Vivienda y atracción talento, claves para salvar el comercio rural ourensano

El Foro La Región vivió ayer una jornada de reflexión y análisis sobre el presente y el futuro del comercio local, el emprendimiento y la necesidad de retener el talento en la provincia. El evento, celebrado el restaurante Sanmiguel de la ciudad, puso el foco en las pymes y autónomos, especialmente en aquellos que operan y apuestan por el medio rural.

El acto contó con dos mesas redondas, la primera, se centró en la realidad de las pequeñas empresas en el medio rural, mientras que la segunda centró su debate en torno al comercio y emprendimiento, enfocándose en los retos y oportunidades del comercio local y de los emprendedores en el rural.

El primer coloquio lo conformaron David Martínez, presidente de la Asociación Empresarial de Profesionales y Autónomos de Ourense; Isabel Estévez, encargada del área de servicio O Viaxeiro, en Riós; Reysiel Yanes, trabajador contratado a través del programa Retoma Cualifica Emprego de la Xunta; Emilio Pérez, director de recursos humanos de grupo Taprego y secretario de Aedipe Galicia y María del Carmen Vidal, gerente de Queixos Amalia.

Este primer debate sirvió para exponer las principales dificultades que afrontan cada día los negocios del rural ourensano. David Martínez estructuró el futuro del medio rural sobre tres pilares: proyecto de vida, formación y trabajo. Subrayó que, a menudo, los proyectos de retorno fracasan por la falta de un “proyecto de vida” que incluya vivienda y educación. Como presidente de los autónomos, Martínez también analizó la “sangría” que sufre la provincia en este sentido, con una cifra de trabajadores por cuenta propia ya por debajo de los 20.000. Para detenerla, propuso centrarse en tres frentes: darle la vuelta a unas “condiciones demográficas muy nefastas”, la necesidad de atraer el talento gallego retornado con conocimiento e innovación, y la captación de gente de otras zonas, tanto nacional como internacional, que busque un proyecto de vida.

Isabel Estévez compartió la filosofía de su familia de “luchar por el rural” y montar negocios en ese entorno. Sus diferentes empresas emplean a unas 120 personas en distintas actividades. Estévez identificó el programa Retorna Cualifica Emprego de la Xunta como una ayuda fundamental para “atraer gente de fuera” que palíe la falta de trabajadores. El principal “handicap” que señaló la ponente es el problema de la vivienda y el transporte. A pesar de los problemas, defendió la vida rural por la tranquilidad, familiaridad y cercanía.

Esta visión encontró un testimonio directo en su empleado Reysiel Yanes López, emigrante retornado de Cuba. Yanes relató que la decisión de marcharse de Cuba fue tomada por la situación económica (su salario como profesor universitario era de solo 12 euros al mes) y la necesidad de un futuro mejor. A pesar de que su llegada no fue fácil, calificó su vida actual en el rural ourensano como “una maravilla” y destacó la tranquilidad que ofrece.

Emilio Pérez enfocó su intervención en cómo la gestión del talento y la calidad de vida influyen en la elección del lugar de trabajo. Pérez presentó un dato “bastante preocupante” de la OMS: para el año 2030, la principal causa de discapacidad será la salud mental. En este contexto, la “atracción que tiene el ámbito rural con una vida más tranquila es una realidad”. Además, señaló que el factor tecnológico, con el teletrabajo, como un aliado clave para potenciar estas zonas-

Esta mesa la cerró María del Carmen Vidal, cabeza visible de la tercera generación de Queixos Amalia. La comerciante expresó su preocupación por la progresiva desaparición del comercio local en la ciudad. “Me da mucha pena cuando doy una vuelta por Ourense porque cada vez más persianas están cerradas,” lamentó. Para subvertir esta tendencia, aseveró que es fundamental potenciar el trato personalizado y la especialización que las grandes áreas comerciales no puede ofrecer.

El emprendimiento como motor del rural

La segunda mesa, centrada en el comercio y el emprendimiento en el rural, reunió a Emilio González, presidente de la Asociación de Comerciantes de la Plaza de Abastos, César Fernández, alcalde de Ribadavia, María Rodríguez, gerente Coliving Sende, Lorena González, propietaria Amodo Tenda e Ismael Núñez, presidente de la Asociación de Comerciantes Celanova Chea.

Emilio González defendió la Plaza de Abastos como un “gran motor” del comercio local y el gran expositor de la producción del rural. El presidente reivindicó el valor del asociacionismo y de la figura de los gerentes como fundamentales para hacer funcionar los mercados.

El alcalde de Ribadavia, César Fernández, presentó el programa “Vilas Vivas”, un proyecto piloto para recuperar el dinamismo comercial de la villa mediante la complementariedad entre el comercio y el potente atractivo turístico y cultural de su casco histórico.

María Rodríguez defendió su modelo de coliving en Senderiz, Lobeira, una forma de emprendimiento rural que convierte casas de piedra en oficinas y espacios privativos donde gente de todo el mundo va a teletrabajar y vivir la vida de la aldea. Rodríguez destacó la integración con los veinte habitantes de la aldea, que ha generado un mestizaje cultural.

Lorena González subrayó que el verdadero lujo ahora mismo es el tiempo, defendiendo el trato personalizado que ofrece el pequeño comercio frente a la compra online. En su opinión, la tendencia de consumo se dirige hacia marcas locales y sostenibles, generando una economía circular. Como desafío para el comercio urbano, señaló la gran dificultad para encontrar alquileres asumibles en el casco histórico.

Para cerrar la mesa, Ismael Núñez identificó el relevo generacional como el mayor desafío, lamentando que negocios de más de 40 años están a punto de cerrar. El segundo gran reto es la digitalización.