Trump pacta con Xi una rebaja de los aranceles al 10%
guerra comercial
Los presidentes de China y Estados Unidos abren negociación sobre productos agrícolas, tierras raras, gas y petróleo
La reunión entre los presidentes de Estados Unidos y China ha finalizado, como ya había anticipado Donald Trump, se ha saldado con un acuerdo para reducir los aranceles comerciales del 20% que el gobierno norteamericano había impuesto a principios de este año en represalia por el tráfico fentanilo hasta el 10%, y serán aplicados con carácter inmediato.
El despacho entre ambos se ha celebrado en Corea del Sur, en el marco de la cumbre de Cooperación Económica Asia-Pacífico, y ha sido "increíble", tal y como ha descrito el magnate neoyorkino al término de un encuentro que ha durado unos 90 minutos. "Creo que vamos a tener una relación fantástica durante mucho tiempo", ha asegurado, antes de considerar a Xi como un "negociador muy duro" y un "gran líder de un gran país".
Por su parte, el mandatario chino ha dicho sentirse "muy emocionado de volver a ver" a Trump y se ha mostrado dispuesto a seguir trabajando con él con el objetivo de "construir una base sólida para las relaciones" entre Pekín y Washington. "No siempre estamos de acuerdo, y es normal que las dos principales economías del mundo tengan fricciones de vez en cuando", ha explicado, antes de apelar a garantizar entre ambos "la navegación estable del gigantesco barco de las relaciones entre China y Estados Unidos".
En la reunión, además de la rebaja de los aranceles, Pekín se ha comprometido a comprar cantidades "enormes" de soja estadounidense, según ha dicho Trump, así como poner fin a las restricciones sobre las tierras raras, pues China suspenderá durante un año los controles a las exportaciones de estos minerales.
Posteriormente, a través de las redes sociales, el presidente de Estados Unidos ha puesto en valor la importancia del acuerdo sobre la soja para los agricultores de su país, a los que ha recomendado "salir inmediatamente a comprar más tierras y tractores más grandes". Además, ha avanzado acuerdos para que China adquiera energía estadounidense a través de "una transacción a gran escala relacionada con la compra de petróleo y gas del Estado de Alaska".
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