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Tras rechazar uno a uno todos los argumentos que han supuesto su suspensión, Gonzalo Muíños, hasta ahora portavoz del PSdeG, ha insistido en que la ejecutiva local "solo busca sustituir al grupo" y ha reiterado que se defenderá "hasta el último día", ya que tiene 10 días de plazo para presentar recurso ante el Comité de Ética y Garantías.
Ha negado las acusaciones de no convocar al responsable local a las reuniones y ha dicho que Bouza era citado a las reuniones antes del pleno acompañado por la vicesecretaria xeral, Marta Álvarez Santullano, algo a lo que desde el grupo "nunca" pusieron objeción aunque "según los estatutos su presencia no estaría justificada". "Los correos están ahí y eso no es posible trampearlo", ha enunciado mientras mostraba los mails.
En todo caso, sí que ha indicado que a partir de la votación de la ordenanza de las VUT "se dejó de convocar". "Pero no fue una acción, sino una reacción a la apertura de los expedientes disciplinarios", ha aclarado.
Asimismo, una vez detallado los motivos en los que se basa su suspensión, el edil ha aseverado que "lo único que queda claro es que son solo excusas" para efectuar "un plan acordado por Bouza y Santullano con el apoyo necesario de Bernardo Fernández" -el secretario provincial en A Coruña-.
A continuación, ha tomado la palabra Mercedes Rosón, que ha subrayado que los cuatro concejales que este lunes han comparecido no se han prestado a "participar en sentarse en la mesa de reparto de cargos".
En esta línea, ha sostenido que la sanción por la votación de la ordenanza de las VUT era "una excusa" para abrir el expediente y conseguir "el objetivo real". Ha mostrado su "respaldo absoluto" a Muíños que, a su juicio, ha hecho un trabajo "tremendamente duro" en una situación "muy complicada" y "sorteando muchas presiones que no todo el mundo sería capaz de soportar".
También ha apelado Rosón, al igual que Mila Castro y Marta Álvarez, a los órganos superiores del partido y, en concreto, al secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, para que revise el expediente "de forma pausada" y vean que "todo esto no tiene ningún sentido".
"Él conoce esta cuestión, está al tanto. Además, el sufrió en primera persona las malas artes, injusticias, mentiras en la política durante siete años. Él los sufrió y ahora le toca a Gonzalo pasar por ese calvario", ha manifestado Mila Castro, que también ha denunciado que en este proceso "se incumplieron las normas desde el inicio".
Por todo ello, ha demandado a Besteiro que "no se preste a ser cómplice de todo esto". "Le diría que él no necesita de estas cosas para salir airoso de este Congreso Nacional. Si es cierto que este es un proceso garantista, que lo revise, que lo supervise y ponga los intereses de los ciudadanos por encima de cualquier interés orgánico", ha manifestado.
También ha hablado la concejala socialista Marta Álvarez, que tras reiterar su apoyo a Muíños ha detallado que ella sufrió presiones en primera persona. En concreto, ha hecho referencia a un "episodio desagradable" durante un acto público en el que, según ha explicado, se le pidió que renunciase a su acta como concejala.
Asimismo, sobre la portavocía del grupo tras la suspensión de Muíños, las ediles han reiterado que no reconocen a otro portavoz que no sea él, después de que la dirección propusiese a Sindo Guinarte y el grupo lo rechazase.
Cuestionadas sobre si están dispuestas a asumir que sean expulsadas del partido, Rosón ha respondido que "claro", insistiendo en que lo que han dicho "tiene que ver con un interés muy claro": "Que nos fuéramos".
Al concluir la rueda de prensa, y con motivo de la reunión prevista para que el grupo ratificase a Sindo Guinarte como portavoz a propuesta de la dirección, Guinarte y Marta Abal acudieron a la oficina del Grupo Municipal Socialista y atendieron a los medios de comunicación al no haberse celebrado el encuentro.
En sus declaraciones, Guinarte ha defendido que su cambio de postura se debe a que desde el verano, tras la votación de las VUT, reivindicaba que "había que retomar las relaciones con la agrupación y con el partido".
Sobre las presiones que han denunciado sus compañeros, Guinarte y Abal lo han negado. "A mí nadie podía presionarme porque a mí nadie me puso en la lista del PSOE, me puse yo. Nadie me podía presionar con nada para que me fuese del Ayuntamiento", ha zanjado.
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