

P.Hemos hablado de pasado, pero ¿qué hay del futuro?, ¿es algo que le preocupa o prefiere vivir el presente?

R.Lo que tengo claro es que no pienso jubilarme. Seguiré trabajando con las mismas ganas de siempre mientras la salud me lo permita.

P.Para terminar, hablemos de Jesús Esmorís, con quien compartirá protagonismo en el Foro La Región.

R.Lo primero y más importante para mí es que es un amigo, prácticamente un hermano. Pero es que además de eso es un genio del mundo empresarial. Tiene un talento y una capacidad para los negocios fuera de lo normal. Es una de las grandes figuras del empresariado español, sin ninguna duda.