Esperanza Aguirre: "Sería una tragedia que Feijóo se ocupe solo de la economía y olvide lo demás"

Para Esperanza Aguirre (Madrid, 1952) la política es “mi vida”. Gobernó la Comunidad de Madrid entre 2003 y 2012 y también fue ministra de Educación en el primer gobierno de Aznar y presidenta del Senado. Aguirre analizará el próximo jueves a las 13,15 horas en el Hotel OCA Vila de Allariz la “encrucijada” en la que se encuentra el país en una conferencia-almuerzo que inaugurará la temporada 2022-23 del Foro La Región.

¿En qué encrucijada está España?

En que tenemos un presidente del Gobierno que está haciendo todo lo contrario de lo que dijo que iba a hacer. Nos dijo que no estaría con los comunistas, que con Bildu no, que los independentistas catalanes habían cometido un delito de rebelión… y ha hecho todo lo contrario. Además, nos encontramos en un momento en el que tenemos una crisis, que ya había empezado antes de la guerra de Ucrania, pero que Esta ha exacerbado y que, para mí, es una oportunidad de cambiar nuestra disparatada política energética. Tenemos prohibido exploraciones petrolíferas en Canarias o el fracking. Descartamos la energía nuclear. Ahora quiere que, al terminar las concesiones de agua de los pantanos, no contentos con vaciar las presas, ahora quieren acabar con la hidráulica. Debemos luchar por una energía abundante para que no tenga que haber cortes, barata y limpia. Han decidido que con las con la eólica y con la solar tenemos bastante y resulta que eso no cubre el 50% de nuestras necesidades.

¿Tiene la guerra de Ucrania toda la culpa de la situación económica actual?

Antes de la invasión de Ucrania, la inflación estaba ya en el 7% y la luz, el gas o los carburantes ya estaban disparados. Con el pretexto de la pandemia, lo que decidieron fue gastar más, y creo que ha sido un gran error porque estamos en el 11% de inflación, lo que significa que nuestro salario ha bajado un 11%.

Hablaba antes de la energía, ¿qué opinión le merece la Agenda 2030?

Pues para mí la Agenda 2030, que consiste en que en 2030 o 2040 no tendrás nada y serás feliz. ¿Pero quiénes son ellos para decirme a mí si tendré o no tendré y si seré feliz? Yo estoy radicalmente en contra.

¿Qué nota le pondría al actual Gobierno?

Pues le pondría una nota muy baja. Vamos, un dos por no ponerle un cero. Con todo, creo que empezó bien antes de hacer del gobierno de coalición. El gobierno que formó Sánchez en 2018 a mí no me pareció mal, pero ahora se ha convertido en el primer podemita.

¿Cree que el Gobierno discrimina a Madrid?

Yo ya lo decía la asamblea de Madrid en tiempos de Zapatero: en inversiones, cero patatero Zapatero. Llevamos mucho tiempo en el que la Comunidad de Madrid, que es la que de sus impuestos más hace llegar al resto de comunidades autónomas; y no por el efecto capital, como quieren decir.

¿Y qué nota le pondría a Isabel Díaz Ayuso?

La considero una excelente presidenta. Creo que es la mejor que ha tenido en la historia la Comunidad de Madrid. Y dirán que yo tuve mayorías absolutas, pero por eso tuve más fácil que gobernar. Además, yo no tuve ni una pandemia ni una nevada como Filomena. Además, es cierto que el gobierno de Zapatero no nos daba un duro, pero no estaba insultándome a mí todos los días.

¿Con quién se quedaría si tuviese que escoger entre Ayuso y Alberto Núñez Feijóo?

Eso es como a quién quieres más ¿a mamá o a papá? La llegada de Feijóo ha sido una llegada providencial para el Partido Popular en el momento de mayor crisis que yo recuerdo. Consecuencia de que Pablo Casado le dejara todo el poder del partido a una persona como Teodoro García Egea, que no lo merecía. Hemos tenido la inmensa suerte de que Feijóo ha dado el paso al frente y ha venido a liderar el partido.

Decía que Ayuso ha sido la mejor presidenta de la Comunidad de Madrid. ¿Ha sido Pablo Casado el peor líder del PP?

Yo apoyé a Pablo Casado en el Congreso extraordinario. Él defendió las ideas en las que yo creo como nadie, pero, desgraciadamente, no se ocupó del interior del partido.

Y hay que sumar el detonante del enfrentamiento con Ayuso.

García Egea llegó a decir que él iba a acabar con Ayuso porque era una corrupta, algo rotundamente falso.

¿Ve a Feijóo presidente del Gobierno en 2023?

Sin ninguna duda. Me gustaría que fuese antes, porque aguantar año y medio con este presidente va a ser un drama, pero no creo que esté dispuesto a dejar la Moncloa ni un minuto antes. Lo que sería, a mi juicio, una tragedia, es que le pasase como a Mariano Rajoy, que solo se dedicó a la economía y se olvidó de hacer cosas que había comprometido en su programa. Tenemos que llegar al Gobierno y hacer todo lo que prometimos anteriormente.

¿Cree que podrá frenar el trasvase de votos a Vox?

Va relacionado con lo anterior. El trasvase se produjo porque el PP no cumplió su programa y se dedicó solo a la economía. Había prometido derogar la Ley de Memoria Histórica, que es el mayor disparate de nuestro país, cambiar la elección del Consejo General del Poder Judicial, retomar el plan hidrológico nacional y no se hizo nada de eso. Por eso muchos votantes se pasaron a Vox.

En un momento en el que las mayorías absolutas escasean, ¿cómo vería un pacto PP-Vox?

Eso lo decidirán los españoles con su voto. Confiamos en que le den a Feijóo la misma mayoría que a Moreno en Andalucía. Aun así, Vox es un partido perfectamente constitucional y no tengo ningún inconveniente de que el PP pacte con ellos.

Este mes hace 10 años que dejó la presidencia de la Comunidad de Madrid, ¿hay algo de lo que se arrepienta de no haber hecho en política?

Sí, pero cuando era ministra de Educación. Planteé una mejora de la enseñanza de las humanidades, dirigida por expertos de la Fundación Ortega y Gasset. Todo lo contrario que ahora. Esto era enseñar, instrucción en vez de adoctrinamiento. Estábamos en minoría en el primer gobierno de Aznar y el PSOE había apoyado esta reforma. Pero mi sorpresa fue cuando el PSOE en el Congreso apoyó la proposición de CiU de que retirásemos ese proyecto. Hoy no lo habría hecho. La ley mandataba al Gobierno para hacer el plan de estudios. Si no les gustaba el decreto, tendrían que haber cambiado la ley. Este decreto podría haber paliado muchos problemas de nuestra educación, sobre todo el adoctrinamiento nacionalista en Cataluña y el País Vasco.