Se duplican en una década los alumnos con apoyo educativo

MEJOR DETECCIÓN

El aumento se corresponde con una mejora de protocolos de detección y cambio de conceptualización

| La Región

Los casos de alumnos con necesidades educativas especiales (ACNEE) se han duplicado en la provincia durante la última década. Así lo reflejan los datos publicados en el Ministerio de Educación, que indican que en el curso 2023-24 (el último del que tienen registros), los estudiantes que necesitaron algún tipo de apoyo o adaptación específica en su proceso de aprendizaje fueron: 234 en Educación Infantil, 656 en Educación Primaria y 446 en la Enseñanza Secundaria Obligatoria. Diez años antes, en el curso 2013-14, había 102 alumnos de esta condición en la primera etapa escolar, 325 en la segunda y 275 en los últimos cursos obligatorios.

Esta tendencia al alza se repite en todo el territorio gallego, tanto en lo que se refiere a ACNEE como a Alumnos con Necesidades Específicas de Apoyo Educativo (ACNEAE). Así, existen diversos factores que contribuyen a este aumento sostenido de las cifras. El componente más importante es la mejora de los protocolos de detección. Miguel Anxo Álvarez, director do CEIP Plurilingüe Amadeo Rodríguez Barroso, celebra que ahora hay más información y formación para detectar casos de TDAH o dislexia, entre otros, aunque insiste en que todavía queda camino por recorrer. “Antes moitos nenos chegaban a secundaria sen que se lles detectase, agora é raro que cheguen a terceiro de primaria sen que se estudie o caso”, asegura.

En esta línea, Ángel Rodríguez, psicólogo especializado en infancia, asegura que en ciertos casos “las señales de alarma pueden incluso detectarse en la guardería”, aunque matiza que “dependerá siempre del tipo de condición”. Además, resalta que aunque existen más métodos y medios que antes, también hay que tener en cuenta que “hay protocolos, como por ejemplo el de niños con TDAH, que son difíciles de aplicar en aulas de 20 alumnos”.

El alumnado con NEAE es cada vez más variado e incluye desde estudiantes de altas capacidades, como a aquellos con TDAH o los que se han incorporado tarde al sistema educativo español, entre otros. Así, otros puntos que motivan el crecimiento de casos son: una mayor visibilidad, acompañada de una reducción del estigma, además de ciertos cambios en la conceptualización- la propia definición de necesidades educativas especiales se fue ampliando para incluir una mayor diversidad de dificultades de aprendizaje y trastornos del desarrollo-. Precisamente este último factor es valorado muy positivamente por profesionales de la psicología. “Se pueden compartir rasgos entre varias necesidades y hay niños que realmente no llegan a estar en un cajón concreto, por decirlo de alguna forma”, explica Rodríguez, que insiste en que “hace falta más ayuda y esfuerzo”.

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