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Ana Carolina Blanco: "Los plenos del CGCEE no deben politizarse, pero sí debe ser un espacio donde se escuchen las distintas voces institucionales"

Hija de emigrantes españoles que llegaron a Santo Domingo en 1985, Ana Carolina Blanco Haché, es abogada especializada en propiedad intelectual, tecnologías e internet. Además, es consejera general del CGCEE por República Dominicana y vicepresidenta de la Comisión Técnica de Asuntos Jurídicos. Recientemente, participaba en el último Pleno del CGCEE, y estas han sido sus impresiones.

Ana Carolina Blanco Haché, conversando con la ministra Elma Saiz, durante el IV Pleno de VIII Mandato.
Ana Carolina Blanco Haché, conversando con la ministra Elma Saiz, durante el IV Pleno de VIII Mandato.

Hija de emigrantes españoles que llegaron a Santo Domingo en 1985, Ana Carolina Blanco Haché, es abogada especializada en propiedad intelectual, tecnologías e internet. Además, es consejera general del CGCEE por República Dominicana y vicepresidenta de la Comisión Técnica de Asuntos Jurídicos. Recientemente, participaba en el último Pleno del CGCEE, y estas han sido sus impresiones.

¿Cuáles han sido sus impresiones de este IV Pleno del VIII Mandato del CGCEE?

Este IV Pleno ha sido especialmente intenso y necesario. Se han debatido temas de gran trascendencia para la ciudadanía española en el exterior, con propuestas que reflejan realidades muy diversas pero igualmente urgentes. Me siento satisfecha de haber podido presentar y defender iniciativas que buscan cambios concretos, y valoro mucho la oportunidad de intercambiar visiones con otros consejeros y consejeras comprometidos.

Todas las propuestas han sido aprobadas, y también el Reglamento ¿Confía en que sean implementadas por el Gobierno?

Sí, confío en que el Gobierno sabrá valorar la legitimidad de lo que se aprueba en el seno del CGCEE. Todas las propuestas han pasado por procesos de revisión y debate, y su aprobación con amplio respaldo refleja una demanda social real. La clave ahora es el seguimiento: que estas decisiones no se queden en el papel, sino que se traduzcan en acciones concretas.

¿Cree que el formato de los plenos debe cambiar en el IX Mandato, después de que las comunidades autónomas, en concreto las del PP, manifestaran su malestar por lo que consideran su silenciamiento al no permitirles explicar sus políticas?

Creo que todas las comunidades autónomas deben tener un espacio equitativo para compartir sus políticas y acciones en relación con los ciudadanos españoles en el exterior. El Pleno no debe politizarse, pero sí debe ser un espacio donde se escuchen las distintas voces institucionales. Es importante mantener un equilibrio que asegure representatividad sin monopolizar los espacios de intervención.

¿Cómo valora la aportación que hacen los grupos parlamentarios durante su intervención en la segunda sesión?

La participación de los grupos parlamentarios es valiosa, pero puede mejorar. En la práctica, muchos solo asisten brevemente, exponen su visión sobre lo que entienden por emigración o inmigración, pero no escuchan activamente las propuestas del CGCEE. Aunque existe un espacio breve de preguntas, este está condicionado por lo que ellos traen preparado, más que por un interés real en recoger lo que planteamos desde la ciudadanía. Sería muy positivo establecer espacios de diálogo más abiertos, donde puedan escuchar de forma estructurada nuestras prioridades y responder directamente a lo que proponemos.

¿Alguna sugerencia sobre el formato de los plenos?

Creo que los plenos deberían estructurarse de una forma que combine el trabajo institucional con espacios de socialización, cultura y vínculo con las autoridades, sin que ello implique gastos excesivos, sino una mejor organización del tiempo. Este año perdimos más de la mitad del viernes, lo que provocó que termináramos dos días consecutivos a las 7:30 p.m., agotados y con el añadido del jet lag. Por eso propongo mantener el formato de tres días, pero bien planificado, con espacios que no solo favorezcan la productividad, sino también el intercambio humano y profesional.

Propongo que el programa comience el jueves en la tarde con una recepción protocolar con autoridades, seguida de un cóctel informal con representantes de comunidades autónomas, del Gobierno central, del Ministerio de Exteriores y consulados. El viernes en la mañana iniciaría formalmente el Pleno, con una pausa al mediodía para un almuerzo rotativo con representantes institucionales, que permita el networking y el conocimiento directo entre consejeros y autoridades. Luego de una jornada intensa de trabajo, el viernes por la noche podría celebrarse una cena entre consejeros —sencilla pero representativa— como espacio de intercambio cultural y gastronómico, propicio para fortalecer vínculos, compartir experiencias y continuar el diálogo de manera más distendida.

El sábado continuarían las sesiones, y se haría una pausa en la tarde para una actividad cultural que acerque al consejero a la comunidad local, ya sea para comunicar lo aprendido o para promover la cultura española en el exterior. Finalmente, el domingo se cerraría el Pleno al mediodía, seguido de un almuerzo y un evento cultural de clausura —como un tablao o presentación musical— que permita cerrar con un tono de identidad, comunidad y aprendizaje.

Los plenos deben ser también una oportunidad para impulsar alianzas, compartir propuestas e inspirar cambios reales. Invertir tiempo en estas dinámicas no solo fortalece la cohesión interna del CGCEE, sino que también potencia su eficacia como órgano consultivo.

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