La desaceleración económica en China apunta a la primera caída de la inversión fija desde 1998
COYUNTURA ECONÓMICA
El crecimiento podría alcanzar el 4,8% en 2025 y reducirse para el próximo año
La economía china siguió mostrando síntomas de desaceleración en noviembre, a pesar del deshielo iniciado en las relaciones comerciales con Estados Unidos, según los últimos datos macroeconómicos publicados. El nuevo debilitamiento de la demanda minorista y el agravamiento de la caída de la inversión en activos fijos (-2,6% interanual) - lastrada por el sector inmobiliario - apunta a la necesidad de nuevos estímulos por parte de Pekín de cara a 2026.
Según los datos de la Oficina Nacional de Estadística, en los primeros once meses del año la inversión en activos fijos acumuló una caída del 2,6% interanual, profundizando así el retroceso del 1,7% hasta octubre y del 0,5% observado hasta septiembre. De este modo, a falta de conocer los datos del mes de diciembre, China se enfrenta a la posibilidad de registrar la primera contracción anual de la inversión en activos fijos desde 1998.
La producción industrial de China moderó su expansión en noviembre al 4,8% interanual, una décima menos que en octubre y muy por debajo del aumento del 6,5% de septiembre, en lo que supone el dato más débil desde agosto de 2024. Por su parte, las ventas al por menor crecieron en noviembre un 1,3% interanual, frente al 2,9% de octubre, el peor dato de toda la serie histórica con excepción de los recopilados durante la pandemia del Covid.
A pesar de la desaceleración observada en el penúltimo mes de 2025, la Oficina Nacional de Estadística de China ha destacado que "la economía nacional mantuvo un impulso generalmente estable con un progreso sostenido".
Desaceleración del crecimiento en 2026
Louise Loo, economista principal para Asia de Oxford Economics, considera que la evolución de la economía china "se está aplanando hacia una desaceleración más generalizada", con un crecimiento del PIB real en torno al 3,9% interanual en el cuarto trimestre, aunque la previsión de crecimiento para 2025 se mantendría en el 4,8% y bajaría al 4,5% en 2026.
La experta subraya "el panorama claramente débil" en cuanto a la inversión, advirtiendo de que el consumo apenas compensa esta situación, ya que las ventas minoristas fueron débiles, registrando el menor dinamismo desde finales de 2022, tanto en términos secuenciales como anuales.
"De cara al futuro, nuestra proyección de crecimiento del 4,5% para 2026, ligeramente superior al consenso, supone un ambicioso y concentrado impulso fiscal inicial, en el contexto de una desaceleración relativamente benigna de la demanda mundial", añade.
En esta línea, Lynn Song, economista jefe para China de ING Research, considera que los responsables políticos del gigante asiático "tienen mucho trabajo por delante" si pretenden que la demanda interna impulse el crecimiento en 2026. De tal modo, si bien los objetivos de crecimiento de 2025 deberían seguir según lo previsto, "una mayor incógnita se cierne sobre el próximo año y los siguientes".
Aumenta el desempleo juvenil
"Creemos que el efecto riqueza negativo derivado de la caída de los precios inmobiliarios sigue siendo un lastre importante para la confianza", señala Song, que recuerda también el impacto sobre el gasto de los consumidores del lento crecimiento salarial y los despidos, junto con un creciente nivel de desempleo juvenil, que lastra el poder adquisitivo futuro de próximas generaciones.
"Estos factores contribuyen a un entorno deflacionario general, que supone un lastre clave tanto para el consumo como para la inversión", advierte el experto, para quien será clave restaurar la confianza para que la demanda interna se convierta en el principal motor del crecimiento. "Los hogares necesitan tener la confianza de que el mañana será mejor que el presente", apostilla
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