Cocina muy casera y cercana en el camino de invierno en Quiroga

Además de un grandísimo enólogo, Luis Buitrón es un magnífico consejero gastronómico. Guiado por él descubrí este establecimiento en Quiroga. Un restaurante de modesta presencia, con las formas de una antigua casa de comidas en la que se pueden degustar tapas, platos, menú del día o, como fue nuestro caso, dejarnos llevar por lo que nos pusieran en la mesa. Es una jugada un tanto arriesgada, porque puede suceder que alguno de los platos no te guste o lleve algún ingrediente por el que no tienes simpatía. Pero la jugada les salió muy bien porque no solo no fue el caso sino que nos sirvió para tomar contacto con una parte de su amplio repertorio, que se completa con pulpeiro los días de feria local.

La primera gratísima sorpresa fue un sencillo plato de tomate de una huerta local (y era verdad, su sabor lo delataba), aderezado con sal y aceite de Quiroga. No necesitó más para conquistarme. Siguieron pimientos asados, en tiras y rellenos, un pollo guisado, huevos fritos… la lista fue más extensa y concluyó con un queso gallego con un membrillo hecho en casa con nueces.

En resumen, una cocina bien pertrechada de ideas y productos locales, un servicio muy atento y eficiente y un local con un ambiente hogareño que agradecemos quienes nos encontramos de paso, entre ellos los peregrinos que hacen el camino de invierno porque lo tienen al pie de la ruta.