PREMIO FORQUÉ
José Manuel Lorenzo, más osado que valiente
Muestra orgulloso el cuadro que encargó a Diego Lago en el que se retrata el mítico Alpinche de Estanislao Reverter que el propio Beny Fernández (Vigo, 1950) pilotó en la década de 1970. Fue uno de los muchísimos coches con los que este piloto vigués compitió en los principales campeonatos de Galicia, de España y del mundo, fundamentalmente entre las décadas de 1960 y 1980, cosechando un importante palmarés de títulos. Beny, que tras esa etapa deportiva siguió vinculado al mundo del motor al frente de concesionarios en Vigo y Ourense de marcas como Porsche, Saab, Ferrari, Maseratti, Honda y Mazda, por citar algunas, se ha volcado en los últimos años hacia otra de sus pasiones: el arte. Propietario de una de las colecciones privadas de arte más importantes de Galicia, inauguró hace tres años “Espacio Beny”, un local en el que comparte sus recuerdos de su etapa como piloto con un espacio expositivo en el que a lo largo de este tiempo ha organizado más de una treintena de exposiciones con obra de más de un centenar de artistas, la mayoría de ellos jóvenes valores a los que promociona no solo en su sala, sino también en exposiciones que organiza en otros espacios o representándolos en importantes ferias, como Estampa, una de las ferias de arte contemporáneo más relevantes de cuantas se desarrollan en España.
¿Cómo empezó su afición por el arte?
Fue algo que me contagió mi tío Francisco Lavandeira, panadero y gran aficionado al arte. Él tenía una muy buena colección de artistas gallegos y, de hecho fue quien me regaló el primer cuadro de mi colección: una obra de José María Barreiro. Empecé como un coleccionista en los años ochenta. Fui haciéndome con cuadros y esculturas de artistas, fundamentalmente gallegos. Incluso tenía algunas de esas obras en mis concesionarios. Entrabas en el concesionario de Porsche y podías ver cuadros de Leopoldo Novoa, Tino Grandío, Barreiro o esculturas de Leiro…
Nombres importantes de la plástica gallega ya entonces. Pero usted fue más allá, ¿No es así?
Es cierto que tuve siempre una gran querencia por los artistas gallegos que eran contemporáneos míos, como los que mencioné y otros como Silverio Rivas, Rafael Alonso… pero también quise ampliar el ámbito geográfico, con obras de artistas de fuera de Galicia, como Sempere, Álvaro de la Vega, Saura…
En estos casi cuarenta años ¿Cómo fue la evolución de su colección?
Al principio tenía preferencia por el arte figurativo e incluso el hiperrealismo, pero poco a poco me fui adentrando en el mundo de las vanguardias y de la abstracción. Yo creo que en ese terreno tuvo mucho que ver Leopoldo Novoa que era para mí uno de mis favoritos de los gallegos contemporáneos.
Hoy, ¿qué prefiere, figuración o abstracción?
Personalmente, en lo que al arte se refiere, creo que las obras te tienen que decir algo. Me sigue gustando la figuración, me atrae muchísimo el hiperrealismo y me entusiasma la abstracción. No veo la necesidad de tener que eligir entre unos u otros. Y lamento mucho que haya ferias en las que consideran la figuración como algo del pasado y no quieren saber nada de obras figurativas.
Hay una primera etapa como coleccionista y otra en la que da el salto a ser representante, marchante y galerista de artistas ¿cuándo se produce ese cambio?
Una vez que me jubilo se me dio por crear este “Espacio Beny”, con la idea de exponer obras de mi propiedad, esculturas y cuadros y como en el espacio tengo cocina, organizar comidas entre amigos y actividades privadas entre amigos. Tengo un gran amigo y pintor que se llama José María López Orozco que me convenció para que hiciera alguna exposición. Empecé organizando una exposición y acabé programando una exposición cada mes. Y no solo en esta galería. También fuera del Espacio Beny, por ejemplo en Sabarís hicimos un par de exposiciones en 2022 y este año en la sala Nauta de Sanxenxo y también este año, en febrero, en la feria Artist 360 de Madrid, coincidiendo con Arco. Ahora lo que tengo en proyecto es ir como Espacio Beny a Estampa, en Madrid, del 19 al 22 de octubre.
¿Alterna artistas consagrados con noveles?
De hecho es lo que suelo hacer en las exposiciones. En ocasiones se combinan obras de artistas jóvenes con otras de autores ya consagrados, ya sea con obras que forman parte de mi colección o no. Por ejemplo, he expuesto obras del gran acuarelista Rafael Alonso, fallecido hace ya casi treinta años, que formaban parte de la colección de su familia.
¿Han cambiado las cosas de cuando era coleccionista a hoy, cuando es usted quien promociona y expone las obras de artistas jóvenes?
No te lo puedes ni imaginar. Ha cambiado completamente. La prueba está en que en Vigo quedan poquísimas galerías y siguen cerrando. Que hagan exposiciones frecuentemente, creo que ya soy el único que queda. Desapareció todo aquel fenómeno que había, en los sesenta, setenta, ochenta, incluso noventa, cuando los artistas exponían, había inquietud cultural, la gente compraba cuadros… incluso si no tenías mucho dinero en un momento determinado, comprabas las obras a plazos. Los artistas podían vivir, algunos mejor que otros, de su obra. Hoy, prácticamente todos los nuevos valores tienen que tener otro trabajo del que vivir para poder crear.
¿A qué cree que se debe?
No hay una única causa. Hay desde una crisis cultural en la que se detecta un menor interés social por la posesión de bienes culturales, de creación artística, falta de medios económicos quizá, entre quienes tendrían interés por un cuadro o una escultura e incluso falta de espacio, porque las casas son cada vez más pequeñas y fuera de la pantalla del televisor, cuanto más grande mejor, no queda hueco para un cuadro.
Y el mecenazgo, ¿También ha desaparecido?
En el sentido que había antes, por parte de entidades financieras, instituciones públicas y privadas, que apoyaban el arte y a sus creadores, prácticamente sí. O al menos no se produce en la misma medida que hace treinta o cuarenta años. No tienes más que dar una vuelta por Vigo y ver de qué época son las grandes esculturas: los caballos de Oliveira de la Plaza de España, la Puerta del Atlántico de Silverio Rivas o el Sireno de Leiro, que son referentes artísticos de la ciudad. ¿Qué podemos decir de los últimos años?
¿Cuántos artistas han expuesto a lo largo de estos tres años?
Algo más de un centenar, alternando consagrados con jóvenes valores, que son por los que más apuesto actualmente, entre pintura, escultura, obra gráfica… y fotografíá, que también me interesa. Por ejemplo la de un brillantísimo fotógrafo ucraniano que se llama Boris Savelev, refugiado en Vigo.
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