¿Cómo quiere España situarse en el mundo? La nueva Estrategia de Acción Exterior lo explica

Tras su aprobación por el Consejo de Ministros, la Estrategia de Acción Exterior ha seguido su tramitación parlamentaria. Como parte de este proceso, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, comparecía en el Senado para exponer las principales líneas y objetivos del documento.

El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante su comparecencia en el Senado| EP
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, durante su comparecencia en el Senado| EP

En una comparecencia ante la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado, el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, expuso los ejes de la nueva Estrategia de Acción Exterior 2025-2028, que marcará las prioridades de la política exterior española durante los próximos cuatro años. Lejos de ser un documento técnico más, esta estrategia representa, en palabras del ministro, “una visión realista pero ambiciosa de una España más influyente, más comprometida y más segura en un mundo en transformación”.

La nueva Estrategia nace en un contexto geopolítico inestable, con desafíos globales como la fragmentación económica, la erosión del multilateralismo o la creciente competencia estratégica entre grandes potencias. Frente a este panorama, España se propone pasar de ser una potencia reactiva a una activa en la defensa de sus intereses y valores fundamentales: la democracia, los derechos humanos, el desarrollo sostenible y la cohesión social.

Tres ejes para un nuevo ciclo

La Estrategia se estructura en torno a tres pilares transversales: una Europa más autónoma, una España comprometida, y una España que construye paz y seguridad. La propuesta parte del convencimiento de que los grandes retos actuales —desde la transición energética hasta la protección del modelo democrático— exigen una mayor integración europea y una acción exterior decidida.

En ese sentido, el documento apuesta por impulsar un “salto cualitativo” en la integración europea, abogando por una reforma institucional de la UE que permita mayor agilidad en la toma de decisiones —incluida la política exterior— y por un presupuesto europeo más ambicioso que garantice la autonomía estratégica del continente en áreas clave como la seguridad, la energía o la tecnología.

Reforzar el multilateralismo y la proyección global

España también se compromete a seguir defendiendo un multilateralismo eficaz, inclusivo y reformado. En un momento en que el sistema internacional atraviesa una crisis de gobernanza, la Estrategia propone fortalecer la presencia española en organismos internacionales, promover una política exterior feminista, apostar por una migración ordenada y garantizar el respeto a los derechos humanos como elementos centrales de la acción exterior.

Además, se prevé una mayor inversión en diplomacia verde y en alianzas económicas en sectores estratégicos, así como una política decidida de cooperación al desarrollo y acción humanitaria frente a los efectos del cambio climático y los conflictos armados.

España ante su vecindad estratégica

La Estrategia también pone el foco en las regiones clave para los intereses españoles. El entorno inmediato —el Mediterráneo, el Sahel, Europa del Este— se considera prioritario, al tiempo que se refuerza la vocación atlántica con América Latina y la relación estratégica con África, América del Norte y Asia-Pacífico. Albares subrayó la necesidad de una “cobertura diplomática total” en estas áreas para responder a los desafíos y aprovechar las oportunidades.

Modernizar los instrumentos de acción exterior

Por último, el documento anuncia una revisión de las herramientas de política exterior: desde la modernización de la red diplomática y consular hasta el refuerzo de la diplomacia pública y cultural, pasando por una mayor digitalización y especialización del servicio exterior. Se trata de alinear medios y capacidades con las prioridades estratégicas.

Un país más presente en el mundo

En resumen, la Estrategia de Acción Exterior 2025-2028 redefine el papel de España en el escenario global, no como mero observador, sino como actor con voz propia y visión a largo plazo. En un contexto internacional dominado por la incertidumbre, el texto propone una respuesta firme: más Europa, más cooperación y más acción para que los ciudadanos españoles puedan desarrollar sus vidas en un entorno global más seguro, justo y estable.

Sin embargo, a pesar de la ambición y el enfoque integral del documento, persiste una incógnita fundamental: cómo se traducirá esta Estrategia en políticas concretas con impacto real más allá del plano institucional.

Contenido patrocinado

stats