??Estoy escindido en dos nostalgias: las de galicia y chile'

La entrevista

Edmundo Moure Rojas. Escritor gallego-chileno

Edmundo Moure.
Edmundo Moure.

Edmundo Moure es el ejemplo del ??español-chileno'. Nacido en Santiago de Chile en 1941 de padre gallego y madre chilena, es un gran conocedor de la realidad española en el país sudamericano y un observador atento que analiza con la perspectiva de la experiencia la evolución de una comunidad profundamente enraizada en la tierra que los acogió. Podríamos decir que usted es ejemplo del gallego-chileno, un hombre con una doble cultura?

Ejemplo es para mí, en este caso, una palabra excesiva... Efectivamente, me siento un hombre que comparte, sobre todo, las raíces de la cultura gallega, su lengua, su historia, su tradición viva. Desde allí, soy también heredero del vasto calidoscopio cultural español, que tan acendrado está en este país del extremo austral del mundo. Soy chileno y soy español; me encuentro también escindido entre dos nostalgias: la de Galicia y la de Chile. Nuestra identidad chilena está profundamente enraizada en España, desde ???ese buen idioma que heredamos de los conquistadores torvos, ese oro de las palabras? que cantó Neruda.

Estoy en permanente contacto con Galicia, a través de mis actividades aquí, como profesor de lengua y cultura gallega y como cronista periodístico. Pero estos lazos comienzan a tejerse cuando mi padre, Cándido Moure Rodríguez, gallego de Santa María de Vilaquinte, Lugo, funda nuestra prolífica familia y nos da a conocer, a través de su activa ??saudade??, aquella tierra remota cuyos rumores cantan en la lengua de Rosalía de Castro, de Manuel Curros Enríquez, de Álvaro Cunqueiro, de José Luis Méndez Ferrín y Manuel Rivas? En la amplia biblioteca de nuestra casa, padre Cándido y madre Fresia, nos regalaron el encantamiento de los libros y las voces de la mejor literatura española, partiendo por Miguel de Cervantes y su Quijote, cuyas páginas leíamos y comentábamos en las sobremesas, en la perfecta voz castellana de mi madre?

En aquellos años era muy difícil viajar a la Península; mi padre sólo pudo volver a los setenta años de edad, ya como un indiano que vuelve de visita a su aldea remota, cuando ya sus nuevas raíces están afincadas en tierra americana. Ahora, casi todos los años viajo a Galicia, como si regresara a mi primera Casa, donde me esperan los buenos amigos para conversar en lengua vernácula y beber los vinos de la terra nai? El año recién pasado, con dos amigos descendientes de gallego, hicimos el Camino de Santiago, por la ruta portuguesa.

¿De manera general, a los españoles nacidos en Chile, les cuesta mantener el compromiso emocional con España?

Creo que no. Chile es quizá el país de América Hispana que mejor acoge a los españoles, al punto de sentirnos identificados con sus avatares históricos, políticos, culturales y deportivos. Ahora bien, debemos entender estos vínculos en un nuevo escenario, por cuanto las generaciones de emigrantes han ido dando paso a hijos, nietos y biznietos de españoles que viven una realidad distinta a la de sus antepasados, en su mayoría insertos en el campo profesional y laboral de las clases más acomodadas de la sociedad, con expectativas distintas a las de sus ancestros. Los pioneros y sus luchas tesoneras por insertarse en la realidad sudamericana son ya parte de la historia y de una tradición inspiradora.

Una cosa es cierta y es que la vida asociativa española en Chile es muy rica, existen muchas asociaciones?

Las colectividades hispanas chilenas se encuentran cobijadas en antiguas entidades de prestigio, como: AIECH (Asociación de Instituciones Españolas de Chile); Estadio Español de Las Condes, Estadio Español de Valparaíso e innumerables centros asociativos a lo largo y ancho de Chile. Los colectivos, como Lar Gallego, Colectividad Madrileña, Centro Asturiano, Centro Vasco; las asociaciones de andaluces, canarios, valencianos, leoneses, castellanos, extremeños, catalanes, murcianos; todos ellos se encuentran estrechamente vinculados con España y en actividades de permanente intercambio cultural.

La vinculación se establece a través de las regiones, pero con un sentido muy hispano, asumiendo también que la riqueza de España (o de las Españas, como decía Quevedo) estriba en la diversidad fascinante de culturas y expresiones que se unen en ??lo español?, algo difícil de definir, y menos de precisar, pero que palpita en todo lo que tiene que ver con ese maravilloso crisol de pueblos e identidades.

¿Cuáles son los principales problemas que encuentra el mundo asociativo español?

Quizá el principal dilema consista en aceptar la dinámica y cambiante realidad española que surge a partir de la instauración de la democracia, a fines de los 70?? y luego de treinta y ocho años de franquismo. Por supuesto, su ingreso a la comunidad europea, cumpliendo el viejo sueño de Ortega y Gasset y otros preclaros intelectuales? En el caso chileno, la gran mayoría de españoles inmigrantes simpatizaba con el régimen de Franco y, de alguna manera, transmitió eso a sus descendientes. Por ello, llama mucho la atención a periodistas, profesionales y visitantes varios que llegan desde la Península encontrar en estas asociaciones regionales un fuerte arraigo por una España desfasada en la Historia, superada ??a mi juicio- felizmente, después de una ??larga noche de piedra?. Por otra parte, en Chile, al interior de estas asociaciones hispanas, han sido bien resueltos los problemas de asistencia de salud y sociales, merced a una política de beneficencia muy eficaz, y teniendo en cuenta que la situación económica ??en general- de las familias de españoles residentes ha sigo sólida.

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