La comunicación y el relevo generacional desafíos para los centros castellanos y leoneses

La sesión se abrió con la intervención de Fernando Guerra, presidente de la Confederación Internacional de Casas Regionales, quien ofreció una profunda reflexión sobre el papel de la Confederación en la articulación de buenas prácticas comunicativas.

En primer término, Jorg Herrera durante la presentación de los ponentes.
En primer término, Jorg Herrera durante la presentación de los ponentes.

Durante la mañana del sábado, en el marco del III Congreso Internacional de Centros Castellanos y Leoneses en el Exterior, se celebró en el Salón de Actos del Fórum Evolución la ponencia “Comunicaciones: Buenas prácticas de los centros castellanos y leoneses en el exterior (1ª sesión)”, moderada por Jorge Herrera González, jefe de Servicio de Ciudadanía Castellana y Leonesa en el Exterior.

La sesión se abrió con la intervención de Fernando Guerra, presidente de la Confederación Internacional de Casas Regionales, quien ofreció una profunda reflexión sobre el papel de la Confederación en la articulación de buenas prácticas comunicativas. Guerra hizo hincapié en que, al no contar con una estructura administrativa formal, el funcionamiento de la Confederación depende enteramente del trabajo voluntario de sus directivos: “una laboriosa dedicación que se realiza de forma totalmente gratuita”, subrayó.

Durante su intervención, repasó algunos de los principales logros de la entidad, entre ellos la organización de congresos como el actual y la firma de acuerdos con diversas instituciones. No obstante, advirtió sobre la “fragilidad” de la organización, lo que obliga a “una reflexión permanente para consolidar la entidad y mejorar su aportación a los castellanos y leoneses que viven fuera”. En este sentido, recalcó que el valor central de su trabajo es la identidad, guiada por lo que denominó las “cuatro C”: cercanía, cooperación, compromiso y compañerismo.

La segunda intervención corrió a cargo de José Eugenio Martín Zotes, del Centro Castilla y León de Mar del Plata, en Argentina, quien abordó uno de los retos cruciales para el futuro de los centros: la incorporación de la juventud. Aunque la ponencia formaba parte de una sesión sobre buenas prácticas en comunicación, Martín Zotes centró su análisis en lo que definió como “el mayor desafío de las entidades”: lograr que los jóvenes se integren y participen activamente en las distintas áreas de trabajo de los centros.

a ponencia incluyó la proyección del vídeo “Juventud, divino tesoro”, que sirvió como testimonio visual del papel de las nuevas generaciones.

La tercera comunicación fue presentada por Mercedes Varas Pérez, de la Casa de Soria en Madrid, bajo el título “50 años de relaciones intergeneracionales”, en alusión a las celebraciones previstas para 2026. Varas repasó la historia de la institución, cuyos orígenes se remontan a 1903 con la creación del Hogar Soriano, aunque no sería hasta 1977 cuando la Casa de Soria abriría su primera sede física.

Hoy, la Casa cuenta con 300 socios familiares, 20.000 simpatizantes y cerca de 40 voluntarios activos, y se ha consolidado, en palabras de Varas, como “la embajada de Soria en la Comunidad de Madrid”. Su misión: “Reunir a todos los sorianos para que se conozcan, convivan y mantengan viva la cultura de Soria”.

Varas también destacó la riqueza de actividades que impulsa la entidad: desde secciones específicas para mujeres, mayores y juventud, hasta una escuela de formación, proyectos medioambientales y culturales, escuelas de verano, talleres, excursiones y deporte. Mención especial merecen las jornadas de Soria y la distinción anual a los “sorianos del año”, con más de 250 premiados desde su creación.

La Casa mantiene 12 grupos estables de actividad cultural y artística, que abarcan desde senderismo, teatro y dulzaineros, hasta zarzuela, coral y banda de música. Además, destacó su apuesta por la comunicación, las presentaciones, los talleres y las fiestas como vehículos para fortalecer los vínculos con la comunidad y proyectar la identidad soriana más allá del territorio.

La sesión concluyó poniendo de relieve cómo, más allá de la gestión y la organización, los centros castellanos y leoneses en el exterior siguen siendo espacios vivos, con capacidad de adaptación, y una herramienta fundamental tanto para la cohesión comunitaria como para el mantenimiento de la memoria colectiva.

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