El voto exterior sigue sin despegar y condenado a la irrelevancia
El PSC de Illa fue el partido más votado del CERA en las catalanas con 5.433 votos, le sigue Junts con 4.766, el PP con 2.415, ERC con 2.401, los Comuns recibieron de los emigrantes 1.533, VOX, 1.180, la CUP 950 y Aliança Catalana 339 votos.
La escasa participación - apenas un 7,05% - lo que se traduce en 20.761 votos válidos, de un total de 24.233 emitidos, no ha alterado el tablero electoral en Cataluña. Lo que salió de las urnas el pasado domingo, se queda como estaba.
El PSC de Illa fue el partido más votado del CERA con 5.433 votos, le sigue Junts con 4.766, el PP con 2.415, ERC con 2.401, los Comuns 1.533, VOX, 1.180, la CUP 950 y Aliança Catalana 339 votos.
El escrutinio del pasado viernes ratifica el reparto de escaños en Barcelona, Lleida, Girona y Tarragona. En esta última provincia la CUP aspiraba a conseguir 570 votos para arrebatarle un escaño al PSC, pero solo obtuvo 77 votos del extranjero, mientras que el PSC consiguió 548.
En Tarragona, la CUP necesitaba 570 votos para quitar un escaño al PSC, pero solo obtuvo 77 votos del extranjero, mientras que el PSC consiguió 548. Junts obtuvo 417 votos, el PP 233, ERC 230, Vox 145, y los Comuns 107. Otro de los escaños en disputa se situaba en Lleida. El PSC, corría el riesgo de perderlo al mantener con Junts una diferencia de 761 votos. Sin embargo, los de Carles Puigdemont solo consiguieron 380 votos y el PSC apenas seis mas, lo que les permite mantener los 42 escaños.
En Barcelona, donde se jugaban más votos el PSC fue el partido más votado por la emigración, consiguiendo 3.997 sufragios, seguido por Junts con 3.390.Ningún cambio tampoco en Gerona donde el partido más votado fue Junts, con 579 votos, seguido por el PS con 502.
Al margen de que Junts haya pedido que se repita el voto exterior por "graves irregularidades", que a su juicio se traducen en miles de votos sin escrutar, la participación no acaba de despegar.
El clamor de la ciudadanía española en el exterior para que se suprimiera el voto rogado, y recuperar un derecho que nunca debería haber perdido, no ha provocado el efecto deseado, ni mucho menos conseguido los índices de participación anteriores al año 2011, cercanos al 35% cuando se instauró.
El voto exterior tras las elecciones generales, las gallegas, vascas y ahora las catalanas, sigue siendo irrelevante. Seguramente no hay una sola razón que explique una participación tan exigua: son muchas y las responsabilidades están repartidas, pero de lo que no hay duda es que: "entre todos lo mataron y él solo se murió".
La consecuencia es clara, si para la política - a excepción de alguna comunidad autónoma que se toma en serio a sus ciudadanos - la emigración históricamente ha pintado poco, con la bajísima participación que se está registrando, pintará menos a partir de ahora.
Desde el Gobierno central hay voluntad de recuperar programas y poner en marcha nuevas políticas e iniciativas para apoyar a los ciudadanos españoles que viven en el extranjero, y que de paso fomenten la participación. Las responsables políticas: desde la propia ministra Elma Saiz, la secretaria de Estado de Migraciones, Pilar Cancela, la directora de Ciudadanía Exterior y Políticas de Retorno, Elena Bernardo, han manifestado su compromiso y apoyo, y están implicadas en ello. Sin embargo, apenas se ha iniciado la legislatura y con unos presupuestos prorrogados el margen de maniobra es escaso. Veremos lo que da de sí la legislatura...
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