Villancicos andaluces llenan de luz la Gruta de Lourdes en Buenos Aires

TRADICIONES EN LA DIÁSPORA

El Coro Luna y Candela, dirigido por María Cecilia Narvarte, encabezó la velada con el acompañamiento de los guitarristas Fernando Herrera y Luciano de Paula

Sevillanas ante la Gruta de Lourdes
Sevillanas ante la Gruta de Lourdes | La Región Internacional

La tarde del pasado domingo, 7 de diciembre, dejó una estampa inolvidable en Santos Lugares. En el Santuario Nuestra Señora de Lourdes, la gruta se transformó en un rincón de Andalucía gracias al encuentro “Villancicos en la Gruta de Lourdes”, organizado por el Centro Cultural Andalucía de Buenos Aires (Cecaba). Mucho antes de las 19.30, vecinos, familias y amigos de la institución ya colmaban el espacio, deseosos de compartir una tradición que cada año despierta nostalgia y celebración.

El Coro Luna y Candela, dirigido por María Cecilia Narvarte, encabezó la velada con el acompañamiento de los guitarristas Fernando Herrera y Luciano de Paula. Ante la gruta iluminada, las voces se unieron al sonido de panderetas, cascabeles, almireces y la imprescindible zambomba, instrumentos que evocan de inmediato el espíritu navideño andaluz.

El coro y los músicos
El coro y los músicos | La Región Internacional

Con un repertorio que incluyó clásicos como "Cantaba José"; "Calle de San Francisco", "Carbonero", "La Marimorena", "Tiene María", "Jaleo" y "Los peces en el río", entre otros, el coro consiguió que el público se sumara a los estribillos, convirtiendo el lugar en una auténtica fiesta popular. Los asistentes disfrutaron de un ambiente cálido y emotivo, muchos de ellos recordando las navidades de su infancia o aquellas celebradas en sus pueblos de origen.

Un momento de la actuación en la Gruta de Lourdes en Buenos Aires
Un momento de la actuación en la Gruta de Lourdes en Buenos Aires | La Región Internacional

Al cierre del encuentro, la presidenta del Cecaba agradeció la presencia de los participantes y destacó la importancia de mantener vivas estas costumbres: evocó los encuentros familiares en los patios andaluces, donde vecinos y amigos se unían para cantar villancicos, compartir dulces y brindar por las fiestas.

El espíritu de esas zambombas —íntimo, comunitario y alegre— quedó patente en cada gesto y en cada canción. La comunidad agradeció al Cecaba por acercar una vez más esta tradición al corazón de Buenos Aires, donde Andalucía volvió a sentirse muy cerca.

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