El Centro Galego de Valencia participa un año más en la Batalla de Flores
BATALLA FLORAL
La Batalla de Flores de Valencia fue impulsada por Pasqual Frígola en 1891, barón de Cortes de Pallás, inspirado en los combates florales del Carnaval de Niza. Desde entonces, forma parte esencial de la Gran Feria de Julio.
Valencia celebró el pasado fin de semana una nueva edición de la Batalla de Flores, uno de los actos más emblemáticos de la Gran Feria de Julio, con más de 134 años de historia. Esta tradición, que data de 1891, fue introducida por Pasqual Frígola, barón de Cortes de Pallás, quien se inspiró en los combates florales del Carnaval de Niza para dar forma a un desfile único en el que la belleza y la diversión se funden con el espíritu festivo valenciano.
Desde entonces, cada año el Paseo de la Alameda se convierte en escenario de un espectáculo floral en el que carrozas profusamente decoradas desfilan ante miles de asistentes. Durante el recorrido, los participantes se lanzan claveles y serpentinas en un ambiente de alegría y color.
En esta edición, participaron más de 33 carrozas y 9 coches ligeros. Para el evento se utilizaron alrededor de 1,5 millones de tagetes —también conocidos como claveles de la India— en tonos amarillo y naranja, dotando al desfile de una estética vibrante. Como es tradición, se otorgaron premios a las mejores carrozas en distintas categorías.
Entre las entidades participantes destacaron, una vez más, las Casas Regionales de Valencia. El Centro Galego de Valencia (CGV) volvió a estar presente en esta fiesta con entusiasmo y representación propia. Las asociadas Mónica Martín y Marina Sánchez participaron montadas en una calesa, luciendo trajes tradicionales gallegos pese al intenso calor. Armadas con raquetas decoradas con los colores de la bandera de Galicia, se defendieron de la lluvia de flores lanzada por el público, al tiempo que compartían con los asistentes la alegría de esta celebración.
Con su participación, el CGV contribuyó de nuevo a mantener viva esta tradición centenaria que reúne a miles de valencianos y visitantes cada verano, consolidándose como una de las citas más coloridas y esperadas del calendario festivo de la ciudad.
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