Qué se come y cómo se vive la Nochebuena en distintos países del mundo

La Nochebuena, la noche del 24 de diciembre, es uno de los momentos más esperados de la Navidad y, aunque en buena parte del planeta se conmemora el nacimiento de Jesús, la forma de vivir —y de comer— esta velada cambia según la cultura, el clima y la historia de cada país. En algunos lugares se mantiene como una vigilia religiosa; en otros, es una gran celebración familiar que se alarga hasta la madrugada.

Europa: tradición cristiana y recetas con historia

En gran parte de Europa, la Nochebuena tiene un marcado vínculo religioso, aunque con expresiones culinarias muy distintas. En España, la cena es larga y familiar, sin un menú único. Mariscos, pescados al horno o grandes asados conviven con dulces clásicos como turrones y polvorones.

En Francia, se suele consumir el refinado "réveillon de Noël" una variedad de productos gastronómicos de lujo como el foie gras, las ostras o aves asadas, aunque en zonas como la Provenza se mantiene la tradición de consumir hasta "trece postres".

Italia y Portugal comparten formato de vigilia: predominan el pescado y el bacalao. En Italia, a la cena de Nochebuena se la conoce como "el cenone" y suele incluir múltiples platos marineros; mientras que en Portugal, "la Consoada" gira en torno al bacalao, plato nacional acompañado de verduras y dulces fritos.

Austria, Polonia, República Checa o Eslovaquia, la Europa Central cena la noche del 24 de diciembre a base de carpa frita y, también, sopa de pescado.Cenas frugales donde el ayuno es el protagonista. En Alemania, también la Nochebuena suele ser sencilla, aunque no tanto. Muchas familias optan por una cena rápida y sencilla a base de sopa o salchichas con ensalada de patata "kartoffelsalat", y dejan los grandes asados para el día siguiente.

En los países nórdicos, la Nochebuena marca el inicio real de la Navidad. En Suecia, el "Julafton" es el día más importante de las fiestas y la cena se organiza alrededor del "julbord", una mesa tipo buffet donde no faltan los pescados en conserva, los arenques, el salmón, los encurtidos, los patés, las albóndigas, las salchichas y el "julskinka", el tradicional jamón de Navidad.

Una celebración que, con matices propios, se repite en Finlandia, donde la jornada suele comenzar con la visita al cementerio y, en muchos hogares, con una sauna previa a la cena. Allí, la comida se sirve temprano y combina pescados, gratinados de verduras y jamón. En Noruega y Dinamarca, el protagonismo también recae en el cerdo y el pescado, compartidos en mesas familiares con recetas que se transmiten de generación en generación.

El contraste llega al Reino Unido, donde la Nochebuena se vive de forma mucho más tranquila. La cena del 24 de diciembre es sencilla y temprana, ya que el gran festín —con pavo asado, "stuffing y pudding"— se reserva para el día de Navidad. La noche previa se dedica a los preparativos, los villancicos y las tradiciones familiares.

En Latinoamérica mezcla de tradiciones indígenas y europeas

Si cruzamos el Atlántico, en Latinoamérica, la noche de Nochebuena es el verdadero corazón de las fiestas, por encima incluso del propio día de Navidad. La herencia católica, mezclada con tradiciones indígenas y europeas, da lugar a celebraciones profundamente familiares, con cenas que empiezan tarde y culminan a medianoche, tras la Misa del Gallo o el brindis.

En México, el bacalao a la vizcaína, adaptado a productos locales con jitomate, papas, aceitunas, alcaparras y chiles, comparte protagonismo con los tamale. A la mesa se unen romeritos con mole, tortitas de camarón seco, la clásica ensalada de manzana y el infaltable ponche caliente de frutas.

Más al sur, en Centroamérica, la tradición gira en torno a los "tamales", preparados durante días y compartidos en familia. En Nicaragua y Honduras destacan los "nacatamales", mientras que en Costa Rica, además de los tamales, es habitual la pierna de cerdo asada, acompañada de arroz, ensaladas frescas y panes caseros.

El ambiente festivo se intensifica en el Caribe, donde la Nochebuena es sinónimo de música, reuniones multitudinarias y mesas abundantes. En Cuba, el cerdo asado se sirve con "congrí", "yuca" con "mojo" y "tostones". En República Dominicana, el "puerco de puya" comparte espacio con el "arroz con gandules" y los "pastelones".

En la región andina, y en concreto en Perú, el pavo asado convive con el "panetón" y el chocolate caliente; en Bolivia, la protagonista es la "picana" de Nochebuena, un caldo espeso y aromático; y en Colombia, la mesa se llena de "arepas", buñuelos, natilla y platos de carne o pollo según la costumbre familiar.

La ruta culmina en Venezuela, donde la Nochebuena tiene sabores inconfundibles. Las "hallacas", elaboradas en familia durante días, centran una mesa que se completa con pan de jamón, ensalada de gallina y pernil de cerdo, en una de las cenas más simbólicas del calendario festivo.

Finalmente, en el Cono Sur, la Navidad llega en pleno verano y la Nochebuena se adapta al calor. En Argentina, Uruguay, Chile y Brasil, las parrilladas y los asados sustituyen a los guisos, acompañados de ensaladas frescas y platos fríos. El pan dulce, la sidra o los espumantes ponen el broche a una celebración que, en muchos casos, se disfruta al aire libre.